Image: Las vacaciones del pequeño Nicolás
En 1960 El pequeño Nicolás veía por vez primera la luz. Para aquél entonces un protagonista infantil que narraba en primera persona su visión del mundo, combinan- do ternura e ironía, resultaba una novedad, porque estas aventuras cotidianas divertían al tiempo que realizaban sutiles críticas, sin por ello dejar de ser agudas, a ciertos roles y valores. Siempre valiéndose de la aparentemente ingenua perspectiva infantil. El éxito y la vigencia de este personaje, cuyos cinco títulos gozan de un número de reediciones sin precedentes, radica además en la técnica narrativa que inaugura: relatos cortos con personajes apenas bocetados donde las acciones se suceden con velocidad y la abundancia de diálogos nos permite escuchar las voces infantiles. Las ilustraciones manejan los mismos principios del texto hasta el punto que muchos niños llegamos a pensar que Sempé- Goscinny eran una sola persona. A diferencia de gran parte de sus imitadores, Nicolás es un personaje que sigue siendo joven y fresco, recomendable especialmente para lectores perezosos.