Image: El Estadio de Mármol

Image: El Estadio de Mármol

Letras

El Estadio de Mármol

Juan Bonilla

14 abril, 2005 02:00

Juan Bonilla. Foto: Antonio Luis Delgado

Seix Barral. Barcelona, 2005. 256 páginas, 17 euros

Aunque con su novela Los príncipes nubios Juan Bonilla (Jerez, 1966) consiguió el Premio Biblioteca Breve 2003, había debutado con los relatos breves: El que apaga la luz (1994), La compañía de los solitarios (1998) y La noche del Skylab (2000).

No es, pues, El Estadio de Mármol su primera incursión en un género que domina y en el que se permite, incluso, cierta teorización en forma de metaliteratura. Por otra parte, su actividad literaria no se reduce a la narración o al periodismo, sino que ha reunido ensayos, reportajes y artículos, así como poemas. El Estadio de Mármol consta de diez relatos, alguno de cierta extensión, como el último, que da título al conjunto y que resume, de algún modo, la voluntaria complejidad del tratamiento y la ambición de los temas elegidos. La acción se sitúa en la Italia fascista. El protagonista es un adolescente al que impresiona una de las estatuas de deportistas masculinos del coliseo de Mussolini. El padre es una brumosa figura que milita en la formación totalitaria. Pero el problema del héroe, cuya madre está postrada en una mudez y frialdad fruto de la pérdida de su "otro" hijo, lo adivinamos los lectores antes que se desvele y consiste en el problema de sus tendencias homosexuales. Bonilla, sin embargo, nos propone otros misterios añadidos de forma incidental. Es la suma de incógnitas psicológicas las que confieren una densidad especial al relato.

No es éste, sin embargo, el que elegiría como el mejor de la serie. "Una novela fallida" me parece una obra espléndida, muy por encima del resto. Tal vez porque en él la complejidad temática es mucho mayor. Un narrador describe las razones por las que no escribirá y, sin embargo, pretende agotar el tema del suicidio de Judas. Aquí se produce no sólo un desdoblamiento de personalidad, sino también alteraciones histórico-temporales. Pasamos de la narración bíblica a la época contemporánea. El investigador de un suicidio (el de Judas) acaba convirtiéndose en el Jesús crucificado que clama por el abandono del Padre. La mayor parte de los temas abordan conflictos íntimos. En "El dragón de arena", otra excelente muestra de su eficacia narrativa, se inspira en una relación incestuosa entre hermanos. La acción se sitúa en un pueblo de playa a pocos kilómetros de Málaga. El protagonista es un joven de dieciocho años y entre el alcohol y la marihuana se producen los primeros escarceos. Pero el erotismo no va más allá, salvo la descripción de los celos, el sentido de culpabilidad del muchacho y el descoco de una hermana que acaba liándose con un bello extranjero que construye esculturas de arena. El autor no carece ni de sentido del humor con el que disimular el dramatismo de las situaciones ni de exigencia literaria.

En alguna ocasión advertiremos la naturaleza kafkiana del tema, como en "Vitíligo" o en "El Santo Grial", que nada tiene de medievalizante y que es un ejercicio de técnico de confesado salto atrás, de espacios y tiempos diversos. En "La Desconocida" se basa no tanto en el suicidio como en una compleja sustitución de personajes. "Una montaña de zapatos" hubiera podido ser imagen de un poema, pero su autor establece un paralelismo entre un periodo de coma del protagonista que asume la experiencia del Holocausto, tema de otro relato en otro de sus libros. En "Encuentro en Berlín", además de reflejar un artificial marco urbano, la trama consiste en la posibilidad de vivir en la ficción para huir de una realidad desagradable. En ocasiones, el análisis retuerce el estilo construido a base de amplios párrafos como una columna salomónica. Utiliza la actualidad de los programas de llamadas radiofónicas como el método que ha de servir al personaje como autoconfesión o autoinculpación. El ámbito moral y el malabarismo técnico de sus relatos permiten el artificio.

Juan Bonilla construye con gran eficacia, manifiesta que sus técnicas son fruto de una seria reflexión sobre la teoría del cuento. Se apoya en un mundo de ideas y de personajes ajenos a una vida monótona, que aparecen concretados en descripciones y escenarios imaginados (Roma es una excepción) con escaso uso del diálogo. Dos relatos de este libro, al menos, podrían figurar en una antología del cuento español contemporáneo. No es poco.