Miguel Dalmau

Miguel Dalmau Daniel Hidalgo

Letras Esto es lo último

Miguel Dalmau, escritor: "El último trabajo de Rosalía está sobrevalorado hasta la náusea"

Biógrafo de Oscar Wilde y de Julio Cortázar, temido por libérrimo y lenguaraz, lanza estos días 'Las cenizas de Berta', un 'thriller' que es además una obra plena de nostalgia por los amores perdidos.

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¿Qué libro está leyendo?

Los Sonetos, del capitán Francisco de Aldana, que irrumpió en el campo de batalla, espada en mano, diciendo: “Ya es tiempo de morir, aunque sea a pie”. Puro Blade Runner.

¿Cuál es el libro que más le ha ‘autoayudado’?

Los cuentos eróticos de Guy de Maupassant.

Si no hubiera podido ser narrador, ¿qué hubiera querido ser?

Arqueólogo, astrónomo, o el Capitán Haddock.

Un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ. ¿Por qué?

La Pasión de Cristo. Porque como dijo Wilde es el mejor último acto del teatro universal.

¿Qué hace un biógrafo como usted en un thriller como Las cenizas de Berta?

Seguir buscando los misterios del corazón humano, que es el único interés de la literatura. Lo otro no tiene valor.

Sí, pero ¿qué le ha prestado el biógrafo sabueso a los detectives de la novela (Denis, Marchena)?

Les he contagiado mi obsesión por tratar de comprender las claves del juego, y sobre todo el admitir que la vida es un proceso de demolición permanente. De eso va la obra.

¿Es el thriller el mejor género para retratar la España actual de la corrupción, la droga y el crimen?

Sin duda es una de las misiones del género, desde Dashiell Hammett y Raymond Chandler. Pero, cuando uno lee Crematorio de Rafael Chirbes, descubre que se puede ir más lejos sin ser un autor de novela negra.

Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.

He vuelto a vivir delante del mar. Sólo oigo el rumor de las olas.

¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?

Me quedaría a vivir eternamente en Amarcord, de Fellini, y no aguantaría ni un minuto en el peor Almodóvar.

¿Ha experimentado alguna vez síndrome de Stendhal?

Por supuestísimo. Ante cualquier embotellamiento de la M 30 madrileña o de cualquier otra gran ciudad. Lo digo porque Cortázar escribió un soberbio relato acerca de esa obra de arte colectiva.

No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.

Nunca he soportado la frivolidad y banalidad de nuestros mal llamados “creadores”, su talante untuoso y servil hacia el poder, su medianía artística y humana, y sobre todo su falta de arrojo. Parece que hayan venido a agradar y presumir de genio, cuando el verdadero artista sólo existe para sacudir de las solapas al público y gritarle a la cara que despierte. Que de vida sólo hay una. Y que con esta cara y este culo solo se vive una vez.

Una obra sobrevalorada.

No soy quien para juzgar el trabajo de los otros. Pero la cultura recibida desde niño y medio siglo interesado en el Arte me han dado un cierto criterio. El suficiente para saber que el último trabajo de Rosalía está sobrevalorado hasta la náusea.

Un placer cultural culpable.

Decía Octavio Paz que el erotismo es cultura, de modo que a mi edad los humildes tratos con la carne son imperativamente placeres culpables… Ma non troppo.

¿Cuál es la última exposición a la que ha ido?

Asistí a una expo indie en una sala del Barrio Gótico de Barcelona. Descubrí artistas jóvenes estimables y otras formas de mirar. Me encantaron los retratos de Paola Charnet, una pintora francesa.

¿La inteligencia artificial matará la creación artística?

Es pronto para saberlo. Pero no estaría mal que la IA hiciera una buena criba bíblica y nos quedáramos los escritores de verdad.

España es un país…

...es una unidad de destino en lo universal. Pero sobre todo es un país radicalmente inculto, grosero, envidioso y superficial. Coincido con el Corsario Sánchez Dragó en que España debería llamarse “Jamonia” o “Tabernia”. Se vive de coña, pero no damos para más.