Juan del Val durante la presentación de su novela 'Vera, una historia de amor', el 4 de noviembre en Madrid. Foto: Gtres. A la derecha, portada del libro

Juan del Val durante la presentación de su novela 'Vera, una historia de amor', el 4 de noviembre en Madrid. Foto: Gtres. A la derecha, portada del libro

Letras

Crítica de 'Vera, una historia de amor', de Juan del Val: un folletín melodramático y costumbrista

La novela ganadora del Planeta se lee del tirón y no le faltarán lectores, pero simplifica los temas que aborda. Su mejor baza son las historias secundarias.

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Juan del Val (Madrid, 1970) debutó en 2017 con Parece mentira, su primer título narrativo. Iniciaba así su andadura como escritor de historias que han ido repitiendo un formato de éxito legítimo y bien acogido.

Vera, una historia de amor

Juan del Val

Premio Planeta 2025
Planeta, 2025
360 páginas. 21,90 €

En 2019, impulsado por el Premio Primavera de Novela, publicó su segundo libro, Candela, inspirado por intereses fácilmente reconocibles en tiempos y escenarios reales. Dos años después, Delparaíso (2021) se sirvió del móvil del sexo y el dinero para resaltar la miseria moral y económica de nuestro tiempo.

Bocabesada llegó en 2023, con el recurso ya ensayado de la novela coral, a la que se incorporaron nuevos problemas de las realidades familiares. En este trayecto no ha faltado la respuesta de quienes apuestan por lecturas cuyo fin es ser leídas “de un tirón” para hallar entretenimiento y distracción.

Pero tal recorrido también está jalonado por objeciones reiteradas, interesantes para un autor de éxito, si este desea hacerse eco de ellas. La presencia de un único punto de vista articulando cada novela, la simplificación de conflictos y situaciones, la ausencia de una apuesta estilística acompañando a la propuesta argumental y la reiteración de un esquema reductor en la caracterización de personajes son algunas de ellas. Objeciones que se superponen a la lectura de su último libro, ganador del Premio Planeta, un reconocimiento de alcance y una responsabilidad a la hora de afrontar la exigencia de ofrecer historias de mayor calado.

La nueva propuesta, desde el título, Vera, una historia de amor, invita a pensar en las peculiaridades de un relato ejemplarizante, como si se tratara de una novela de tesis en torno a un caso y, desde él, fuera a presentar ciertos asuntos relacionados con el tema.

El caso, en líneas generales, es este: Vera es una mujer de 45 años, casada desde los 21 con un marqués (Borja Manuel) rancio y posesivo, encerrado en el orgullo de su rango.

Su vida, rodeada de riqueza y de belleza, no estuvo exenta del drama (muerte de su madre al dar a luz a su segunda hija, Alba, cuando Vera tenía 22 años) y de la responsabilidad de hacerse cargo de su hermana. Presionada por convenciones y tradiciones de la alta sociedad sevillana a la que pertenece, nunca pudo ser dueña de una vida propia.

Y ahora, tras más de 20 años de matrimonio con este hombre que no despierta en ella ni apego ni interés, deciden separarse y Vera comienza por buscar en una inmobiliaria una casa propia. Ahí conoce a Antonio, diez años más joven y una distancia social difícil de esquivar (infancia en Vallecas, padre ausente, un puñado de problemas derivados de un barrio sin expectativas).

Este es el soporte sobre el que expone temas como el descubrimiento del amor, la exploración del deseo, el sometimiento a la mirada de los demás y la necesidad de sentirse libre pagando el precio del miedo a errar. Interesantes y acordes con el argumento si no quedaran simplificados y reducidos por reiteradas obviedades.

Si la mejor baza del autor está en manejar con buen ritmo historias secundarias que orbitan en torno a las cuestiones principales, aquí se imponen las casualidades (forzadas) y los paralelismos (forzosos).

Y el resultado es una trama con dosis desajustadas de realismo, humor y sarcasmo en una combinación desacertada de elementos folletinescos, melodramáticos y costumbristas. Cierto que se lee de un tirón, y no le faltarán lectores. Pero desatiende el interés de la peripecia y la estética del proyecto. Que no es poco.