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Política PAÍS VASCO

El 'Frankenstein' atrapó al PNV: de tener 140.000 votos más que Bildu a sufrir el 'sorpaso' en sólo 4 años

16 agosto, 2023 02:51

El PNV se está moviendo en una compleja paradoja. Fue el partido necesario para que Pedro Sánchez llegara al poder en la moción de censura de 2018, cuando los vascos abandonaron el bloque que había aprobado los Presupuestos de Mariano Rajoy. También fueron, la pasada legislatura, los que más se alinearon con el PSOE en las votaciones del Congreso. Sin embargo –y ahí va la paradoja–, la cercanía a Sánchez les quema.

A pesar del posibilismo peneuvista, está siendo Bildu la principal formación que está sabiendo materializar los réditos políticos desde que Sánchez se puso al frente de lo que Alfredo Pérez Rubalcaba calificó como un "Gobierno Frankenstein". Desde que el secretario general socialista preside España, el PNV ha caído a ser la segunda fuerza en País Vasco. Podría decirse que el Frankenstein ha atrapado al PNV.

Para muestra, un botón. En las elecciones generales de abril de 2019, el PNV le sacó a Bildu nada menos que 136.237 votos, más del 50% de todos los que había recibido la formación abertzale. Pero en las municipales del pasado 28 de mayo, cuatro años después, el partido de Arnaldo Otegi sorpasó a los peneuvistas, tendencia que se confirmó en las generales del 23 de julio.

Con este escenario, el mapa parlamentario que dibujaron los últimos comicios le ha brindado al PNV una oportunidad de oro, aunque frágil por momentos. Los nacionalistas tienen que jugar bien sus cartas para hacerse valer y revertir esa tendencia electoral negativa que llevan concatenando ya varios años.

Lo que suceda de cara a la conformación de la Mesa del Congreso el próximo jueves y a la hipotética investidura de Sánchez se pondrá posteriormente a examen en las elecciones autonómicas de País Vasco, previstas para julio del año que viene. En las de 2020, el PNV aventajó por 100.000 votos a los bildutarras. Ahora, es difícil que en 2024 siga por delante de sus competidores.

Tendencias cruzadas

El PNV firmó el pasado 23-J su peor resultado en lo que va de siglo: sólo sacó 275.782 votos. Nada que ver con los 395.884 de las elecciones de abril de 2019, uno de sus resultados más altos en el histórico. Esa tendencia se ha cruzado con un Bildu en crecimiento, que pasó de los 259.647 votos en 2019 a los 333.362 del 23-J.

Aunque en escaños no se ha notado mucho, el PNV ha caído uno y Bildu ha subido otro entre los dos comicios, ambas fuerzas han acabado ahora con los mismos cinco diputados en el Congreso y el mismo poder de influencia sobre un Pedro Sánchez que necesita amarrar todos los apoyos posibles no sólo para ser investido, sino para poder sacar adelante la legislatura.

[Sumar y Bildu maniobran juntos para que el PNV no presida la Mesa por temor a su protagonismo]

Donde sí se ha notado la pérdida de poder ha sido en su propio territorio. En las municipales del 28-M, el PNV perdió nada menos que 81.379 votos con respecto a las de mayo de 2019. Ahí, Bildu ganó 17.980 votos.

Así, los dos partidos han pasado de estar más o menos empatados en el número de concejales en 2019 a que Bildu se vuelva a desmarcar del PNV. En mayo, los de Andoni Ortuzar consiguieron 986 escaños, frente a los 1.399 de Bildu. Con esta tendencia, muchas voces ven a Arnaldo Otegi como futuro lehendakari a partir de 2024, aunque de momento la alianza actual del PNV y el PSE sigue teniendo más peso que la alternativa.

Hay muchos motivos locales para que esta tendencia esté sucediendo. El principal, que engloba a los demás, es que el poder que sigue reteniendo el PNV en País Vasco está acusando cierto desgaste electoral a la formación. Pero también hay motivos nacionales, y es que Bildu está sabiendo rentabilizar mejor las concesiones que Sánchez le está haciendo a los nacionalistas.

Por eso el PNV está ahora en una situación dulce. Tanto el PSOE como el PP están cortejando a la formación para obtener su apoyo el próximo día 17 y conseguir la presidencia de la Mesa del Congreso. Sin embargo, los socialistas tienen que hacer mayores balances y convencer también a otras formaciones como Bildu, ERC o, los más imprevisibles de todos, Junts.

Ante esta situación, el PP ofrecerá al PNV un asiento en la Mesa para que el partido de Ortuzar pueda hacer como "bisagra de desempate" entre bloques, tal y como adelantó este diario. Los nacionalistas vascos tienen que sopesar ahora si es una oferta atractiva, aunque suponga ponerse en la votación del 17 del mismo lado de Vox.

Quizás es un mal menor para luego tener el control de la Mesa durante la legislatura y poder votar según considere, con el objetivo de obtener mayor rédito y llegar a tiempo de cortar la sangría antes de las autonómicas de 2024.