Novela

La hora azul

Alonso Cueto

1 diciembre, 2005 01:00

Alonso Cueto. Foto: E. A.

Premio Herralde, 2005. Anagrama, 2005. 302 páginas, 17’50 euros

Hace tan sólo unos meses que comentábamos en estas mismas páginas la novela del peruano Alonso Cueto Grandes miradas. Nacido en Lima en 1954, ha publicado ya una docena de libros (relatos y novelas) y ha recibido premios nacionales e internacionales.

La hora azul, último premio Herralde , es una novela que no ha de dejar indiferente al lector, puesto que posee casi todos los ingredientes que conforman un éxito de lectores. Es ágil, amena, dramática, urbana contemporánea, se inspira en la guerra civil peruana (entre Sendero Luminoso y el ejército, en la lejana región de Ayacucho); su trama resulta una intriga casi detectivesca. Es también una trágica novela de amor, de extrema violencia, folletinesca y con final feliz.

Cueto narra linealmente, aunque el protagonista, un considerado abogado limeño, casado con una mujer de buena posición se implica, tras la muerte de su madre -dama intachable y separada, años antes, de un coronel de Marina- en una indagación familiar que ha de llevarle por caminos insospechados. Deberíamos decir, también,que posee los ingredientes del best-seller. Adrián Ormache descubre una carta de Vilma Agurto, una desconocida, en un baúl de papeles de su difunta madre, dejada como al descuido. Esta mujer sería la tía de la mujer que su padre le pidió que buscara en su lecho de muerte. Atará complejos cabos hasta dar con la desconocida a través de ex militares que fueron sus colaboradores. Las figuras de Guayo y Chacho resultarán imprescindibles. No dudarán en utilizar el chantaje y hasta la brutalidad. Se presentan como seres despreciables, ya licenciados del ejército; pero su relación con el protagonista constituye uno de los mayores aciertos de la novela, por su simbólico tratamiento psicológico. Ante la guerra cabe decir que la novela de Cueto pretende presentarla con imparcialidad y, si relata los abusos militares, tampoco idealiza los crímenes de la secta que capitaneara Abimael Guzmán.

El espacio elegido es la Lima actual, muy distinta de la que narrara Vargas Llosa, la de su propia adolescencia y juventud. Tan sólo en un episodio intermediario el autor describirá un viaje a Huanta y Luricocha, centros donde se había desarrollado la guerra. Allí, a través de un sacerdote descubrirá las atrocidades de unos y otros e irá perfilando la figura de la mujer que busca, la que su padre raptó cuando luchaba contra Sendero Luminoso. Serán menos de treinta páginas, pero en ellas el protagonista llega a pisar los cementerios clandestinos y visita y fotografía los lugares donde estuvo destacado su padre. Allí descubrirá las raíces de un país que desconoce.

La hora azul es una novela escrita con trazo breve y cortante, característico de su autor. Parece escrita con la rabia de quien pretende ajustar cuentas con una realidad que aún duele. Una cruel guerra antiguerrilla y anticampesina, civil, como la designa, no puede sino dejar cicatrices mal cerradas. Las justificaciones morales se saben falsas, casi tanto como el destino de Miriam y el retorno a la vida tradicional del abogado. Puede entenderse también como un relato apresurado. Salvo los personajes marginales, la trama no deja resquicios. El tiempo en el que se desarrolla corresponde a los años 90, los datos de la guerra contra Sendero Luminoso (1980-1992) se nos dice que han sido rigurosamente documentados. Se seguirá así la fórmula de la novela histórica, aunque el excesivo tono melodramático acabe dañando la verosimilitud argumental.