Jon Bilbao. Foto: Xabier Armendáriz

Jon Bilbao. Foto: Xabier Armendáriz

Letras

Las mil y una noches de Jon Bilbao: un canto a la imaginación y al erotismo

'Antes del volcán' es un libro de libros, una máquina imaginativa de primera magnitud que contiene un buen puñado de relatos y novelas breves.

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En el último lustro, Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) se ha revelado como uno de nuestros narradores más originales y creativos al aglutinar su poderosa imaginación en el ciclo integrado por Basilisco, Los extraños, Araña y Matamonstruos. Pero antes de estas peculiarísimas ficciones, que le han granjeado justo prestigio por su talentoso navegar entre las alambicadas aguas de lo cotidiano y lo excepcional, tenía en su haber amplia obra narrativa olvidada.

Antes del volcán

Jon Bilbao

Impedimenta, 2025
608 páginas. 25,90 €

Entre ella, tres libros de relatos –Como una historia de terror, Bajo el influjo del cometa y Física familiar– que ahora engloba en Antes del volcán, con escasos añadidos.

El subtítulo del volumen, Los cuentos recuperados, exige una inmediata precisión. No son cuentos, salvo en un sentido vago y genérico del término. Jon Bilbao no tiene el marchamo propio del cuentista, sino el sello del narrador que explaya, incluso con recovecos, una historia detallista y amplia.

En realidad, unas cuantas piezas recuperadas, de hasta medio centenar de páginas grandes y letra apretada, darían un libro entero independiente si tuvieran una presentación distinta, al punto de que Antes del volcán es un libro de libros, un tomo gordo que contiene un buen puñado de relatos y novelas breves; una especie de mil y una noches de aire actual.

Nada negativo implica que casi ninguno de los veintiocho cuentos agrupados sean cuentos. Al revés, el grupo ofrece en conjunto una máquina imaginativa de primera magnitud; supone un espectáculo catedralicio de invenciones y fábulas.

No cabe aquí pormenorizar sus asuntos, pero en ellos entra una mirada abarcadora de la naturaleza humana, con engaños y trampas, ilusiones y fracasos, vilezas y crueldades, amores y desamores de pareja; y acogen con significativa generosidad un amplio muestrario de las pulsiones sexuales, incluso con delectación en un erotismo de moroso desarrollo.

La variedad de asuntos referidos tiene, sin embargo, constantes que procuran cierta unidad a la gruesa miscelánea. Lo urbano está proscrito en beneficio de escenarios rurales y aislados. Casi nunca se da nombre propio a los personajes. Y, en el terreno gramatical, se suprimen todos los signos ortográficos utilizados para el diálogo.

Gran contador de historias, nadie como Jon Bilbao concierta tan bien lo cotidiano y lo inesperado

Estos rasgos externos inciden en otra nota común. Salvo contadas excepciones, se evitan los oficios manuales y los protagonistas tienen preparación laboral y académica.

En esta gente de clase media profesional, en ese copioso repertorio de ciudadanos comunes cualificados, emplaza Bilbao acciones en principio corrientes, como cotidianas, pero siempre nimbadas por un factor de misterio o perplejidad; por algo inquietante que perturba o trastoca el desarrollo previsible de la situación.

Con este plus de sorpresa, de amenaza, de un algo inconcreto que late bajo el aspecto usual del mundo, con una extrañeza que trastorna la visión estable y convenida de la vida es como Jon Bilbao nos trasmite la idea esencial de que la realidad acostumbrada alberga secretos que ni sospechamos ni podemos controlar.

Tal fatalismo es la inquietante moraleja de este magnífico fabulador de arcanos. Jon Bilbao pone en cuarentena nuestra credibilidad en una inocente percepción empírica del universo, ya que en él siempre se camufla algo ignoto y perturbador. Gran contador de historias, nadie como Bilbao concierta tan bien lo cotidiano y lo inesperado.