
El pueblo de los Pitufos se encuentra en la provincia de Málaga: ideal para visitar con los más pequeños
El pequeño pueblo de Málaga ideal para visitar con niños: los Pitufos son protagonistas
Este pintoresco municipio andaluz, conocido por sus casas azules, atrae a miles de visitantes cada año con arte urbano, aventuras al aire libre y encanto rural.
Llega el buen tiempo, un momento ideal para una escapada con los más pequeños. ¿Y qué mejor plan que adentrarse en un rincón escondido de Málaga, donde las casas se visten de azul? La fantasía se respira en cada esquina y la aventura espera entre montañas.
En el Alto Valle del Genal, a poco más de una hora y media de Málaga capital, se encuentra uno de los rincones más peculiares de Andalucía: Júzcar, el pueblo pitufo. Este pequeño municipio de apenas 250 habitantes ha conseguido lo que muchos pueblos rurales desearían: reinventarse y convertirse en un imán turístico sin perder su esencia.
Todo comenzó en 2011, cuando Júzcar fue seleccionado por Sony Pictures para celebrar el estreno mundial de la película Los Pitufos 3D. Para la ocasión, sus casas, incluida la iglesia y hasta el cementerio, fueron pintadas de azul cielo. El resultado fue tan impactante que, tras una consulta popular, sus habitantes votaron mayoritariamente por mantener ese nuevo aspecto.
Aunque en 2017 el pueblo perdió la autorización oficial para promocionarse como “Pueblo Pitufo” por un desacuerdo con los titulares de los derechos de imagen, el azul sigue tiñendo sus calles, y Júzcar pasó a llamarse con orgullo la Aldea Azul.
Desde entonces, el turismo ha sido el motor de su desarrollo económico. Solo en 2022, la caseta de información turística en forma de seta gigante recibió más de 47.000 visitantes. Esta afluencia ha multiplicado la oferta de alojamientos rurales, bares y actividades, y ha generado nuevas oportunidades para sus vecinos.
Júzcar es ideal para una escapada familiar, una aventura en pareja o incluso un plan nostálgico para los que crecieron viendo a Papá Pitufo en la tele. Aquí, la diversión comienza en cuanto pones un pie en sus calles azules.
Con 14 murales repartidos por el pueblo —protagonizados por personajes como Gargamel y Azrael—, Júzcar ha sabido convertir su arte urbano en una experiencia interactiva. Cada mural tiene un código QR que, al escanearlo, te desvela parte de una palabra clave. Es una propuesta perfecta para quienes buscan explorar el pueblo con una mirada diferente.

Casas azules de Júzcar
El parque de aventuras ofrece tirolinas como El Salto del Villano y El Salto del Gran Azul, además de rocódromos, camas elásticas y puentes tibetanos. Una oferta pensada tanto para adultos como para niños, en un entorno natural privilegiado.
Quienes disfrutan del senderismo pueden recorrer rutas como la del Moclón, los Molinos o los Riscos, que atraviesan la exuberante vegetación del valle. El otoño es, sin duda, la mejor época para visitarlo, cuando el castañar del Genal estalla en tonos ocres y dorados, y se celebran actividades micológicas, una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas del pueblo.
Desde los miradores de La Torrichela, San José y El Jardón se pueden contemplar impresionantes vistas panorámicas del entorno natural y el mar de casas azules que caracteriza a Júzcar.
El patrimonio histórico también está presente. La iglesia parroquial de Santa Catalina, construida en el siglo XVI, es uno de los principales referentes arquitectónicos del municipio. Cerca del núcleo urbano se encuentran las ruinas de la Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, la primera de su tipo en España. Además, la Sima del Diablo ofrece una opción perfecta para los amantes del turismo activo.