Junqueras saluda a Pedro Sánchez en mayo de 2019 en el Congreso/.

Junqueras saluda a Pedro Sánchez en mayo de 2019 en el Congreso/. Efe

Tribunales

"Por la república", "por el planeta": el TC se dispone a avalar el circo político al acatar la Constitución

El Constitucional debatirá una ponencia que propone validar las extravagantes fórmulas que usan los parlamentarios al tomar posesión.  

2 junio, 2023 02:46

"Por la libertad de los presos y exiliados políticos", "por la república catalana", "por el 'no pasarán'", "con lealtad al mandato del 1 de octubre”. Veintinueve diputados de JxCat, ERC, PNV, CUP y EH Bildu llevaron al límite la utilización de fórmulas extravagantes a la hora de acatar la Constitución -siempre "por imperativo legal"- para tomar posesión de sus escaños el 21 de mayo de 2019, al comienzo de la brevísima XIII legislatura.

Los independentistas catalanes Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Josep Rull, Jordi Turull y Raül Romeva, elegidos parlamentarios mientras estaban en prisión preventiva por la causa del 'procés', fueron excarcelados por el Tribunal Supremo para asistir a la sesión constitutiva de las Cortes y allí expresaron su "compromiso republicano" cuando se les preguntó "¿juráis o prometéis acatar la Constitución?".

No fueron los únicos que cumplimentaron el requisito reglamentario de una manera sui generis. Expresiones como "por los derechos sociales", "contra el racismo", "por España, por Galicia o por el rey" se escucharon en esa primera jornada bronca en la que Junqueras se acercó a estrechar la mano de Pedro Sánchez. "Tenemos que hablar".

La breve conversación entre Pedro Sánchez y Junqueras

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, dio por buenas todas las fórmulas empleadas y declaró que los 350 diputados habían adquirido la condición plena de parlamentarios.

Cuatro años después, disuelta esa legislatura y también la siguiente, el Tribunal Constitucional se dispone a avalar la decisión de Batet.

El TC tiene previsto debatir la próxima semana una ponencia de la magistrada María Luisa Segoviano en la que propone desestimar el recurso de amparo interpuesto por los diputados del PP, que consideraron que esas fórmulas expresaron "convicciones incompatibles con el contenido de la Constitución" que debían acatar.

Los juramentos atípicos de la Sesión Constitutiva

El del PP no es el único recurso que tiene pendiente el Tribunal Constitucional, al que también acudieron Ciudadanos y Vox para impugnar las fórmulas de acatar la Constitución utilizadas por algunos parlamentarios en la XIII legislativa y también en la XIV.

En el inicio de esta última legislatura, que acaba de terminar con la convocatoria anticipada de elecciones para el próximo 23 de julio, se recurrió igualmente a composiciones imaginativas. El diputado de Equo (Unidas Podemos) Juan López de Uralde prometió "por todo el planeta" y Gerardo Pisarello, de En Comú, "por las 13 rosas".

Respeto a las reglas de juego

No es la primera vez que el TC aborda las fórmulas de acatar la Constitución. En una sentencia dictada en 1983, cuya doctrina fue seguida en otras posteriores, el tribunal argumentó que el acceso al cargo parlamentario "implica un deber positivo de acatamiento entendido como respeto a la Constitución, lo que no supone necesariamente una adhesión ideológica ni una conformidad a su total contenido, dado que también se respeta la Constitución en el supuesto extremo de que se pretenda su modificación".

El sentido del acatamiento es el de "respetar y actuar en el ejercicio [del cargo] con sujeción a la Constitución" y "de acuerdo con los cauces establecidos por la misma" si se pretendiera modificarla.

Precisamente al hilo de esa doctrina, el recurso del PP argumenta que las fórmulas utilizadas por los independentistas catalanes, más allá de poner de manifiesto una reserva ideológica contra la Constitución, no permiten "descartar una voluntad de resistencia a dirimir los conflictos y reconducir las aspiraciones por los legítimos procesos y cauces constitucionales". Ello se desprendería, en particular, de expresiones como "con lealtad al mandato del 1 de octubre”, en alusión al referéndum ilegal celebrado en Cataluña en 2017.

