Image: Joaquín Pérez Azaústre: Los escritores han de ser fieles al latido de su tiempo

Image: Joaquín Pérez Azaústre: "Los escritores han de ser fieles al latido de su tiempo"

Letras

Joaquín Pérez Azaústre: "Los escritores han de ser fieles al latido de su tiempo"

El autor cordobés publica la novela Corazones en la oscuridad (Anagrama)

22 febrero, 2016 01:00

Joaquín Pérez Azaústre

Las protagonistas de Corazones en la oscuridad (Anagrama) son "mujeres sin esperanza que se encuentran en el descubrimiento del pasado". Dice el autor, Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976), que son el resultado de "una mixtura": la que forman todas las mujeres que ha conocido hasta ahora. Tenía interés por su extraordinaria, y última, transformación, la que distingue a hijas de madres, a madres de abuelas: "Un hombre de cuarenta años de hoy tendrá mucho más en común con su padre que una mujer en sus mismas circunstancias", explica el escritor. Y esa es una de las búsquedas de Corazones en la oscuridad, en donde se funden realidad y sueño, como ya ocurría en su anterior novela, Los nadadores.

Pregunta.- Vuelve a proponer una novela muy personal. ¿Es deliberado este deseo de diferenciarse?
Respuesta.- La verdad es que no. Hay poco deliberado en mis novelas. Esta novela nace de una obsesión con la figura solitaria del paisaje, con la sensación de que detrás de la gente que ves por la calle, de la gente anónima, se pueden esconder abismos. He intentado ahondar en las relaciones entre personas que están solas.

P.- Vive en Argel, ¿le ayuda a escribir de su país con distancia?
R.- Lo que he notado es que mi percepción se agudiza; cuando leo la prensa, los suplementos culturales o veo lo que se va publicando, lo que hacen y dicen los políticos, siento que la distancia me ayuda a asimilarlo. Como si el gusto se me afinara un poco.

P.- La novela tiene carga política y social, aunque sea indirecta. Por eso se lo preguntaba.
R.- Es que yo creo que las novelas han de tener esa carga política y social, un escritor tiene que ser fiel al latido de su tiempo, tiene que haber una especie de respiración de la época en que vive. Por otro lado, la política está presente en todos los actos de nuestra vida, y por tanto está presente en las novelas, aunque éstas no tengan a priori un tema o un desarrollo político.

P.- ¿Toda novela ha de aspirar a ser actual, entonces?
R.- Toda novela, creo, ha de ser honrada con lo que quiere ser y decir. Lo que me interesa como escritor, y lo que me interesa últimamente, sobre todo, es que las novelas conecten con el momento actual, y que si se mueven en épocas históricas, se conecten de algún modo con lo que ocurre hoy. Se puede hacer novela histórica con actualidad, pienso en El hereje de Delibes, y por supuesto se puede escribir sobre un personaje de otro tiempo, y que este nos diga cosas aún hoy, como Sostiene Pereira de Tabucchi; ambas, en su estilo, son novelas profundamente honradas y por eso nos hablan todavía hoy. Siempre recuerdo la escena de Midnight in Paris en la que Hemingway repite una y otra vez que la narración ha de ser veraz. Es una caricatura, pero es que Hemingway era eso, era esa veracidad, y por eso sus personajes tienen esa fuerza y perviven en la memoria de los lectores, aunque a veces echemos cosas en falta en sus relatos.

P.- ¿Por qué Corazones en la oscuridad?
R.-El título viene de la cita de Conrad ["Como yo me había asomado al borde, comprendo mejor el significado de su mirada fija, que no podía ver la llama de la vela, pero lo bastante amplia como para abarcar todo el universo, lo bastante penetrante como para introducirse en todos los corazones que laten en la oscuridad"], que es para mí muy importante. Alude a llamas que palpitan en la oscuridad, es una cita que hace que te imagines una llama y un corazón latiendo en la oscuridad. Cuando la leí pensé que podía ilustrar muy bien la novela; de hecho, aunque, de entre los títulos de mis libros, no es el que más me entusiasma, sí que es, creo, el que mejor refleja el espíritu de la novela.

P.- ¿Y cuál sería ese espíritu?
R.- Creo que hemos construido una existencia en la que estamos permanentemente conectados, pero pocas veces antes la gente ha estado tan sola. Todos los personajes de la novela experimentan esa soledad. Y viven y sobreviven con esa soledad, haciendo frente al devenir cotidiano, a sus cargas, a sus pérdidas, a su desolación.

P.- ¿Cómo surgió la idea de esta novela? ¿Cuál es su origen?
R.- Cuando escribo novelas trabajo siempre con escenas, a diferencia de cuando escribo poemas, que trabajo con imágenes. Esta novela tiene un origen muy claro en Los nadadores, y surgió de algún modo unida a esta. En Los nadadores varios personajes desaparecían y no se sabía a dónde iban, y al principio pensé que los personajes de Corazones en la oscuridad podrían ser los personajes perdidos de Los nadadores; eso me dio una sensación de soledad, y la atmósfera me vino dada. Y el resto de personajes, los actores, Águeda... surgen de un modo casi natural, de alguna manera estaban flotando en esa atmósfera y sus historias entran en pugna y acaban imponiéndose a otras tras un breve periodo de barbecho.

P.- Ese barbecho es en realidad una especie de transición onírica, y da lugar a otra novela totalmente distinta, más realista, más directa. ¿Le interesa mezclar la realidad y el sueño?
R.- Sí, me interesa que convivan. Creo que se ha de escribir como se vive, y nuestra vida no es únicamente onírica o realista, en nuestra vida conviven muchos estados de ánimo, están las pesadillas, los deseos, los temores, un mal despertar, la vigilia, el sueño. Y aunque las novelas suelen centrarse en un solo registro, yo prefiero la libertad creativa. El sueño forma parte de la realidad, ¿por qué no introducirlo en las novelas? Como lector y como escritor me conmueve la escritura que se mueve en esta libertad. Quizás es algo que en poesía está más establecido, pero que cuesta encontrar en una novela.

P.- ¿Utiliza la narrativa y la poesía para expresar distintas emociones?
R.- Es justamente eso, sí. Y ambas forman una mirada sobre la vida que no está fraccionada. Yo respeto muchos a los escritores que se dedican a una sola disciplina, como Marsé o Chirbes, que son narradores puros, pero confieso que me atrae más el creador polifónico, el que tiene varias miradas sobre la realidad.