En el mundo hay lugares que nos dejan sin palabras, en los que la naturaleza se ha puesto de acuerdo para ofrecer panorámicas que jamás nos imaginaríamos. Identificar todos ellos podría llevar toda una vida, sin embargo, conocer algunos de ellos merece ese esfuerzo.

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Para la naturaleza no hay imposibles, y si pensábamos que desafiar a las estaciones del año y combinarlas en un solo lugar únicamente podía pasar en las películas, una playa situada en Japón consigue, cada invierno, esa combinación exclusiva.

Cada invierno, la desembocadura del río Tokachi se congela. Debido a las bajas temperaturas se forman bloques de hielo, un espectáculo visual que llega hasta la playa de la ciudad de Toyokoro.

Este fenómeno de la naturaleza se conoce como 'hielo joya' y consiste en unos bloques helados dispersos como piedras preciosas sobre la arena. Constituye una atracción turística en la que no solo podrás contemplar estos bloques de agua congelada, sino que también podrás caminar sobre la nieve y la arena al mismo tiempo.

¿Joyas de hielo?

En pleno invierno, los pequeños rayos de sol que aparecen entre las nubes, caen en los bloques de agua congelada. Ese resplandor provoca unos destellos y transparencias únicas en el hielo, una sensación que solo suscitan las mismísimas joyas.

El río Tokachi tiene una temperatura por debajo de los cero grados, cuando esa agua helada se une con las diferentes mareas oceánicas, da como resultado la congelación en pequeños bloques, conocidos como las joyas de hielo. 

Joyas de hielo.

Para conseguir estos pequeños bloques de hielo es necesario que el proceso de congelación sea muy lento. Normalmente, cuando el agua se congela, lo hace de forma rápida, con burbujas en su interior.

Sin embargo, estas joyas requieren más tiempo con el fin de que las impurezas y el aire acumulado salgan a la superficie y no interfieran en la transformación. Esta singular formación se da en muy pocos lugares del mundo, uno de ellos la propia isla de Hokkaido y el segundo, la playa de los Diamantes en Islandia.

En el proceso, el hielo originado por las altas temperaturas, se rompe en pedazos y flota en el océano hasta depositarse en la orilla. Allí se acumulan los bloques y, eventualmente, se funden en la arena.

Invierno y verano, en un mismo camino

A pesar de que las joyas de hielo sí sean visibles en otras partes del planeta, la confluencia de nieve, arena y mar en una misma formación natural, es un fenómeno del que solo puedes disfrutar si vas a Japón. Constituye una panorámica de la cual ningún otro paraje del mundo puede presumir.

Se conoce como una atracción imperdible para quienes visitan Hokkaido en invierno, pero sobre todo para los fotógrafos, quienes gracias a la foto que se hizo viral en redes, han ido en busca del mejor punto para mostrar toda su belleza.