Marcelle Sauvageot, escritora y profesora de Literatura

Marcelle Sauvageot, escritora y profesora de Literatura

Letras

'Déjeme', de Marcelle Sauvageot: el único libro de la escritora olvidada es una joya del desamor

La autora murió de tuberculosis a los treinta y tres años después de haber escrito una excepcional carta íntima de una mujer abandonada.

30 noviembre, 2023 02:28

El libro de una escritora olvidada puede irradiar muchos años más tarde y salir a plena luz reconocido como una obra de arte universal. Es lo que ha ocurrido con Déjeme, el breve relato de amor traicionado de Marcelle Sauvageot (Charleville, 1900-Davos, 1934). La profesora de literatura murió de tuberculosis a los treinta y tres años en un sanatorio de Suiza, después de haber escrito una excepcional carta a un amante en fuga. La editorial Periférica en su colección Serie Menor rescata esta joya del desamor, con excelente traducción.

Déjeme

Marcelle Sauvageot

Traducción de Cassandra Villalba. Periférica, 2023. 104 páginas. 11 €

El único libro de Sauvageot, la carta íntima de una mujer abandonada, se publicó un año antes de su muerte, con el título de “Comentario”, en una corta edición de 163 ejemplares destinada a sus amistades. Porque entre los amigos de la profesora estaban Paul Valéry, Paul Claudel, René Crevel y Jean Mouton, sus dos grandes colegas de la Sorbona, y también Robert Brasillach, Clara Malraux o el crítico Charles Du Bos.

Las palabras estimulantes de los grandes intelectuales franceses tuvieron que conmover a Marcelle Sauvageot en los últimos momentos de su vida: “El testimonio de un intelecto excepcional”, escribió Paul Valéry. “Una llama purísima que desafía a la vida”, dijo su amigo de la Sorbona, Crevel.

Desde los 20 años Marcelle tuvo que tratarse la tuberculosis en diversos sanatorios. Es en una recaída, en la clínica de Tenay-Hauteville, cuando recibe la carta de su amante comunicándole que se casa con otra: “‘Me caso…Seguiremos siendo amigos…’ No sé qué pasó. Me quedé petrificada mientras la habitación daba vueltas a mi alrededor, sentí que me cortaban lentamente la carne de un costado...”, escribe.

La escritura de Sauvageot para describir sus sentimientos es tersa, introspectiva, articulada. No es un ajuste de cuentas, pero no se engaña a sí misma y no pretende dejarse embaucar por esa amistad que se le ofrece. No quiere reducir el antiguo amor a postales desde los viajes ni a bombones por Año Nuevo: “Fingiremos ser lo que creemos ser y no lo que somos, diremos muchos gracias y disculpe, palabras amables que se dicen sin pensar. Seremos amigos. ¿Cree que es necesario?”, escribe.

'Déjeme' es un testimonio de coraje y triunfo moral sobre el cinismo amoroso. Una obra emocionante

A lo largo del tiempo se han sucedido diversas ediciones del libro que pasó a titularse en Francia, más afinadamente, Laissez-moi: Déjeme. Porque la remitente, que nunca envió la carta, escribe con firme clarividencia; no suplica, al contrario, analiza con agudeza al amante y considera que se ha vuelto mediocre a sus ojos. La edición francesa de Phébus llevaba un prólogo de la actriz Elsa Zylberstein –recuerden su papel en el cine como Simone Weil–, que interpretó en teatro el texto de Marcelle. “Esta mujer traicionada nos sorprende y se vuelve una heroína moderna, exigente, provocadora”, escribe la actriz.

En este libro, Marcelle Sauvageot, mediante un monólogo interior lleno de fuerza, y dirigiéndose a un interlocutor ausente, y del que la microhistoria literaria oculta la identidad, analiza las heridas del amor, pero también las hipocresías del juego amoroso y, sobre todo, las vanidades masculinas: “¡Ay!, hombre, siempre quieres que te admiren. En cambio, tú no tienes en cuenta ni aprecias a la mujer que amas.”

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Clara Malraux escribe en sus Memorias: “Déjeme debería haber sido un hito en la literatura femenina, es el primer libro escrito por una mujer que no es sumisa. Un libro de sobria tristeza, escrito a las puertas de la muerte y frente a una debilidad masculina disfrazada de autoridad, ¡un libro que rebosa dignidad!”.

Una mujer que se defiende del amor truncado, sin patetismo y con lucidez. Una autora que convirtió su intimidad en un testimonio de coraje y triunfo moral sobre el cinismo amoroso. Una obra emocionante.