Anna Gual. Foto: Sílvia Servat.

Anna Gual. Foto: Sílvia Servat.

Poesía

'Las ocultaciones', de Anna Gual: poesía tan sorprendente como gratificante

Con un lenguaje diáfano y sobrio, la autora catalana indaga sobre el pasado, cuerpo y los misterios cotidianos en su octavo poemario, premiado y bilingüe.

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¿Es disparatado deducir que la radicalización nacionalista en Cataluña ha influido en la escasa publicación de libros de poesía escritos originalmente en catalán y traducidos al español o castellano? Hace años, no pasaba. Hay excepciones. El caso de Joan Margarit, por ejemplo.

Las ocultaciones

Anna Gual

Traducción de Joan de la Vega.
Vaso Roto, 2025. 52 páginas. 19 €

Poco más. Resulta por eso tan sorprendente como gratificante descubrir Las ocultaciones / Les ocultacions, de Anna Gual (Barcelona, 1986), su octavo título (vertido con solvencia por el poeta y editor Joan de la Vega), algunos reconocidos con premios (este ganó el Miquel de Palol).

Sus versos han sido traducidos a diversas lenguas y fue artista residente en el Palau barcelonés.

En el primer poema, "La petición", Gual pide: "Ilumíname / lo que no veré jamás". A esa indagación dedica el libro entero, entendido como una unidad de sentido gobernada por la idea central de buscar lo que se esconde, lo que es misterioso (como ese ser no nato, su "ocultación predilecta"), secreto u oscuro, sin que por ello su poesía sea hermética, rebuscada o mística.

Declárase "Adicta a la claridad / de las cosas más oscuras". Aboga por "lo real" ("realidades, no humo", dijo Joan Vinyoli) y usa un lenguaje diáfano y sobrio, donde cada palabra está colocada en su lugar, como cada fragmento de roca en una pared de piedra seca.

Su labor es de revelación o desvelamiento. Siempre pendiente de la genealogía. El tono, meditativo (léase "La bengala"). Una línea medular se ocupa de la reflexión sobre la poesía, que escribe "para amparar a alguien", "para abrigaros".

Ahí, poemas como "La policefalia", "La lechuza", "La nebulosa", "La musa"… "Escribo sin escribir", sostiene.

Habla de "Lo absurdo de escribir" y de que "Escribo para pertenecer a los otros". Su "animal preferido" es la "Poesía". "Refugio" y "condena". "Yo soy el esqueleto del poema", concluye.