El dibujante y guionista Borja González (Badajoz, 1982) ha sido galardonado con el Premio Nacional del Cómic, correspondiente al año 2023, por su última obra, Grito nocturno. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros.

El jurado ha destacado su obra Grito nocturno “por la lírica, el surrealismo y por un trabajo gráfico de una gran elegancia y exquisita belleza con la que su autor construye un álbum tan divertido de leer como profundo y fascinante. Una obra de carácter neogótico en la que destacan la fuerza y la vitalidad de sus protagonistas femeninas”.

Magia, fantasmas, desapariciones, imaginería gótica y otaku confluyen en esta novela gráfica, publicada por la editorial Reservoir Books en marzo de 2022, con una atmósfera macabra y bella y referencias constantes a la cultura pop.

Borja González. Foto: Laura Cortés

Grito nocturno cuenta la historia de tres chicas soñadoras, hastiadas de la vida cotidiana en una pequeña ciudad de aire estadounidense. La protagonista del cómic, Teresa, es la dueña de una librería especializada en literatura fantástica y de terror a la que acude todos los días la pequeña Matilde. Sus monótonas vidas dan un vuelco la noche en que Teresa lee un conjuro que, lejos de lo esperado, no invoca a un demonio, sino a un genio con forma de chica vestida con una camiseta de Pokémon, llamada Laura y a la que le gusta el manga y todo lo relacionado con la cultura pop japonesa.

El jurado también ha señalado que "Borja González es capaz de transmitir con su trabajo unas emociones que atrapan y enganchan a través de sus estilizados personajes sin rostro. Grito nocturno es una obra con un punto onírico y cotidiano a la vez, que hace soñar y participar al lector".

Teresa conoce a Laura tras invocarla con un conjuro. Viñeta de 'Grito nocturno', de Borja González (Reservoir Books)

En efecto, una de las señas más características del estilo gráfico de González es la ausencia de rostros, lo cual no impide que sus personajes resulten plenamente expresivos. "Eso se consigue trabajando mucho todo lo que no son rasgos faciales", explicó a El Cultural en una entrevista con motivo de la publicación del libro.

La composición de la página también es clave en el trabajo de González a la hora de establecer el ritmo de la narración. "Le dedico mucho tiempo a pensar cuál va a ser el ritmo de lectura del lector. Cuánto va a tardar en leerse el cómic, en qué viñetas quiero que se detenga. En ese sentido quiero que sea como un disco de música, algo que terminas en media hora, así que recorto mucho para que la lectura sea fugaz”, explicaba en la misma entrevista.

En su anterior obra, The Black Holes, González no solo desplegó el mismo estilo gráfico, sino que construyó una trama similar, protagonizada únicamente por personajes femeninos jóvenes y soñadores, con atmósfera gótica y pop, fantasmas y viajes interdimensionales.