Image: Obras completas, I y II

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Ensayo

Obras completas, I y II

José Ortega y Gasset

25 noviembre, 2004 01:00

Ortega, Caricatura de Bagaría

Santillana/Fundación Ortega y Gasset, 2004. 1039 y 964 páginas, 50 euros c/u

Cuando nos acercamos al medio siglo de la muerte de José Ortega y Gasset, la Fundación que lleva su nombre ha logrado por fin comenzar la publicación de sus Obras Completas. Era una tarea necesaria.

Con este mismo título habían circulado varias ediciones anteriores -las publicadas por la Revista de Occidente en 1946, 1950 y 1953-, ninguna de las cuales resultaba satisfactoria, aunque cumplieron en su época un importante papel de difusión. Sería ocioso a estas alturas subrayar la extraordinaria importancia de Ortega en la cultura española del siglo XX. Ha sido una constante presencia intelectual durante medio siglo y un rico manantial de ideas, pero también un formidable escritor, que ha legado un poderoso caudal de acuñaciones memorables y cuya huella en terrenos y géneros como la prosa de ensayo o el artículo periodístico de nuestros días es aún perceptible. Los compiladores de esta nueva y excelente edición han pretendido no sólo ofrecer más textos que todas las anteriores, sino disponerlos en orden cronológico, de tal modo que el lector tenga ante sí en todo momento el proceso de desarrollo de la obra. Además, una serie de apéndices y notas sirven para precisar las correcciones o variantes de muchos textos, así como su relación con otros. Sin llegar a la minuciosidad de una edición crítica, la perspectiva filológica adoptada es encomiable, porque ayuda a poner orden en una obra compleja, editada hasta ahora con numerosas deficiencias, donde hay artículos sueltos, ensayos breves, trasvases de unos textos a otros y libros compuestos íntegramente por la agregación de artículos anteriores.

De todos modos, la solvencia de los editores se podrá calibrar mejor cuando acometan la publicación de las obras póstumas y de los escritos iné-ditos, que son los que plantean más problemas. Por ahora, estos dos volúmenes abarcan la producción orteguiana entre 1902 y 1915, formada casi completamente por artículos. La máxima novedad radica en la inclusión de Los terrores del año mil, la tesis doctoral de Ortega que, editada en 1909, no había vuelto a reimprimirse. De los treinta y tantos artículos periodísticos no recogidos en las anteriores ediciones de Obras completas y que aquí se insertan, muchos de ellos habían sido publicados ya. Por ejemplo -y pido perdón por pasar a la primera persona-, yo identifiqué y reproduje seis de ellos -no cuatro, como se deduce de esta edición-, aparecidos sin firma, hace ya cuarenta años, y tres más, igualmente sin firma, en 1983. Otros investigadores, como Garagorri o Béatrice Fonck, habían anticipado también algunos artículos que ahora se incorporan al volumen I. Sorprende un tanto la decisión de incluir los artículos publicados sin firma en una sección de "Anexos" y rompiendo incluso el orden cronológico. Si se admite la atribución de estos artículos hospicianos al autor, habría que situarlos en su lugar correspondiente, como se hace con algunos, también publicados sin firma y colocados fuera del gueto sin explicación alguna, como "La obstrucción, episodio nacional" o el artículo editorial con que se abre el semanario España.

Los compiladores han intentado limpiar los textos de erratas inveteradas y pertinaces, y lo han conseguido en buena medida, aunque todavía quedan algunas. En I, 97, "que resume" debe ser "que rezume"; en I, 190 se lee "atañaderas" por "atañederas"; en I, 264 se han unificado dos párrafos en uno; en I, 267 dice "por la fiereza" en lugar de lo que el autor escribió: "por la fuerza". Las formas "riguroso" de I, 765 y "rigurosamente" de I, 743 son erratas indudables: Ortega siempre escribió "rigoroso". En la línea penúltima de II, 224 es más que probable que la palabra "sistema" sea un desliz por "ansia". Hacen bien los editores en mantener los usos erróneos del autor ("dintel", II, 719; "trastrócanse", I, 106), pero si corrigen, por considerarlo errata, "embite" por "envite" -y hacen bien-, ¿por qué mantener "reino [...] del hartura" (I, 181)?

Empezamos a tener un Ortega en limpio. Es una gran noticia para la cultura.