
Emmanuel Macron y Pedro Sánchez, tras firmar el Tratado de Amistad y Cooperación entre Francia y España, en enero de 2023, en Barcelona.
La derrota del tratado con Francia, el primero rechazado por las Cortes en la historia, deja en evidencia a Sánchez
El PP pidió a la Mesa del Congreso que retrasara la tramitación de la ratificación del Tratado, dado que estaba recurrido por el Senado ante el TC, pero el PSOE decidió seguir adelante "sin tener los votos asegurados".
Más información: El Congreso, con Sánchez y Díaz ausentes, rechaza el Tratado de Amistad con Francia que el PP recurrió por inconstitucional.
El Congreso ha rechazado por primera vez en la Historia la ratificación de un tratado internacional firmado por el Gobierno. Nunca antes, entre los 148 países con los que España ha suscrito acuerdos de Estado, había ocurrido algo similar.
Se trata del Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia, rubricado en Barcelona el 19 de enero de 2023 por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron. Fue tumbado este miércoles por 171 votos en contra frente a 163 a favor, con la abstención clave de Junts y Podemos. El presidente del Gobierno y la vicepresidenta Yolanda Díaz estuvieron ausentes.
El golpe institucional no es menor. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se había comprometido con su homólogo francés, Jean-Noël Barrot, a que el tratado sería ratificado "antes del verano". Francia ya tenía culminado su proceso, dado que es prerrogativa del presidente la firma de Tratados internacionales.
El texto incluye una cláusula inédita, artículo 2.4, que es la polémica clave de esta insólita situación: la participación recíproca en los Consejos de Ministros de ambos países, "al menos una vez cada tres meses" y de forma rotatoria.
El Partido Popular considera que esta disposición vulnera el artículo 98 de la Constitución Española, al permitir la entrada de representantes extranjeros en el máximo órgano Ejecutivo nacional. Por ese motivo, el Senado —con mayoría del PP— aprobó en febrero un requerimiento ante el Tribunal Constitucional.
El PP avisó en febrero
El PP solicitó entonces que se paralizara la tramitación de la ratificación en el Congreso, tal como confirman fuentes parlamentarias a este diario. Así lo expuso el vicepresidente segundo de la Mesa, José Antonio Bermúdez de Castro, en la reunión del 18 de febrero, recordando que la secretaria cuarta, Carmen Navarro, ya lo había advertido una semana antes.
Ambos señalaron que sería "razonable esperar al pronunciamiento del Constitucional". Sin embargo, el letrado mayor de la Cámara, Fernando Galindo, respondió según estas fuentes, que "la Mesa ni debe ni puede paralizar el procedimiento, dado que carece de base reglamentaria para ello". Galindo advirtió que, si las dudas del TC no se plantean en el seno de la Cámara, "el artículo 157 del Reglamento no da base legal" para ello.
Así, pese a las advertencias de los de Alberto Núñez Feijóo, los representantes del PSOE decidieron seguir adelante con la tramitación. Y lo hicieron "sin contar con los apoyos necesarios", recuerdan las fuentes del PP, para garantizar la ratificación.
Otras fuentes de la dirección popular acusan al Gobierno de "incoherencia". Recuerdan que existen "más de 30 proposiciones de ley", varias aprobadas en el Senado, que siguen "congeladas" en la Cámara Baja porque se les amplía indefinidamente el plazo de enmiendas.
"Cuando no les conviene, paralizan leyes durante meses. Pero en este caso han querido correr", denuncian. "Lo han traído sin tener los votos".
Debilidad parlamentaria
Desde el Gobierno, se ponen matices a esta afirmación de principal partido de la oposición. Exteriores lamenta que el tratado "no haya sido aprobado por el pleno del Congreso por el voto en contra del PP y Vox".
Según fuentes oficiales, "se trata de un tratado histórico entre dos países vecinos unidos por fuertes lazos, que beneficiará también a los 310.000 españoles que viven en Francia y a más de 100.000 franceses que viven en España; así como a cientos de miles de ciudadanos españoles que viven en decenas de localidades transfronterizas; y que refuerza nuestros lazos europeos".
El departamento dirigido por Albares, además, reseña como "especialmente lamentable", que el PP "haya cambiado su voto en relación al trámite previo, en la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, y haya pasado de la abstención al voto en contra", provocando esta derrota histórica. "Desde este Ministerio seguiremos trabajando para la entrada en vigor de este Tratado histórico y en beneficio de nuestros conciudadanos".
Aunque lo cierto es que el rechazo de la Cámara Baja deja en evidencia la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, que pasa de esta manera de ser un asunto interno a evidenciarse ya a nivel europeo.
Este revés saca los colores al Ejecutivo de Sánchez ante su vecino y socio más cercano en la Unión Europea. La cooperación hispano-francesa debía quedar consolidada con un marco estable de "concertación política, económica, militar y cultural", según el Tratado, queda ahora en suspenso.
Según establece la Ley 25/2014, de 27 de noviembre, de Tratados y otros Acuerdos Internacionales, el ministro Albares se ve ahora obligado a dar el paso formal de notificar la retirada del acuerdo.
En su artículo 15.3, la norma es clara: "Si las Cortes Generales no concedieran la preceptiva autorización para la conclusión de dicho tratado, el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación notificará de inmediato a los otros contratantes […] la intención de España de no llegar a ser parte en el mismo".
Fuentes jurídicas consultadas por este diario explican que, en la práctica, aún podría volver a intentarse la ratificación. Pero advierten que, legalmente, "no se le puede tocar una coma", por lo que lo lógico "habría sido esperar a la resolución del TC sobre la posible inconstitucionalidad del intercambio de ministros, al estilo de la tradición franco-alemana".
Sin objeción de fondo
Estas fuentes subrayan que la votación se ha precipitado en un momento delicado. Desde el Grupo Parlamentario Popular insisten en que no tienen ninguna objeción al fondo del Tratado. "Lo hemos recurrido por deber institucional", afirman.
Y recuerdan que fue Albares quien los acusó de "boicotear las relaciones de España con sus vecinos, ya sea Marruecos o Francia".
El rechazo parlamentario no sólo retrata una crisis de apoyos en el Congreso. También proyecta una imagen de inestabilidad fuera de nuestras fronteras y puede llevar a España a perder credibilidad como socio y aliado fiable, en la UE y también en la OTAN.
Y es que este episodio se une a otro del pasado mes de abril.
Entonces, Sánchez anunció que España alcanzaría el 2% del PIB para gasto en Defensa este mismo año. Pero el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, no lo dio por bueno: ni es cierto que las cuentas cuadren, según el último Informe anual del secretario general, presentado entonces, ni será suficiente.
La advertencia fue recogida en una reunión con los jefes de Estado y de Gobierno del flanco sur. Rutte aseguró que "España llega tarde" y que la OTAN impondrá "más de un 3% en la cumbre de La Haya en junio".
Y en lo parlamentario, la situación se repite: el Gobierno carece de apoyos parlamentarios para aumentar el gasto militar: Sumar, Podemos, ERC y Bildu se oponen frontalmente a ello. Así que Moncloa trata de cuadrar el círculo, pero los equilibrios son cada vez más precarios.