Image: Berlin noir

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Letras

Berlin noir

Philip Kerr

8 mayo, 2008 02:00

Philip Kerr. Foto: Archivo.

4 vols. Violetas de marzo. Pálido criminal. Réquiem alemán. Unos por otros. RBA, 2007. 383 pp., 383 pp., 447 pp. y 353 pp. 7’50 e. los 3 primeros y 19 e.

Philip Kerr publicó los tres primeros libros de la tetralogía Berlin noir en 1989, 1990 y 1991, pero no fue hasta 2006, con Unos por otros, cuando remató la serie protagonizada por el detective Bernie Gunther. ésta es la primera vez que se publica en España esta tetralogía que combina felizmente el género negro con el atrezo histórico de una época que no deja de fascinar al lector: la Alemania nazi.

Aunque en libros posteriores, especialmente en Una investigación filosófica (Anagrama, 1997), Kerr llevaría la fórmula de la novela policíaca hasta la antesala de la ciencia-ficción, en Berlin noir se atiene a las convenciones del género hasta el punto de que al aficionado no le será difícil reconocer los homenajes a Hammet y Chandler. Especialmente el padrinazgo de este último es visible en las hechuras del detective privado, Gunther, vástago germano de Marlowe y tan cínico, rudo y descarado como él.

La primera novela alude desde el título ("violetas de marzo" era el desdeñoso apelativo con que los nazis apodaban a quienes se apuntaron al partido tras la victoria de Hitler en las urnas) a la enrarecida atmósfera social que se respiraba en Berlín en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1936. El miedo a la Gestapo y la brutalidad de las SA y las SS son el contrapunto a las idas y venidas de Gunther, que llega en sus pesquisas hasta los calabozos secretos del Reich. En Pálido criminal, situada poco antes del comienzo de la guerra, la persecución de los judíos forma el telón de fondo a una aventura donde aparece, de secundario cómico, el mismísimo jefe de las SS, Heinrich Himmler.

Pero tal vez el punto más alto de la serie se alcanza en la tercera novela, Requiém alemán, donde, en medio de las ruinas de la Europa devastada, Gunther sobrevive como puede entre las redes de estraperlo, los militares estadounidenses y los servicios secretos soviéticos que van extendiendo sus tentáculos desde Viena hasta el Berlín ocupado. Todo el libro está impregnado de ese acorde de catástrofe que señala el final de una era, la cual, a su vez, anuncia el advenimiento de una nueva raza: la del traficante sin escrúpulos que tan bien simbolizara Orson Welles en El tercer hombre.

Unos por otros cierra la tetralogía con una compleja trama que implica tanto a los criminales nazis que intentan fugarse hacia Suramérica bajo una identidad falsa como a los agentes israelíes que pretenden darles caza. Comienza con el viaje de Eichmann (artífice de la Solución Final) a Oriente Medio, en 1937, y concluye en 1949, con la peripecia de un Gunther cincuentón, que pasa de regentar el hotel de su suegro (cerca del campo de concentración de Dachau) a ponerse otra vez los ropajes del detective privado.

En manos de un narrador tan hábil como Kerr, la fórmula policíaca aplicada a un escenario histórico tan repugnante como atractivo funciona a la perfección. Escritas con un estilo incisivo y ágil, de fácil lectura, revestidas de un impresionante trabajo de documentación y trufadas de violencias fulgurantes y diálogos sardónicos, en el mejor estilo chandleriano, las cuatro novelas muestran, a través de la evolución de su protagonista, el ascenso y caída de la Alemania nazi: el barco que partía hacia el alba del "Reich de los mil años" y que se hundió con capitanes y ratas en un lento ocaso wagneriano que suena más bien a los acordes tristes de Brahms que al Gütterdämmerung invocado tantas veces por los jerarcas nazis.