Image: Los tiempos del odio

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Novela

Los tiempos del odio

Rosa Montero

9 noviembre, 2018 01:00

Rosa Montero. Foto: Iván Gutiérrez

Seix Barral. Barcelona, 2018. 400 páginas. 20 €. Ebook 12,99 €

A lo largo de su primera mitad, la nueva novela de ciencia-ficción de Rosa Montero (Madrid, 1951) avanza encadenando escenas que, al margen de su innegable eficacia lúdica, remiten muchas veces a algo que ya hemos leído o visto. Si tenemos en cuenta que esta es la tercera entrega protagonizada por la detective replicante Bruna Husky, y que en las anteriores esta sensación ya había ido ganando terreno, el asunto no puede pasarse por alto. Más aún porque esa reiteración no sirve para darle ningún giro novedoso a los referentes involucrados: al lector le complace jugar a Blade Runner en Madrid, pero a la larga se impone la sensación de un excesivo acomodamiento, puesto que ese punto de partida tan reconocible necesitaba crecer para tener algo propio que decir (da igual por qué vía: si la irónica y autoconsciente, la especulativa, la estilística...).

Tal cosa apenas ocurre en Los tiempos del odio. Es más, en su segunda mitad la trama da un salto discutible que combina elucubraciones interpretativas en torno a un cuadro del Greco y referencias conspiranoicas a los rosacruces que suenan a literatura pop algo reiterativa a estas alturas. Eso tal vez pueda defenderse como una muestra de descaro desprejuiciado, pero es que el resultado es desvaído, rutinario, innecesario para el desarrollo del libro. Entonces, el lector llega al final, donde se subraya la vinculación entre autora y protagonista de un modo explícito que peca de ingenuo, y se afianzan las dudas que genera el conjunto.

Al fondo están los temas constantes de la autora: la identidad individual, la memoria, señales de vida reconfortantes

Estilísticamente, lo que mejor funciona en el libro son las escenas de acción, en las que Montero exhibe una habilidad técnica admirable: persecuciones, tiroteos y peleas lucen plásticas, ágiles, cinematográficas en el mejor sentido. No es una virtud frecuente en nuestra literatura de género, y se agradece. Pero a cambio, la escritura deja asomar lugares comunes que nos hablan de un texto que no quiere exigir demasiado al lector: "atracción volcánica", "el fuego de la pasión", "su vieja amiga la resaca", "un hielo que abrasaba", "rostro recauchutado"… Añadamos el intento fallido de hacer convincente una jerga anglo-futurista que incluye a partes iguales aciertos y debilidades.

De la mano de estos problemas, e indistinguible de ellos, está el principal límite de Los tiempos del odio: lo coyuntural de sus especulaciones temáticas. El futuro sirve para pensar el presente, como saben Ballard, K. Dick, Warren Ellis, Juan de Patmos y, sin duda, también Rosa Montero. Sin embargo, en estas páginas nuestro presente es leído en sus rasgos más periodísticos, sin ambivalencias ni riesgos que permitan sacar a la luz estructuras profundas. Así, detalles atractivos como un barrio de Vallecas gentrificado o la prohibición de las corridas de toros en Madrid, y arcos argumentales relevantes como la lucha sin cuartel entre estados supranacionales, terrorismo y populismo, acaban por resultar más ingeniosos que iluminadores. Son comentarios de actualidad sensatos pero que desaprovechan el horizonte enorme que proporciona la ciencia-ficción. Al fondo, siguen presentes los temas constantes de la autora: la identidad individual, la memoria, la posibilidad de vínculo con el otro: señales de vida reconfortantes.

@Nadal_Suau