Eneko Andueza e Imanol Pradales, en el mercado de Portugalete durante la jornada de reflexión

Eneko Andueza e Imanol Pradales, en el mercado de Portugalete durante la jornada de reflexión Efe

Política elecciones vascas

Pradales y Andueza escenifican su pacto frente a Bildu abrazándose en la jornada de reflexión

Las declaraciones en las que el candidato Pello Otxandiano se negó a calificar a ETA como "banda terrorista" han permitido al PSOE desmarcarse de Bildu.

21 abril, 2024 03:05

Un encuentro en el mercado de Portugalete que ambos partidos pretenden "fortuito" permitió a los candidatos del PNV, Imanol Pradales, y del PSE, Eneko Andueza, lanzar este sábado un mensaje de unidad durante la jornada de reflexión: la voluntad de reeditar su actual coalición en el Gobierno vasco, para parar los pies a Bildu.

Casi 1,8 millones de vascos tienen derecho al voto este domingo en unos comicios en los que, por primera vez en cuatro décadas y media de democracia, el PNV podría ver amenazada su hegemonía.

Bildu se ha sometido en esta campaña electoral a un profundo lavado de imagen, encarnada por su candidato, Pello Otxandiano, con un discurso social que se aleja de sus tradicionales tesis soberanistas. 

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Pero todos los escenarios apuntan a que PNV y PSE reeditarán su pacto de gobierno, que no sólo se extiende al Palacio de Ajuria Enea y al Ejecutivo central, sino también a las principales diputaciones y ayuntamientos del País Vasco.

Esta alianza permitiría impedir que Otxandiano se convierta en lehendakari, aun cuando Bildu fuera, por primera en democracia, la fuerza más votada en el País Vasco.

El sistema electoral vasco establece que el lehendakari podrá ser investido por su Parlamento en primera (por mayoría absoluta) o segunda votación (por mayoría simple). En ambos casos, sólo se admite el voto a favor del candidato a la investidura o la abstención, pero no el voto negativo.

Por tanto, la suma de PNV y PSE bastaría para tumbar la candidatura de Otxandiano, incluso si Bildu mantuviera la leve ventaja que le otorgaban las últimas encuestas publicadas el pasado lunes. 

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A lo largo de toda la campaña electoral, el candidato socialista Eneko Andueza ha dejado clara su voluntad de renovar la alianza con el PNV, al repetir que en ningún caso pactará con Bildu.

Aunque este compromiso se veía lastrado por la posición del PSOE nacional, que entregó a Bildu la Alcaldía de Pamplona tras los comicios del 23-J y ha pactado con el partido de Otegi numerosas iniciativas parlamentarias, como los Presupuestos Generales del Estado (en la pasada legislatura) o la Ley de Memoria Democrática.

La recta final de la campaña ha estado marcada por las declaraciones en las que, el pasado lunes, Pello Otxandiano se negó a calificar a ETA como una "banda terrorista". El candidato pidió luego "perdón" a quien se hubiera sentido herido por sus palabras, pero abundó en el mismo error: "No se trata de condenar, ETA es una trayectoria de 60 años", indicó.

Esto ha permitido al PSOE distanciarse de su "socio preferente", para exigir a Bildu que "llame a las cosas por su nombre" y se desmarque de la herencia del terrorismo de ETA. 

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Pero también ha dado munición al líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, para denunciar la "hipocresía" del PSOE, que intenta esconder en campaña electoral sus pactos con Bildu. Las políticas de PNV y PSOE, indicó Feijóo el jueves, son "una fábrica de votantes de Bildu".

La presencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), el viernes en el mitin de cierre de campaña de Bildu junto a Arnaldo Otegi sirvió para escenificar la formación de un frente entre ambos partidos (que también mantienen de cara a las elecciones europeas del 9-J) para presionar al Gobierno de Pedro Sánchez.

Bildu había intentado suavizar este perfil durante la campaña. Durante la celebración del Aberri Eguna o Día de la Patria Vasca, el propio Otegi aseguró que su partido no tiene "prisas" ni "ansiedad" por lograr la independencia. Aunque aseguró que la llegada de su partido al Gobierno vasco es una estación intermedia imprescindible para alcanzar esta meta.

Algo que llevó al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, a ironizar afirmando que Bildu maquilla ahora su imagen y ofrece yogur light con "la leche que ha ordeñado el PNV" durante los últimos años.

El PNV imbatible desde 1980

El repunte de Bildu en las encuestas también ha empujado al PNV a sumarse a la deriva soberanista: el candidato a lehendakari Imanol Pradales pedía a Pedro Sánchez el viernes en una entrevista un referéndum para redefinir "el estatus del País Vasco" dentro España.

Estas posiciones han permitido al candidato socialista Eneko Andueza distanciarse de sus rivales para denunciar, como hizo el pasado 13 de abril, que la independencia "nunca puede ser la solución, es un problema que divide, empobrece y hace que Euskadi no avance ni tenga oportunidades".

"No quiero la independencia para Euskadi", recalcó el candidato del PSE, "el que quiera saber qué supone la independencia, que vaya a Cataluña. No quiero para Euskadi lo que otros han provocado en Cataluña", indicó en alusión a la fuga de empresas, el declive económico y la ruptura de la convivencia.

El PNV ha sido la fuerza más votada en todas las elecciones autonómicas celebradas en el País Vasco desde 1980. También lo fue en 1986, aunque el PSE liderado entonces por Txiki Benegas ganó en número de diputados, gracias al reparto de escaños en la provincia de Álava.

La Ley de Elecciones vasca reparte igual número de parlamentarios para cada una de las tres circunscripciones provinciales, 25, pese a sus diferencias de población: Vizcaya concentra el 52% de la población de la Comunidad autónoma, mientras que Guipúzcoa aporta el 32,8% y Álava apenas el 15%.

El PNV también ganó las elecciones vascas de 2009, aunque el socialista Patxi López se convirtió en lehendakari gracias al apoyo de los diputados autonómicos del PP.