Editorial EDITORIAL

La cansina y manoseada guerra sanitaria que no cesa en Castilla-La Mancha

15 mayo, 2017 00:00

La sanidad no es perfecta en Castilla-La Mancha. Tiene graves defectos y carencias. Hay necesidades por cubrir y las plantillas tienen problemas y necesidades perentorias. La atención que recibe el usuario es mejorable y conseguir la máxima calidad posible debe ser un objetivo prioritario del Gobierno de Castilla-La Mancha y del Sescam. Esto es lo evidente, lo que todo el mundo ve y lo que viene pasando en la sanidad castellano-manchega desde hace muchos años: antes y ahora, con el anterior Gobierno y con este, con unos equipos directivos y con otros. Todo el matizable, pero nos parece una realidad palpable afirmar que la sanidad en Castilla-La Mancha tiene importantes problemas por resolver.

Pero eso es una cosa y otra muy diferente que sea justo y legítimo llevar al sistema sanitario regional a la batalla política permanente y a la polémica infinita, como vienen haciendo alternativamente los dos grandes grupos políticos de Castilla-La Mancha desde hace años, el PSOE y el PP. Antes unos y ahora otros, y viceversa. La situación en los últimos meses se está sacando de quicio y la imagen que se ofrece del Sescam y de la sanidad castellano-manchega no contribuye más que provocar tensiones, crear mal ambiente laboral, dar al usuario la impresión ficticia de que nada funciona en el sistema y, de paso, ofrecer una visión de Castilla-La Mancha negativa y alejada de la verdad.

La denuncia y la crítica son legítimas y saludables, pero no tanto cuando se cronifican y convierten al objeto de la denuncia en un mero instrumento al servicio de intereses políticos y partidistas. Y cuando lo que menos importa es la realidad, sino su manoseo político. La sanidad de Castilla-La Mancha también tiene grandes profesionales, excelentes plantillas y muchos retos conseguidos, algunos de ellos destacados nacional e internacionalmente, y esa verdad nunca se airea, aún siendo la que más importa.