Magalí Etchebarne. Foto: lsabel Wagemann

Magalí Etchebarne. Foto: lsabel Wagemann

Letras

'La vida por delante', el diálogo secreto con el dolor de la luminosa y poética Magalí Etchebarne

El nuevo libro de cuentos de la escritora, que se alzó con el Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve, está marcado por el humor y la ironía.

25 mayo, 2024 02:19

Magalí Etchebarne (Buenos Aires,1983) es el último nombre señalado por el Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve en su octava edición, el mismo que celebró en su día a autoras tan interesantes como Samanta Schweblin. A Etchebarne le respalda un libro de poemas (Cómo cocinar un lobo, 2023), otro de relatos, Los mejores días (2019), pero La vida por delante alerta sobre una autora a la que debemos seguir la pista.

La vida por delante

Magalí Etchebarne

Páginas de Espuma, 2024. 113 páginas. 16 €

Cuatro relatos breves se reúnen bajo este título que alienta a su lectura, pues no deja de ser un enunciado esperanzador a pesar de la ironía que recorre la trastienda de su imaginario. Cuatro historias que mantienen entre ellas un diálogo secreto y remiten a una realidad en la que reside el amor, el dolor, la pérdida, la muerte. Si miramos al fondo de todos ellos veremos que estos no son solo temas, son el objeto fundamental de sus acciones.

Por estereotipados que sean los daños y sus razones, ahí está el dolor que ocasionan, parece decir con intensidad el primer relato ("Piedras que usan las mujeres", el que mejor encarna los rasgos de estilo de la autora) y parece corroborar el último ("Casi siempre desesperados").

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Que a una mujer le abandone su marido por otra más joven, que envejecer conlleve la extrañeza de llegar a ser "un pedacito de alma sin futuro", que una relación no sepa salir del daño que la alimenta, que a otra mujer le ahogue una tragedia que marcó su juventud, son anécdotas que constituyen el subsuelo de historias narradas con un estilo cuya verdad las hace grandes. El atractivo está en la distancia desde la que se expresan las voces del libro, el desenfado del tratamiento y el recurso del humor para narrar conflictos.

El estilo, en suma, es lo que hace sonar diferente a la escritora: especial atención a lo insignificante y el uso metafórico de objetos inauditos (obsidiana, cenizas) a partir de los que despliega lo imprevisible. También el espacio y el tiempo están sometidos a ese ejercicio de poner el énfasis en la verdad de lo que cuenta, en esos dramas soterrados que actúan como una fuerza hidráulica cuya pulsión es el centro de cada relato.

[Ha llegado Magalí Etchebarne]

Aunque, paradójicamente, el tiempo es una de esas fuerzas de empuje que más trascendencia adquiere en las vidas de las mujeres que los habitan. El resultado hace que suene así: trágica y talentosa (en palabras de uno de sus personajes), luminosa y poética. Sigámosle la pista.