Ensayo

D'Ors. El arte y la vida

Antonino González

4 marzo, 2011 01:00

FCE, 2011. 347 pp., 23 e.


De la biografía de Eugenio d'Ors llama la atención una curiosa paradoja: la vida del pensador que hizo divisa del designio de "elevar la anécdota a categoría" suele reducirse a dos "anécdotas": su salida de Cataluña en 1921 -con el consiguiente abandono del catalán como lengua de escritura- y su temprano alineamiento con el régimen surgido de la sublevación militar contra la República en julio de 1936. Y como ha sucedido con otros hombres de su tiempo, la tentación de juzgar al escritor por su trayectoria política suele redundar en el mal entendimiento o menosprecio de su obra.

Sin ser propiamente una biografía, la monografía que Antonino González ha dedicado al pensamiento orsiano no sólo ofrece una completa síntesis de éste, centrada en las aportaciones del pensador a la Estética y la Ciencia de la Cultura, sino que además pone el acento en otras "anécdotas" de la vida de d'Ors más acordes con su justa caracterización como destacado intelectual europeo: por ejemplo, su decisiva participación en la décade o encuentro de diez días acaecido en la abadía borgoñona de Pontigny en 1931, donde discutió con otros pensadores su concepto de "lo barroco", germen del libro que publicó cuatro años después y con el que consiguió resonancia internacional.

A esa obra se dedica la parte más extensa y sustanciosa de este ensayo. Demuestra el autor la esencial coherencia de las ideas orsianas desde sus primeras manifestaciones, encuadradas en el noucentisme catalán, hasta la síntesis final que ofrecen sus tratados de los años 50. A través de intuiciones casi poéticas -el seny, el ángel, la teoría de los eones-, presentes en toda su obra, logra d'Ors articular una filosofía en la que se trata de superar la dicotomía razón-vida, presente en toda la historia del pensamiento occidental y especialmente relevante en la Edad Moderna, que es cuando más crudamente se han alternado las dos visiones reduccionistas cuya armonía intenta el pensador catalán: el racionalismo, negador de toda variedad y contingencia vitales, y el subjetivismo extremo. Si acaso, el lector de este ensayo podrá echar de menos una mayor articulación entre la evolución del pensamiento orsiano y las particulares circunstancias en las que vivió su autor. Al fin y al cabo, este pensamiento, que deslumbró a tantos pensadores europeos en la primera mitad del siglo XX, proporcionó también al fascismo español buena parte de su léxico y doctrina, a lo que contribuyó no poco el papel de d'Ors como "animador cultural" del régimen surgido de la sublevación de julio del 36. Esas otras "anécdotas" no invalidan su fascinante obra ni deberían desaconsejar su lectura; pero arrojan luz sobre la complejidad del personaje.