Elvira Lindo. Foto: Iván Giménez

Elvira Lindo. Foto: Iván Giménez

Letras

Elvira Lindo se mete 'En la boca del lobo' para narrar una infancia traumatizada

A partir de una aguda sensibilidad moral, la escritora desarrolla una excelente indagación psicologista en su nueva novela, ambientada en la España vaciada

4 abril, 2023 02:45

Tiene Elvira Lindo (Cádiz, 1962) una natural tendencia al desenfado, al humor un tanto burlesco y a la ironía incisiva en toda la amplia variedad de escritura que practica. Esta inclinación le ha perjudicado de alguna manera, pues el éxito de su popular Manolito Gafotas —de un costumbrismo satírico nada despreciable, por otra parte— ha deslucido su capacidad para la escritura seria.

En la boca del lobo

Elvira Lindo

Seix Barral, 2023. 265 páginas. 19,90 €

El registro dramático no le es, sin embargo, ajeno, y en él figuran ya en su trayectoria al menos dos hondas, serias y logradas novelas, Algo más inesperado que la muerte (2002) y Una palabra tuya (2005). Lo cultiva, pues, de forma esporádica y discontinua, pero regresa a él como respondiendo a otro íntimo impulso. Tal cosa evidencia la intensa y severa En la boca del lobo.

En la boca del lobo es una novela intimista de firme traza clásica, galvanizada por algunos comedidos recursos formales modernos. Cuenta desde la primera persona de la hija, Julieta, su historia y la de su madre, Guillermina. Como en bucle, a esa peripecia central se van yuxtaponiendo otras no pegadizas sino materia de un retrato familiar y hasta un tanto colectivo. Van apareciendo, al hilo del relato que Julieta reconstruye hoy mismo, todavía bajo los efectos de la inconclusa pandemia de covid, medio siglo largo después de los sucesos seminales, otras situaciones y personajes. Se incorporan a la narración con parsimonia y eficacia el padre de Julieta y varios personajes del lugar donde se emplaza la anécdota.

[El concierto negro a cuatro manos de Rosa Montero y Olivier Truc]

Dicho lugar se llama La Sabina, una aldea de once vecinos a poca distancia de la villa de Ademuz. Allí van, a instalarse en una ruinosa vivienda familiar, madre e hija, y pasan un verano. La Sabina facilita la presencia activa, como acabo de decir, de nuevos personajes. Un par de ellos magníficos, con notable carga argumental. Leonardo, un panadero amante del viejo oficio que ayuda en el adecentamiento de la casa. Y una profesora, Emma, exilada voluntaria en el lugar, tipo extraordinario cuya envergadura e interés anecdótico tienen peso propio; esta novela corta en torno al carácter de una mujer fuerte habría merecido publicación independiente.

Consumidas las jornadas estivales, Julieta no quiere regresar al domicilio en Valencia. Parece un empecinamiento de la niña caprichosa, arbitraria, displicente y rarita que hemos conocido desde el comienzo. Obedece, sin embargo, a una tremenda razón, silenciado motivo último de la novela. La estampa rústica adquiere de este modo un nuevo y vigoroso desarrollo: como sin querer, con certera malicia de buen narrador, Elvira Lindo redondea un relato de intriga y suspense.

Lindo potencia la historia impregnándola de un halo legendario, de asociaciones con la literatura infantil, de ecos de misterio y de vivencia aguda de la naturaleza

La trama de En la boca del lobo parece un relato rural que incide con trazas testimoniales en el hoy repetido asunto de la España vacía. Sin dejar de serlo, se despliega con una vigorosa singularidad. Lindo potencia la historia impregnándola de un halo legendario, de asociaciones con la literatura infantil, de ecos de misterio y de vivencia aguda de la naturaleza. Estas formas no impiden otras muy alejadas: la cruda tragedia, la solidaridad y el documento de la pobreza y el subdesarrollo.

Las variadas historias confluyentes dan ocasión a un agregado de motivos: la violencia masculina, la familia, el amor, la fidelidad, el erotismo, los sentimientos…. Todo ello queda en sordina al lado del gran asunto de la novela, con categoría de leitmotiv, la vulnerabilidad de la infancia, marcada en este caso por la traumática vivencia de un inicuo abuso.

Pero no se limita el análisis a la experiencia infantil sino que se proyecta hacia sus consecuencias en el resto de la vida. De ahí el acierto formal de que la historia esté contada desde un punto de vista retrospectivo, como recapitulación de un recuerdo doloroso que busca exorcizar el sentimiento de culpa y vivir en paz.

A partir de una aguda sensibilidad moral, Elvira Lindo escribe en En la boca del lobo una excelente indagación psicologista, compleja y emotiva, además de un testimonio impactante, en la vertiente más problemática de esa conflictiva edad.