Carles Puigdemont y Jordi Pujol Solei junto al abad de Montserrat, Manel Gasch, el pasado 21 de agosto durante el homenaje al músico Pau Casals celebrado en la Abadía de Sant Miquel de Cuixà, a 21 de agosto de 2023, en Codalet (Francia).

Carles Puigdemont y Jordi Pujol Solei junto al abad de Montserrat, Manel Gasch, el pasado 21 de agosto durante el homenaje al músico Pau Casals celebrado en la Abadía de Sant Miquel de Cuixà, a 21 de agosto de 2023, en Codalet (Francia). Europa Press

Política INVESTIDURA

Puigdemont, espoleado por Jordi Pujol, alargará la negociación con Sánchez para debilitar a ERC

El fugitivo de la Justicia busca mantener el protagonismo, en la pugna entre ERC y Junts, ante la posibilidad de celebrar elecciones catalanas en 2024.

5 octubre, 2023 02:50

El fugitivo de la Justicia Carles Puigdemont pretende apurar hasta el último minuto el plazo para dar el sí a la investidura de Pedro Sánchez, con el fin de acaparar el protagonismo de la negociación y arrinconar a ERC, el partido del president Pere Aragonès.

La decisión de Puigdemont se ha visto espoleada por las declaraciones del patriarca del nacionalismo catalán Jordi Pujol Soley, quien este miércoles instó a Puigdemont a ser "exigente" y no caer en la "ingenuidad" en su negociación con Sánchez, "para procurar que no nos engañen".

En la misma entrevista al digital ElNacional.cat, Pujol aconseja a los partidos independentistas negociar "con sentido histórico", preservando en todo momento "la identidad de Cataluña. Y esta identidad es la columna vertebral de la nación; no se puede perder", remata.

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Hasta el momento, los dirigentes de ERC se han mostrado más predispuestos a mantener el tono discreto de la negociación, utilizando los engranajes ya engrasados durante la pasada legislatura para pactar las principales iniciativas parlamentarias.

Pero la situación de Carles Puigdemont es muy distinta: el voto decisivo de los siete diputados de Junts para la investidura de Sánchez ha permitido al autodenominado "presidente de la República en el exilio" recuperar el protagonismo ante el electorado catalán y salir del ostracismo al que se había visto relegado.

Por ello, en sus contactos preliminares con Jaume Ansens, Puigdemont exigió sellar el inicio de la negociación con una foto de su encuentro con la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz en Waterloo: un reconocimiento público del papel que pretende jugar ahora en la política española, para demostrar que tiene en su mano el fututo de Sánchez.

Este protagonismo que intenta mantener con gestos de desafío como el mostrado el martes, cuando publicó en sus redes sociales una foto de Felipe VI boca abajo— resulta una imperiosa necesidad para Puigdemont, ante la posibilidad de que Pere Aragonès se vea obligado a disolver el Parlament y convocar elecciones autonómicas anticipadas en 2024. 

En la carrera por la hegemonía del independentismo, Junts quedó relegado en las elecciones generales del 23-J. ERC se colocó en cuarta posición en Cataluña con el 13,16% de los votos, por detrás del PSC, Sumar y el PP. El partido de Puigdemont cayó a la quinta posición, con el 11,16%. Las dos grandes fuerzas independentistas no lograron arrastrar, en su conjunto, ni al 25% del electorado catalán.

Pero todo puede cambiar si, gracias a la amnistía, Carles Puigdemont logra abandonar su refugio de Waterloo para regresar a Cataluña. Puede convertirse en el momento más bochornoso de la nueva legislatura, y en el gran triunfo del fugitivo de la Justicia para volver a movilizar a su electorado.

El candidato Pedro Sánchez es consciente de que Carles Puigdemont es imprevisible, lo que puede obligar a agotar los plazos. Por ello la presidenta del Congreso, Francina Armengol, todavía no ha anunciado la fecha del debate de investidura (en el caso de Feijóo no esperó ni 24 horas para hacerlo). 

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La fecha límite está fijada para el 27 de noviembre. Si para entonces Sánchez no ha sido investido presidente, los españoles se verán abocados a regresar a las urnas el próximo 14 de enero.

La negociación no será fácil y deberá enfrentarse a un nuevo obstáculo. El imaginario "Consejo de la República" que preside Puigdemont celebrará entre el 17 y el 23 de octubre una consulta telemática para que sus inscritos decidan si Junts debe apoyar la investidura de Pedro Sánchez.

Aunque la pregunta se ha planteado en sentido inverso, por exigencia de 1.064 de los inscritos: "¿El Consejo de la República debe promover el bloqueo a la investidura del presidente del Estado español por parte de los partidos independentistas catalanes?".

El escoramiento radical de una parte de los seguidores de Puigdemont puede provocar que Junts decida provocar la convocatoria de nuevas elecciones generales, aun cuando el partido independentista no tenga garantías de mantener el papel decisivo que le otorgaron los comicios del 23-J. 

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que gobierna en minoría gracias al apoyo del PSC, ha intentado evitar que la investidura de Pedro Sánchez se convierta en una competición entre ERC y Junts para atribuirse el mérito de las concesiones arrancadas durante la negociación.

De ahí que ERC pactara con Junts la negociación aprobada por el Parlament el pasado viernes, que exige un "compromiso" para celebrar un referéndum de independencia, como condición para apoyar la investidura de Sánchez.

Por el momento, Sánchez ha descartado por completo la celebración de este referéndum, "no sólo porque no lo contempla la Constitución, sino porque es contrario de lo que siempre he defendido con mi palabra y mi acción", dijo en su comparecencia del martes en la Moncloa.

Aunque también es cierto que, hasta las elecciones del 23-J, Pedro Sánchez y once de sus ministros sostuvieron que la amnistía que ahora negocia con Puigdemont "no cabe en la Constitución".