El año desde el que se considera que tenemos suficientes datos para medir la temperatura de la Tierra es 1850. El Servicio Climático de Copernicus, dependiente de la Comisión Europea, y muchas otras agencias internacionales, han confirmado que el año más cálido desde entonces ha sido 2024. Además, fue también el primer año en el que la temperatura media mundial superó en 1,5 grados su nivel preindustrial, justo el umbral establecido por los Acuerdos de París.

Hay más referencias para hacernos una idea de dónde estamos. Por ejemplo, los llamados 'límites planetarios', establecidos por el científico sueco Johan Rockström, identifican nueve procesos biofísicos esenciales para mantener la estabilidad del planeta. El año pasado el planeta ya rebasó seis de ellos.

Por su parte, el World Economic Forum realiza anualmente un informe de riesgos. En el último, presentado en enero de este año, advierte de que el volumen de las pérdidas económicas generadas por catástrofes naturales se ha disparado un 75% entre 2014 y 2023.

Hay más informes y datos, nunca habíamos tenido tanto conocimiento científico a nuestra disposición, pero bastan los aportados, recogidos en nuestro recientemente aprobado Plan Estratégico de Sostenibilidad 2025-2027, para evidenciar que el cambio climático es un gran reto al que se enfrenta la humanidad.

En este contexto, impulsar la transición energética es un compromiso ineludible. Las compañías que no pongan en el centro la sostenibilidad no tendrán futuro. Por ello, Endesa mantiene su apuesta por la sostenibilidad para convertirse en una compañía cero emisiones en 2040, momento en el que tendremos una generación y venta de energía 100% limpia.

Nuestra trayectoria de 80 años de contribución al desarrollo y al progreso industrial de España nos ha visto evolucionar desde el carbón a las energías renovables, pasando por la configuración de la mayor red de distribución del país. Esto nos ha permitido desarrollar un concepto de la sostenibilidad hoy ya maduro y que integra lo medioambiental junto con la creación de valor para accionistas, inversores y las comunidades locales en las que operamos.

Este compromiso se expresa claramente en las acciones de nuestro Plan Industrial para los próximos tres años. Recoge inversiones de 9.600 millones de euros (sujetos al adecuado entorno regulatorio) orientadas en su mayoría hacia ODS clave como el 13: Acción por el Clima. Contribuye con acciones concretas al 7, Energía asequible y no contaminante, a través del despliegue de las renovables. Y también al 9 Industria, innovación e infraestructura, a través de la inversión en las redes de distribución.

Lograr que la transición energética sea justa entronca con el ODS 11, Ciudades y Comunidades Sostenibles. Como dato, esperamos llegar a 310.000 beneficiarios durante el próximo trienio con proyectos de acceso a la energía, desarrollo socioeconómico y educación de calidad.

Complementario al plan industrial, contamos con el citado Plan de Sostenibilidad a 2027. Con objetivos públicos y medibles en los ámbitos ambiental, social y de gobernanza, su aprobación al máximo nivel por el consejo de administración garantiza la integración de la sostenibilidad en todas las líneas de negocio.

En definitiva, el cambio hacia una economía descarbonizada en el que estamos inmersos representa una oportunidad de progreso económico y social, y de mejora del planeta. Para ello, el plan energético español (PNIEC) a 2030 establece inversiones de 308.000 millones de euros, de las cuales el 82 por ciento corresponden al sector privado.

Inversiones que deben centrarse en la electrificación de la economía con el transporte, la industria y la vivienda como grandes retos pendientes; el desarrollo de las tecnologías de almacenamiento energético a gran escala; el despliegue de nueva potencia renovable, y su integración en unas redes de distribución digitalizadas, robustas, resilientes y adecuadamente remuneradas.

Pero este desafío no solo implica la implementación de tecnologías libres de emisiones, sino también el empoderamiento de las nuevas generaciones mediante la educación en habilidades digitales y tecnológicas. Por ello, es esencial invertir en la formación de jóvenes en áreas clave como la programación y la informática, competencias que estarán en el centro de la revolución energética que estamos viviendo.

En este sentido, plataformas como Code.org que venimos respaldando desde Endesa y que promueve la enseñanza del lenguaje de programación en todo el mundo pueden jugar un papel fundamental.

Me gusta decir que estamos en el mejor sector y en el mejor momento posible. Estamos ante una oportunidad de país, de creación de una riqueza que, al igual que el nuevo modelo industrial y energético que aspiramos a construir entre todos, debe ser compatible con el impulso de la biodiversidad, la escucha a las comunidades locales y el respeto a los derechos humanos. En este entorno cambiante, retador y al mismo tiempo lleno de oportunidades, los ODS se reivindican como una guía de futuro fundamental.

*** José Bogas es CEO de Endesa.