[El "prometo como preso político" de Junqueras acallado por el pateo de Vox: bronca en el Congreso]

Fuentes del TC señalan que la ponencia que se examinará en el próximo pleno soslaya el fondo de la cuestión, ya que no analiza si las expresiones utilizadas fueron válidas para dar por cumplido el requisito de acatar la Constitución.

La tesis para rechazar el recurso del PP es que la decisión de la presidenta del Congreso no afectó al derecho de participación política de los recurrentes, que en nada habrían visto limitado su propio estatuto de diputados. 

La admisión a trámite del recurso, acordada el 9 de septiembre de 2020, ya fue problemática. Cuatro de los 12 magistrados del pleno del TC -Cándido Conde-Pumpido, María Luisa Balaguer, Juan Antonio Xiol y Fernando Valdés- propugnaron la inadmisión de plano de la demanda. Los dos primeros continúan en el tribunal, ahora presidido por Conde-Pumpido.

La mayoría conservadora de entonces estimó, sin embargo, que el asunto suscitado "trasciende del caso concreto y pudiera tener unas consecuencias políticas generales, lo que implicará la necesidad de aclarar la doctrina del Tribunal".

"Mejor el silencio que la frivolidad"

La admisión a trámite del recurso abrió un debate entre los constitucionalistas, preguntándose si estaría justificado un giro jurisprudencial.

"A mi juicio, la respuesta es afirmativa", escribió el catedrático Víctor Ferreres. "La doctrina del TC nunca dejó de acusar una fuerte tensión en sus fundamentos", opinó.

"Si prestar el juramento sólo compromete a un núcleo procedimental mínimo (respetar las reglas de juego), ¿no debería ser diáfana la expresión de tal compromiso? ¿Qué está diciendo el parlamentario cuando anuncia que el juramento lo efectúa “por imperativo legal”?", se preguntó Ferreres. "Inevitablemente, gran parte de la ciudadanía lee esa coletilla como una manifestación de reserva. El grado de sinceridad del compromiso resulta dudoso. El TC, que fue generoso al abrazar una visión puramente procedimental del juramento, tenía que haber sido más riguroso en el momento de valorar la fórmula empleada".

Para Ferreres, no obstante, no es "descartable" que el TC, "a pesar del torbellino de fórmulas de acatamiento debidas a la creatividad de nuestros parlamentarios, por estridentes que resulten muchas de ellas, mantenga su jurisprudencia e insista en que todas esas expresiones no afectan a la autenticidad del juramento".

"Si, en última instancia, el TC estableciera como barrera insuperable la libertad del parlamentario de incorporar las palabras que tenga por conveniente en la fórmula de acatamiento, sería razonable, como respuesta, que el legislador eliminara la exigencia de jurar o prometer la Constitución", ya que "sólo tiene sentido insistir en el juramento si el acto se inserta en un momento de solemnidad. Si no es posible requerir un mínimo de 'gravitas', es preferible suprimir el acto. Mejor el silencio que la frivolidad. La Constitución, expresión de un histórico esfuerzo colectivo digno de elogio y respeto, lo agradecerá".

[El juramento: sea como es, o no sea]

En la misma línea, Agustín Ruiz Robledo consideró que "lo más razonable para evitar el espectáculo del inicio de cada legislatura es suprimir el acto del acatamiento de la Constitución, en aplicación de la famosa frase que dijo el Papa Clemente XIII sobre la prohibición de los jesuitas: “Sint ut sunt aut non sint” (sean como son, o no sean). Si si no podemos mantener los juramentos en su forma tradicional y no añaden nada al ordenamiento jurídico, mejor prohibirlos y evitamos esa sensación de bochorno que ha invadido a muchos españoles al ver la creatividad e imaginación de algunas señorías".