Image: La historia del mundo en un rincón

Image: La historia del mundo en un rincón

Letras

La historia del mundo en un rincón

Llega a España una versión ampliada de Aquí, el cómic que revolucionó la novela gráfica a finales de los ochenta

25 noviembre, 2015 01:00

Richard McGuire. Foto: Maëlle Doliveux

Por supuesto no imaginaba que aquellas seis páginas en blanco y negro ampliarían los horizontes de la novela gráfica. Corría el año 1989. Richard McGuire (Nueva Jersey, 1957) tocaba en un grupo de música, "Liquid Liquid", del que era bajista y fundador, y diseñaba el material gráfico de la banda. Había dibujado un cómic y se le ocurrió enseñárselo a Art Spiegelman, autor de Maus y director de la mítica revista RAW, en donde se había publicado, serializado, aquel cómic vanguardista protagonizado por ratones judíos y gatos alemanes. Ni después de que aceptaran publicarlo pensó McGuire que lo suyo podría tener importancia. Pero entonces llegó un teórico francés y escribió que aquella historia extraña, estática, titulada Here, aquella historia con un solo escenario y un arco temporal de miles de años, "suponía un salto significativo en las posibilidades del cómic artístico".

Hoy, dice McGuire, que ha venido a España a promocionar Aquí, versión extendida y perfeccionada de aquella publicada en 1989, "sé que esto es lo más importante que he hecho en mi vida". Lo dice alguien que, además de escultor, colabora con publicaciones como Le Monde, Liberation, The New York Times y The New Yorker, que ha diseñado juguetes y escrito guiones y dirigido dos películas por episodios. El libro que está sobre la mesa replica una casa, con sus cubiertas por muros y las páginas a modo de paredes de una misma habitación; en esa habitación, en un mismo rincón, como si se hubiera fijado una cámara, transcurre la historia (el tiempo), que va desde la prehistoria hasta el futuro, antes y después de la construcción del edificio. "El libro es un objeto perfecto", dice McGuire, que ha querido que Aquí sea "como un artefacto escultórico, y que el lector, al abrirlo, pueda entrar en él como si entrara en una casa".

Salamandra Graphic

Hasta 1999 Richard McGuire no vio "razones", dice, para convertir aquellas primeras viñetas en una novela gráfica extensa. Chris Ware, otra leyenda del género, fue quien le animó, y quien después diría que Aquí había hecho que le "explotara la cabeza". McGuire se alegra de haber esperado tanto: "Creo que, al ser más viejo, tengo una percepción diferente, soy más consciente de lo rápido que se va el tiempo y la vida, y eso me ayudó a terminar el libro". El tiempo es, de hecho, el protagonista absoluto de Aquí. El autor (dice que no es historietista, ni tampoco escritor, ni músico ni diseñador, y que para escribir esta novela gráfica se ha tenido que "inventar a sí mismo") desdibujó sus personajes para que el lector no se implicara con ninguno, con ninguna de sus historias, y que el protagonista fuera el tiempo. "La mutabilidad", dice él.

Redujo las historias al mínimo. Ni siquiera el fin del mundo, que aparece en una pantalla, apenas visible, ha de distraer la atención del lector. "Al principio escribí unas líneas argumentales que se mantenían, y luego las fui recortando y recortando", explica McGuire. "No comprendí el sentido general del libro hasta que colgué las páginas en la pared de mi estudio".

Salamandra Graphic

Las distintas escenas se superponen por medio de ventanas: Aquí sería el primer cómic influido por Windows. "Puede que sea verdad", dice McGuire, a quien alguien, un amigo, en aquel lejano 1989 le habló del formidable invento de Bill Gates. "En el diseño original una línea iba hacia el pasado y la otra hacia el futuro; es decir, iba a haber dos planos temporales. Conocer Windows fue lo que hizo que reparara en que había muchas más posibilidades".

La historia de Aquí, termina, "podría ser infinita". Aunque no escribirá una segunda parte. En su tableta lleva una versión digital que todavía no está a la venta. Tiene pequeñas animaciones inesperadas. McGuire se pierde hablando de eso, y deja de lado el libro, pese a que le parece "perfecto". "No, no me interesa una segunda parte", repite. "Ahora estoy trabajando con una empresa de realidad virtual para explorar este mismo concepto".

@albertogordom