Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, en sus primeras jornadas de sostenibilidad.

Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, en sus primeras jornadas de sostenibilidad. Esteban Palazuelos

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Las jornadas de cultura sostenible del Teatro Real arrancan con el arte como vía para impulsar el cambio

Las instituciones culturales y los artistas tienen un papel fundamental de sensibilización con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para afrontar los grandes retos que plantea el mundo en esta década.

21 marzo, 2022 12:36

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El arte tiene las herramientas más poderosas para actuar en el campo de la sostenibilidad”. Son palabras de Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, en la inauguración de sus primeras jornadas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y compromiso con el medioambiente.

Tanto las organizaciones culturales como los artistas tienen ante sí grandes retos en materia de concienciación y sensibilización para conseguir un mundo sostenible que, como han asegurado los presentes en la primera mesa sobre artes plásticas y museística, no es cosa del futuro, porque ese momento ya está aquí: no sólo en el mañana, sino en el hoy. 

Los ODS son una realidad y el mundo del arte tiene un papel esencial para cambiar conciencias y asegurar un mundo mejor. Pero para ello, como ha indicado Marañón en su discurso de inauguración, “necesitamos conocer los planes de los museos, de los artistas y cineastas, de la moda, de la gastronomía, de los escritores… pero también cómo se financia todo, qué posibilidades abren en este campo los fondos europeos y cómo se articulan las normas para construir esa nueva realidad”.

Para ello, la primera mesa ha reunido personalidades como Cristina Almodóvar, artista plástica; Evelio Acevedo, director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y a Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, que han mantenido un debate sobre los objetivos comunes en materia de sostenibilidad y el papel del arte en este sentido.

Los ODS son una realidad y el mundo del arte tiene un papel esencial para cambiar conciencias y asegurar un mundo mejor

Un campo en el que cobra protagonismo el feminismo como parte fundamental de los ODS. Borja-Villel recuerda que los artistas, tras salir de la cuarentena que planteó el coronavirus, cuestionaban en sus obras la normalidad a la que queríamos volver. 

Consideraban que “el que no haya igualdad de género o exista discriminación racial, el que no se tengan en cuenta los elementos ecológicos, todo ello está ligado a una concepción egoísta y heteropatriarcal del mundo”. Para el director del Museo Reina Sofía, “el feminismo es ya fundamental, y en 2030, no se debería ni siquiera hablar de cuotas” en las instituciones.

Manuel Borja-Villel, director Museo Reina Sofía.

Manuel Borja-Villel, director Museo Reina Sofía. Esteban Palazuelos

La sostenibilidad, inherente al arte

Como tampoco lo debería ser, según los presentes, el cuestionar la necesidad imperiosa de respetar el entorno en el que vivimos. Desde el punto de vista artístico, Almodóvar, dedicada a la escultura, cuenta que es importante que haya elementos naturales en el arte, porque “somos parte de ella”. Añade que el artista es algo más que el constante ciclo de la innovación que impone la sociedad y, con ello, el arte recuerda que la sostenibilidad ha existido siempre en este sector.

A pesar de que los artistas utilizan materiales tóxicos, Almodóvar defiende que es también parte de su trabajo llevar a cabo su utilización sostenible, realizando después un correcto reciclaje. Un aspecto que no sólo queda en los artistas, sino también en las instituciones culturales. Sobre todo, en un contexto de cambio climático cada vez más apremiante.

Desde el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, su director asegura que es “imprescindible” el consumo responsable. “Hemos reducido un 42% la electricidad, con sensores de luz, por ejemplo; también hemos reducido en torno a un 30% el consumo de agua; el 96% de nuestros proveedores ya no utilizan plásticos”, cuenta, y añade que es necesario, hoy más que nunca, tomar medidas en ese sentido.

Cristina Almodóvar, artista plástica.

Cristina Almodóvar, artista plástica. Esteban Palazuelos

“Ya Van Gogh y otros autores de la revolución industrial reflejaban esa preocupación ecológica en sus obras. Tenemos muchos campos en los que actuar en nuestras prácticas, pero también en ese entorno de mantenimiento de colecciones y programas expositivos. Habrá que pensar en otros formatos”, señala Acevedo.

Integrar la sostenibilidad en el mundo de hoy, en opinión de Borja-Villel, pasa por “decolonizar nuestra mirada y entender que somos parte de la naturaleza” y añade que esto tiene que ver con los museos y cómo entienden su economía o la relación con el visitante, entre otros aspectos. Se pregunta Borja-Villel: ¿Son necesarios los correos? ¿Son necesarias tantas cajas? “Todo tiene que ver con una economía más ecológica”, asegura.

De camino hacia el año 2030

Tan sólo quedan ocho años para llegar al deadline que los países se marcaron en el año 2015. Aquel año, Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible para que los países y las sociedades emprendieran un nuevo camino en aras de mejorar la vida de todos. Y lo hicieron a través de 17 ODS que incluían aspectos desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático.

Evelio Acevedo, director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Evelio Acevedo, director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Esteban Palazuelos

Los ponentes presentes en estas jornadas tienen un protagonismo fundamental en ese camino y lo han resumido en una palabra: sensibilizar. A través del arte, a través de sus propios comportamientos, tienen la responsabilidad de educar y de hacer llegar al público la necesidad de conseguir una sostenibilidad en la sociedad.

Para Almodóvar, su arte –centrado en su caso particular en la naturaleza– ofrece paz y acerca a su público la visión de que “puede haber algo mejor, porque el mundo merece ser mejor que nosotros”, señala. “Los artistas intentamos reflejar la belleza”, cuenta, pero también los hay quienes reflejan el dolor. Todo ello, insiste la artista, es necesario para sensibilizar y para avanzar en ese camino que marcan los ODS.

Acevedo, desde el punto de vista de la museística, cuenta que para cambiar las cosas hace falta visibilizarlas y contarlas. “Tenemos en el arte una responsabilidad de utilizar las colecciones como una vía para transmitir unos valores”, apunta, pero se define como “optimista”, porque considera que, aunque supone un reto, las instituciones ya están demostrando que están comprometidos con la Agenda 2030 y están tomando medidas en esa dirección.

Integrar la sostenibilidad en el mundo de hoy, en opinión de Borja-Villel, pasa por “decolonizar nuestra mirada y entender que somos parte de la naturaleza”

Desde el Reina Sofía, su director asegura que, desde hace años, cuestionan a la institución, son incómodos con ellos mismos, pero también plantean alternativas. En este sentido, resume en cuatro palabras la deriva de museos como este en cuatro valores fundamentales: solidaridad entre seres humanos y especies; hospitalidad, en el sentido de aceptar al otro cuando realmente es distinto; lo común, porque se aprende con los cuerpos de los demás; y decolonizar nuestra mirada para entender que hay otras formas de arte. 

No obstante, a lo largo de esta mesa, los asistentes han compartido una misma visión, y es que la naturaleza no está fuera de nosotros mismos, sino que somos parte de ella y, como aseguraba Almodóvar, vivimos habitados por ella.