Image: Rosa Montero: La sociedad nos ha robado una buena parte de la realidad

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Letras

Rosa Montero: "La sociedad nos ha robado una buena parte de la realidad"

La escritora y periodista publica Nosotras, una nueva edición ampliada de su libro Historia de las mujeres, donde reivindica el papel fundamental de la mujer a lo largo de la Historia.

29 mayo, 2018 02:00

Rosa Montero

Cuenta Rosa Montero (Madrid, 1951), que cuando escribió Historias de mujeres en 1995, no esperaba el éxito que iba a alcanzar ese libro pionero, que reivindicaba la "memoria borrada de las mujeres", en palabras de la autora, y el auténtico papel que habían desempeñado en la Historia. Ahora, 23 años más tarde, y después de una reedición en 2007, ha decidido recuperarlo y ampliarlo. Así, a las 16 biografías de la edición original ha añadido un nuevo prólogo y noventa pequeñas historias, retratos de mujeres fascinantes. El resultado de ese trabajo es Nosotras. Historias de mujeres y más, que publica Alfaguara con ilustraciones de "esa artista maravillosa que es María Herreros. Creo que gran parte del atractivo que tiene este libro es gracias a su maravillosa aportación artística", reconoce Montero.

Después de todo este tiempo, el mundo es un lugar muy diferente. Si en 1995 "a casi nadie se le ocurría escribir sobre las muchas mujeres que, pese a haber tenido unas vidas extraordinarias, habían sido borradas de los anales por el machismo de los cronistas", hoy "el tema se ha puesto de moda y hay decenas de libros que intentan recuperar esa parte de nuestro pasado que fue secuestrada por el prejuicio". La escritora y periodista, ganadora del Premio Nacional de las Letras de 2017, cree que "estamos subiendo un escalón muy pequeño en la lucha contra el sexismo, pero que supone un avance muy grande en nuestra sociedad".

Las manifestaciones del 8 de marzo de este año, o las que tuvieron lugar después de la sentencia contra la Manada, son una prueba del cambio. La mirada sesgada sobre el mundo ofrecida por el machismo, presente en todo y en todos ("sobre todo en las mujeres, que han asumido como ciertas sus afirmaciones") está llegando a su fin. "Esa mirada se acabó. Todo está cambiando. Esa normalidad ya no funciona. Este libro está escrito en un momento muy distinto, pero ya lo escribí desde esa nueva mirada, porque yo ya era consciente de que nos habían escamoteado una buena parte de la realidad", afirma Montero. Como dice en el prólogo original del libro, "hay una historia que no está en la historia y que sólo se puede rescatar aguzando el oído y escuchando los susurros de las mujeres".

Las mujeres retratadas en las páginas de Nosotras intentan cubrir el hueco de referencias de modelos femeninos en el mundo actual. Pero esos modelos no son necesariamente virtuosos. Entre las mujeres que ha escogido Rosa Montero hay "señoras perversas y terribles como Laura Riding, mujeres patéticas y desquiciadas como Camille Claudel, que no pueden ser un modelo para nadie, y otras ambiguas y complejas, con logros admirables y detalles horrendos, como Simone de Beauvoir". Todas ellas, buenas o malas, tuvieron vidas fascinantes y poco comunes, y sirven a la autora para reivindicar que "no tenemos la obligación de ser santas, sino de ser libres, de ser y hacer lo que queramos".

En las noventa biografías que ha añadido Rosa Montero para Nosotras, encontramos mujeres desconocidas (ha decidido dejar fuera a las más conocidas para, precisamente, "centrarse en esa sensación de explosión de lo oculto, de maravilloso descubrimiento del hervor en la gota de agua"). Por eso no veremos en estas páginas a Cleopatra, Isabel la Católica, Marie Curie o Santa Teresa de Jesús. Sí encontraremos figuras fascinantes, como la emperatriz china Wu Zetian, la sultana india Radiyya o la pirata Ching Shii (retratada por Borges en su Historia universal de la infamia).

Casi todas estas mujeres tuvieron enormes dificultades para educarse y fueron autodidactas, y sin embargo, "a pesar de que se les han negado las opciones, han conseguido llegar a lo más alto". Hay un enorme número de mujeres que han logrado grandes cosas, pero sus trabajos han sido ensombrecidos, o directamente robados, por hombres. "Borrar el legado de estas mujeres nos obliga a empezar siempre de cero. La sociedad y el machismo nos han robado la capacidad de seguir creciendo".

Especialmente revelador es el caso de Clara Schumann, esposa del compositor, que componía también, además de ser una excelente pianista. De hecho, algunas de las piezas interpretadas por su marido eran composiciones suyas. Sin embargo, enseguida abandonó su labor, y explica el por qué en sus diarios: "Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que, ¿por qué podría esperarlo yo?". Clara Schumann no sabía, porque se lo habían ocultado, que antes de ella habían existido muchísimas grandes compositoras, y eso le impidió crecer. "Se nos ha vendido la idea de que a las pobres mujeres no se nos había dejado hacer nada, pero la cuestión es que sí que lo hicieron y no nos han dejado conocerlo".

El "escamoteo", el recorte a tijeretazos que se ha hecho de la Historia de la Humanidad eliminando la mitad de ella, no sólo ha afectado a las mujeres. "Este libro no es sólo una reivindicación femenina, sino también para los hombres. A todos se nos ha impedido el conocimiento del mundo, se nos ha enseñado una mentira". Otro ejemplo: a todos se nos enseña que el primer texto escrito que se conserva es el poema de Gilgamesh, cuando realmente es la Exaltación de Inanna, escrito alrededor del 2300 a.C. por la princesa acadia Enheduanna, hija del rey Sargón I. Enheduanna fue, además, quien escribió las primeras anotaciones astronómicas y musicales. "Necesitamos comprender el mundo, y por eso tenemos que reescribir la Historia".

Porque el feminismo (o el antisexismo) no es, como se le ha venido llamando, "la causa de la mujer". "Ya va siendo hora de que dejemos de creer que la deconstrucción del sexismo es cosa de chicas, cuando en realidad se trata de una causa común que nos implica a todos. Como es obvio, el cambio del rol de la mujer supone un cambio equivalente del rol del hombre, de manera que estamos hablando de un nuevo tipo de sociedad, de una nueva forma de vivir que nos afecta y nos debería interesar tanto a unas como a otros". Para que ese cambio sea real, es necesario "que no dejemos de empujar" y empezar desde la educación en la infancia. "Necesitamos también una reflexión constante. No creo en ideologías cerradas, y defiendo un feminismo que no deje de reflexionar sobre el mundo y sobre sí mismo para cambiar el mundo desde su base más profunda".