Image: Memorial de Ayotzinapa

Image: Memorial de Ayotzinapa

Poesía

Memorial de Ayotzinapa

Mario Bojórquez

15 julio, 2016 02:00

Mario Bojórquez. Foto: Círculodepoesía.com

Visor. Madrid, 2016. 92 páginas, 12€

Poeta, traductor y ensayista, Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968) prolonga la estela de los escritores mexicanos de calidad del siglo XX. Reunió sus primeros poemas en el volumen El rayo y la memoria. Sus libros de versos posteriores fueron Diván de Mouraria, El deseo postergado, Y2K, Hablar Sombras y Memorial de Ayotzinapa. El conjunto ha recibido el respaldo entusiasta de dos autores prestigiosos: Eduardo Lizalde y Lêdo Ivo.

Memorial de Ayotzinapa está dividido en dos secciones y una coda. Encabezados por números romanos, cuarenta y tres textos sin título ni puntuación forman la primera parte del libro. Pronto aparece uno de los protagonistas de la obra: el nahual. En la mitología de algunos países hispanoamericanos, es el animal simbólico que con su espíritu protege los lugares sagrados. También cuida de los individuos. Se presenta con el aspecto doble de un ser humano y un jaguar, un perro o un coyote. El poeta dialoga con él. Le comunica que todo se encuentra vacío, que un relámpago cruza una piedra de moler. Inicia la búsqueda de huesos preciosos y observa los filos de obsidiana. Se encamina hacia un recinto oscuro. Su nahual lo dirige con varios consejos. Bajo la luna del color de la sangre, el hombre contempla cuerpos mutilados, atraviesa un río de ceniza, sortea fosas y emboscadas. Halla zopilotes, gusanos, codornices, abejas y un cuervo que "canta sobre una estaca de miedo". El viaje simboliza el rechazo de los crímenes de Estado, la angustia frente a la violencia de México: "Desde la orilla del barranco / veíamos cómo caían los cuerpos por la ladera del basural".

La segunda parte de la obra, "Cuaderno de perdedores", de veinticuatro poemas, describe una pérdida amorosa. El autor deposita un letrero, una lámpara y un sobre escrito por si regresa la persona amada: "Hoy es el día de tu cumpleaños / Y el de mi luto". Sólo recibe los mensajes de una ausencia.

Mario Bojórquez concluye su Memorial de Ayotzinapa con tres páginas emocionantes y una impresión de extrañeza. En uno de los textos más profundos del libro, revisita lugares. Consigue desdoblarse para recordar al hombre que fue y estuvo desorientado "en disputas inútiles / que pulieron su corazón / y afilaron su lengua". Los sesenta y ocho versos de la coda encierran el frescor antiguo de los árboles, las jarcias, el vidrio, la losa, el adoquín, la esquirla, los abismos. Con ellos acaba la obra de un poeta que parece empeñado en evitar los caminos fáciles.

@FJIrazoki