Image: Diccionario de San Juan de la Cruz

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Ensayo

Diccionario de San Juan de la Cruz

Eulogio Pacho (Dir.)

26 abril, 2000 02:00

Ediciones del Monte Carmelo. Burgos, 1577 páginas, 4.600 pesetas

Nos encontramos ante una obra plenamente lograda en sus medios y en sus fines, que atiende de manera puntual no sólo a todos los temas centrales en torno al autor sino también a aspectos y a matices que sólo el lector especializado sabrá captar en sus sutilezas

Las ediciones de los libros de y sobre San Juan de la Cruz -nacidas, especialmente, con ocasión del cuarto centenario de su muerte (1591-1991)- han venido prodigándose de manera extraordinaria. Unas veces se ha profundizado en aspectos monográficos de la vida del poeta o en verdaderas biografías del mismo, como la de Javierre, Juan de la Cruz, un caso límite (Sígueme, 1991) o San Juan de la Cruz y su tiempo, de Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink (B. A. C.). Nada podemos decir, de manera mínima y justa, en lo que a los ensayos sobre el autor se refiere. Citaremos tan sólo, por dar dos referencias muy serias de primera y última hora, la traducción del ya clásico San Juan de la Cruz y el problema de la experiencia mística, de Jean Baruzi (Junta de Castilla y León, 1991) y el muy reciente de Armando López Castro Sueño de vida (F. U. E., 1998). Mención aparte merecen los libros que han dedicado al tema de las Ediciones del Monte Carmelo, las cuales partirían de la publicación de las Concordancias del propio Juan de la Cruz (1980), hasta la edición de sus Obras Completas, debida a Eulogio Pacho. Quedan, al margen de estas ineludibles referencias bibliográficas, algunas aventuras editoriales en torno al Santo enjundiosas, como las Memorias Historiales de fray Andrés de la Encarnación y las Actas del Congreso Sanjuanista, (6 vols., Junta de Castilla y León, 1993).

Ninguna manera mejor de culminar esta brillante etapa de publicaciones en torno al autor del Cántico Espiritual que este Diccionario de San Juan de la Cruz, nacido dentro de la colección de diccionarios (Teresa de Lisieux, San Pablo, Juan de ávila, Diccionario de la Mística), de la editorial Monte Carmelo. Se ha ocupado de dirigir el diccionario de San Juan la persona que seguramente podía haberlo hecho de una manera más fundamentada y abarcadora, Eulogio Pacho, el cual se encarga también de gran parte de las voces y entradas del mismo.

Siendo el coordinador de esta ambiciosa obra un carmelita no cabe hablar, en sentido estricto, de una visión exclusivamente carmelitana de los temas, aunque en el volumen pese mucho la colaboración de destacados especialistas del Carmelo (Tomás álvarez, Bengoechea, Herráiz, J. V. Rodríguez, por aludir sólo a unos pocos nombres). Aunque podríamos hablar de un sustrato fundamentalmente místico y teológico (religioso) de la mayoría de los temas, no hay que olvidarse tampoco de los literarios o de algunos temas muy especializados, como los pertenecientes a los campos de la psicología o la música. Por otra parte, un nombre como el de Luce López-Baralt es también una excelente muestra de ese tipo de colaboradores que dan al conjunto del volumen una flexibilidad y un rigor tan necesarios como admirables. López-Baralt se ocupará de temas centrales, como los de la poesía y la prosa de San Juan, pero tratará también -como la persona más indicada para ello desde su vertiente de especialista en temas orientales- algunas de las voces-símbolos más ricas del autor ("fuente", "granadas").

Nos encontramos ante una obra plenamente lograda en sus medios y en sus fines, que atiende, de manera puntual, no sólo a todos los temas centrales en torno al autor sino también a aspectos y a matices que sólo el lector especializado sabrá captar en sus sutilezas. A la vez, más allá de las entradas o artículos que tienen un profundo tono teológico-filosófico-literario, el libro está lleno de alusiones a los personajes y lugares claves que pasaron por la vida de Juan de Yepes. Con la extensión debida están recogidos los grandes compañeros de la biografía sanjuanista (Teresa de ávila, Ana de Jesús, Gracián, Ana de Peñalosa) y las de los enclaves más decisivos en la andadura del poeta (ávila, Toledo, Beas), pero no faltan por ello esos nombres -aparentemente secundarios- que aportan una gran fuente de información al lector y que, a la vez, completan extraordinariamente los aspectos biográficos del volumen. A veces, algunas voces -sobre todo las de carácter biográfico- eluden aspectos esenciales, pero no estamos tampoco ante un compendio minuciosamente biográfico del autor. Así que el más rico caudal del volumen se halla en el tratamiento de los grandes temas sanjuanistas, alusivos en una gran parte a su rica simbología ("agua", "ciervo", "fuego", "huerto", "noche", "caverna"), pero también a temas que exigían tacto y amplitud de miras en su planteamiento, como el de la voz "Mujer/es", tratado por Bengoechea y en el que cabe, entre otros enfoques, el de una detallada relación no sólo de las mujeres próximas a la vida de San Juan sino de las mujeres que han estudiado su obra.

Hay en el volumen voces con las que todos nos esperamos encontrar y que nos intrigan por la dirección que el autor de las mismas puede proporcionarles (Biblia, Divinidad, Nada, Todo, soledad), pero también nos encontramos con otras que nos sorprenden y que son señal del sentido abarcador del planteamiento (México, música, zen). No hay que olvidar tampoco el mucho espacio dedicado a los compañeros y compañeras que con él vivieron la aventura y el drama de los Descalzos. Pero, con ser muchos los valores de la obra, me parece entre los más destacables, la claridad y la precisión -el "sabor" o "aroma"- del estilo con que están redactados los textos. Una obra imprescindible no sólo para las personas que se inicien en el tema o para especialistas sino para aquellos que deseen rescatar el carácter, el pensamiento y la poesía de una vida ejemplar, y de un tiempo.