Image: Un plural infinito. Antología poética

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Letras

Un plural infinito. Antología poética

Rafael Pérez Estrada

22 diciembre, 2011 01:00

Rafael Pérez Estrada. Foto: Jesús Domínguez

Fundación J. M. Lara, 2011. 368 páginas, 17 euros

En el prólogo a esta edición, oportuno en sus juicios y que sirve bien de presentación, lamenta Jesús Aguado que la obra de Rafael Pérez Estrada (Málaga, 1934-Málaga, 2000) no mereció en vida ni la atención crítica ni los galardones institucionales que, por los méritos de su obra, le deberían haber correspondido y no le falta razón. Hoy el reconocimiento no puede venir ya más que en forma de lectura. En este sentido esta antología puede ser una excelente puerta de acceso para que la franqueen los degustadores de la poesía: no se arrepentirán.

"Escribir o levitar" es el comienzo de "Poética", de El levitador y su sombra, y esa ecuación dice bien cómo para Pérez Estrada lo que está en juego es la pasión por escribir, una pasión que ansía la elevación, y añadiré que la logra, lo que acerca sus trabajos poéticos a la mística, bien que sin vínculos con las religiones, y, en una tradición más moderna, a los escritores visionarios; "El poema es sólo el espejismo del poema que soñamos" se lee a continuación y ello da testimonio de la ambición del autor al par que de una humildad, o crítica, ante sus propios textos; y todavía dice "Hondo, al final de la llaga está el poema", con lo que hace saber que la escritura no es un ejercicio banal, sino la respuesta a una herida, y en definitiva, aunque se transcienda y pueda quedar velada, a una experiencia del sujeto. Así, el cuerpo y la vida conviven con lo que podría denominarse exaltación, no en vano llegó a nombrar, frente a la de la Gravedad, una "Ley ascendente de la poesía".

Esta aspiración a decir lo que está siempre más allá de las palabras, a lo que se oculta, se conjuga con unas formas de escritura que esquivan las formas más tradicionales y que singularizan su obra. En el conjunto destacan los poemas en prosa -muchos de ellos, joyas narrativas-, además de que en algún caso un mismo texto combina la prosa con el verso, y otros se presentan como pequeñas colecciones de aforismos, no pocos de ellos memorables. "El pájaro por sus alas se sabe ángel". Este ejemplo sirve además para llamar la atención por la reiterada presencia de ángeles en sus poemas. Aparte de sus precedentes en Rilke o Alberti, este ser espectral es siempre un intermediario entre el mundo real y ese otro mundo que se esconde a sí mismo y se muestra a místicos y poetas y que en último término justifica al mundo en que vivimos. Ese ángel que va y viene, que no se acaba de mostrar, pero trae mensajes, es el gran símbolo de esta poesía.

Ingenio, sutileza, hondura son valores que el lector encontrará en estas páginas. Es decir, inteligencia poética.

Suceso

Cruje sumisa la escalera.
Me despierto.
Apenas llego a ver
la figura de un ángel huidizo.
Todo es oscuridad menos el ángel
y el puñal que sostiene.
De fondo, una sombra que escapa
y un grito suspendido.
Por lo demás,
la noche es infinita.