Eduardo-Berti

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Letras

La vida imposible

24 octubre, 2014 02:00

Eduardo Berti

Páginas de Espuma. Madrid, 2014. 176 páginas, 16 euros

La vida imposible es una reedición, corregida y aumentada, del libro que en 2002 proporcionó a Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) un buen impulso de éxito y reconocimiento. Se compone de noventa y dos microrrelatos (de entre una y dos páginas de extensión) más doscientas ocho “Ramonerías”, breves sentencias, algunas de ellas muy agudas y acertadas. A diferencia de Lo inolvidable (2010), el valor de La vida imposible no reside en la consecución del largo relato, denso, sólido y bien trabado, sino en una colección de historias breves capaces de ingenio y conmoción. La buena noticia es que Berti no es un “ingeniosillo” más en el catálogo más o menos clónico de cultivadores del microrrelato-chiste, pues las mejores de sus historias, ciertamente hondas, reflexionan sobre la paradójica condición humana.

Asuntos como la mortalidad, el limitado tiempo de nuestras vidas, el lenguaje humano con sus puentes e insuficiencias, el componente de azar y casualidades en cada existencia, el deseo de dejar o haber concluido algún tipo de obra (artística o no) sobre este mundo… son la razón de ser unos textos donde Berti da vueltas al misterio de la identidad humana, a la comparación entre el original y sus falsificaciones y copias, o a la dificultad para tomarse demasiado en serio a un Yo sólido y rocoso, inimitable y formulado de una vez por todas y para siempre. Tiempo lineal y circular, brevedad y eternidad, simetrías y disimetrías, parecidos, desemejanzas y anticipaciones del futuro, comparecen en este campo de juego donde en algunas piezas se aborda la reencarnación o la tortura insoportable de las repeticiones sin final posible, así como la edad anciana y la sensación de haberlo vivido ya todo.

Mentiríamos al decir que estos centenares de micros brillan al mismo nivel, abundan también textos menos afortunados o más insustanciales donde el lector puede cansarse en la cadena de semejanzas de forma o de tema. Sin embargo, “La edad de oro”, “El traductor apresurado”, “Pendiente del correo”, “Una criatura del pasado”, “Otra actriz frustrada”, “El bis”, o “El destino en los bolsillos”, ahondan en la raíz de ese “habitar el mundo como mortales” que reclamaba Heidegger. Emblemático en este sentido, es el excelente y visionario “Una máquina curiosa”. Acierta en la fórmula del estudio de casos, casi al modo judicial- bernhardiano de “El imitador de voces”. Aunque otras veces se aproxima más a las parábolas de Arreola, Borges y Monterroso o a los fenómenos circenses y prodigios naturales de la microficción de Ana María Shua.

Eduardo Berti propone un juego de perspectivas, mirando el cuadro del mundo desde atrás o poniéndolo boca abajo, perplejo ante el abismo de las viejas fotografías y las cartas de una vida sustancialmente breve.