Image: José Emilio Pacheco, el poeta de lo oscuro

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Letras

José Emilio Pacheco, el poeta de lo oscuro

José Emilio Pacheco, premio Cervantes en 2009, ha muerto a los 74 años de un paro cardiorrespiratorio.

27 enero, 2014 01:00

El poeta y escritor mexicano José Emilio Pacheco, ganador del premio Cervantes en 2009, ha fallecido este domingo a los 74 años de edad a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. "Con enorme pesar tengo que decirles que mi padre murió hace 20 minutos. Se fue muy tranquilo, se fue en paz, murió en la raya como él hubiera querido", informaba su hija Laura Emilia Pacheco.

"El viernes terminó de escribir su Inventario, que dedicó a su amigo querido Juan Gelman", ha agregado. "Hizo lo que hacia todas las noches. Se acostó a dormir y ya no despertó. Eso es todo", ha apuntado. Por último, Laura Emilia Pacheco ha indicado que la capilla ardiente será abierta a las 12.00 horas (hora local) en la sede de El Colegio Nacional. "Ahí va estar abierto para quien quiera. Él tenia mucha gente que lo quería y sus lectores", ha apostillado. Pacheco se encontraba ingresado el sábado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, tras lo que se informó de que había sufrido una caída.

Además de poeta de 14 libros, Pacheco era novelista, cuentista, ensayista (los -istas los cumple todos), traductor de grandes de la literaura anglosajona como Beckett o Eliot e hiperactivo militante de las brigadas periodística, editorial y académica. Entre sus obras más aplaudidas se encuentra Las batallas en el desierto, que ha sido adaptada al cine, El principio del placer, El viento distante y Morirás lejos. Además, entre su obra poética destacan Los elementos de la noche, Irás y no volverás y No me preguntes cómo pasa el tiempo.

En sus poemas late cierta tensión de fondo entre el compromiso político, la responsabilidad cívica, y la tensión poética. "Sólo puedo escribir sobre lo que me afecta y me preocupa. No me digo: Voy a hacer unos versos en que se manifieste mi responsabilidad cívica. Es algo menos voluntario de lo que suponemos", comentaba el poeta en una entrevista concedida a El Cultural.

Pacheco nació en Ciudad de México en 1939. Estudió en la Universidad Autónoma de México. Inició sus actividades literarias en la revista Medio Siglo. Ha trabajado como director y editor de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales. Dirigió con Carlos Monsiváis el suplemento de la Revista de la Universidad de México y en La Cultura en México. Fue director de la Biblioteca del Estudiante Universitario y profesor en varias universidades de los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.

Pertenece a la generación de los años cincuenta, de la que forman parte también Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Vicente Leñero, Juan García Ponte y Salvador Elizondo. Forma parte del grupo de investigadores del Centro de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y es un especialista de la Literatura Mexicana del siglo XIX. Entre sus investigaciones cabe destacar En torno a la cultura nacional y Belleza y poesía en el arte popular mexicano. Es miembro del Colegio Nacional (México) y profesor distinguido en el Departamento de Español de la Universidad de Maryland.

Aparte del Premio Cervantes, Pacheco había recibido el Premio Nacional de Periodismo por Divulgación Cultural (1980), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2001), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009). El jurado del premio Cervantes destacó al mexicano por ser "un poeta excepcional de la vida cotidiana", por su "capacidad de crear un mundo propio" y por "el distanciamiento irónico de la realidad" que hay en su obra.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha lamentado el fallecimiento del escritor a Twitter. "Ha fallecido un gran representante de nuestra literatura. México extrañará al gran escritor José Emilio Pacheco. Descanse en paz", ha dicho. "A su familia y a todos los amigos de Don José Emilio Pacheco, mis más sentidas condolencias", ha añadido el mandatario.

Tras conocer el fallecimiento de José Emilio Pacheco, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha comunicado sus condolencias a la familia del poeta. "Hemos perdido a una figura central, referente ineludible de la literatura en español. ‘La lengua en la que nací constituye mi única riqueza', nos dijo Pacheco al recoger el Premio Cervantes 2009. Con estas palabras,el poeta mostraba su humildad, al mismo tiempo que homenajeaba a la lengua con la que nos hizo y nos seguirá haciendo disfrutar, compartiendo su riqueza a través de sus verso", ha indicado el Ministro.

Poemas de José Emilio Pacheco

Concordancias: Las personas del verbo

Una vez
Y por breve tiempo
Hace mucho tiempo
Tú y yo
Fuimos de pronto hasta muy adentro
Nosotros.

«Nosotros dos» podía yo decir
En las horas voraces que fueron nuestras.

Desde hace tiempo
Si hablo de ti
Sólo puedo emplear
La tercera persona: Ella.

El yo empobrecido se hunde
Entre las concordancias de la Nada.

Fluir

Corre bajo los puentes.
No regresa.

Su vuelo horizontal
Arrasa el tiempo.

Para nosotros
Esa eterna huida
Lo dice todo.

El agua no lo sabe
Y no le importa.

Se limita a fluir
Y a despedirse.

Un puñado de polvo

Todos quisimos la corona del rey
Nadie pudo encontrarla entre el fragor de la guerra.

En esa busca nos entrematamos.
Por sanguinarios les dimos asco a las fieras.

Siglos después, cuando encontré la corona,
Vi que era sólo un puñado de polvo.

Lupus

En la noche del mundo el gran temor
A su ferocidad siempre al acecho.

Hace temblar con su brutal aullido.
Deja huellas de sangre entre la nieve
Y en los barrancos pilas de cadáveres.

Nos ha vencido en todas las batallas.
Levantó las murallas que nos cercan.
Nos oprime con cepos y cadenas.

Un día el monstruo pasó ante nuestros ojos,
Receloso y amargo entre las ruinas.

Era el lobo del hombre.

Ver la luz

¿Qué se verá originalmente en el útero?
Acaso nada resulte claro.
Somos como otros peces que han nacido del agua,
Totalidad de su visión.

Para hablar del nacer
decimos siempre:
«Vio la luz» o bien: «abrió los ojos».
Somos sujeto y objeto
De esa luz que dibuja la realidad
Y nos obliga a inventarla.

Y por ello al final todo se apaga.
Entre la sombra sólo queda espacio
Para los cirios funerales:
última luz que siempre abre camino
A las tinieblas del origen.

College Park, Maryland

Esas frondas también dicen adiós.
Las estremece un viento que llega ileso
Desde el pasado en este mismo instante.