La Manga escondía un tesoro fenicio de hace 2.600 años en el mismo sitio que se hundió un buque en la Guerra Civil

La Manga escondía un tesoro fenicio de hace 2.600 años en el mismo sitio que se hundió un buque en la Guerra Civil CARM

Historia

La joya arqueológica que esconde La Manga: un pecio fenicio de 2.600 años con 68 colmillos de elefante

El yacimiento del Bajo de la Campana, a unos 2,5 kilómetros de la costa, albergaba los restos de al menos cuatro barcos hundidos en distintas épocas.

Más información: El vídeo del "impresionante" hallazgo del hostelero Isaac en La Manga: "He encontrado un pecio de 50 metros de largo".

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Ánforas, fragmentos del casco, vasijas, lingotes de bronce, estaño y cobre, un pedestal de piedra... Y 68 colmillos de elefante, algunos de ellos con inscripciones fenicias. Esta es solo una parte de los objetos que se rescataron de un pecio de 2.600 años de antigüedad que se encuentra a unos 2,5 kilómetros de distancia de La Manga, en una zona conocida como el Bajo de la Campana, una cuchilla submarina de piedra que ha pasado siglos hundiendo embarcaciones.

"Es un yacimiento de gran valor arqueológico", según explica a EL CULTURAL el arqueólogo e historiador Luis Miguel Pérez Adán. Y es que, en plena fiebre por la restauración del pecio Mazarrón II, el Gobierno de la Región de Murcia ha lanzado un documental para poner en valor la importancia del naufragio del Bajo de la Campana. El filme, producido por la Fundación Integra, es una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de San Javier.

No en vano, este barco fenicio constaba de unas dimensiones estimadas de 20 metros de eslora y se hundió en estas aguas del Mediterráneo al sureste de la Región de Murcia en el siglo VII a.C. El navío iba cargado de una valiosa mercancía que se cree que podría haber ido destinada al comercio con la élite social de la época, de la que se han recuperado cientos de piezas.

Pérez Adán secunda esta teoría: "La carga del barco iba destinada probablemente al comercio. Los fenicios comerciaban en toda la costa del Mediterráneo; intercambiaban, por ejemplo, aceite y minerales con vasijas, ánforas, colmillos de marfil...".

Pero fuera cual fuese su objetivo, esta embarcación no logró llegar a buen puerto: sus restos se encontraron a una profundidad de entre 20 y 24 metros. Por desgracia, sus navegantes vinieron a chocar con el temible Bajo de la Campana. Ese es el nombre con el que se conoce a una formación rocosa que ha destrozado las cubiertas de multitud de embarcaciones a lo largo de la historia.

Varios de los colmillos de elefante del pecio fenicio del Bajo de la Campana, en su yacimiento original, antes de ser trasladados al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA)

Varios de los colmillos de elefante del pecio fenicio del Bajo de la Campana, en su yacimiento original, antes de ser trasladados al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) Ministerio de Cultura/ARQVA

Dicho lugar no solo destaca por el citado pecio fenicio -cuyos componentes rescatados ya se pueden ver en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) de Cartagena-. El Bajo de la Campana es un accidente marino de unos 100 metros cuadrados que, desde 24 una profundidad de 24 m, asciende hasta casi llegar a la superficie.

Esto lo convierte en una 'cuchilla' totalmente inapreciable desde la línea de flotación, capaz de destrozar la cubierta de casi cualquier embarcación despistada que pase sobre ella. Tal es su cercanía con la superficie que en Google Maps se puede apreciar ligeramente su coloración bajo el agua, al noreste del Islote del Farallón.

Una captura de pantalla de Google Maps, en cuya parte superior se puede apreciar un marcador, y bajo el mismo, una diferencia de coloración que indica la presencia del bajo de la Campana.

Una captura de pantalla de Google Maps, en cuya parte superior se puede apreciar un marcador, y bajo el mismo, una diferencia de coloración que indica la presencia del bajo de la Campana.

Adán explica que "es una zona donde hay multitud de barcos hundidos". De hecho, la última víctima de esta 'cuchilla' submarina fue el barco de vapor Monte Toro, en plena Guerra Civil: "El buque fue atacado en agosto de 1937 por aviones militares y se hundió en esta zona". Al parecer, tratando de huir del fuego, la embarcación embarrancó contra el Bajo de la Campana, de manera que el casco quedó destrozado y acabó por hundirse.

"También se habla de un submarino alemán de la II Guerra Mundial hundido en este mismo lugar", amplía el historiador cartagenero. "A todo ello se añaden unos cañones de un barco del siglo XVIII que fueron recogidos en la zona y se exponen en el Museo Histórico Militar de Cartagena". Todo este gran patrimonio habla de la peligrosidad del Bajo de la Campana, aunque ninguno de estos restos supera en importancia arqueológica al pecio fenicio.

Según informa el Ayuntamiento de San Javier, a quien pertenece esta parte de La Manga, el yacimiento consta de al menos cuatro barcos hundidos. Se descubrió en la década de los 50 del pasado siglo de manera accidental por un grupo de buceadores que se dedicaban a extraer chatarra del fondo marino y localizaron estos restos arqueológicos.

Unos años después, diversas campañas arqueológicas dirigidas por Julio Mas para el antiguo Patronato de Arqueológica Submarina de Cartagena documentaron la existencia de varios naufragios en la zona. Tras esto, el yacimiento fue el epicentro de decenas de investigaciones y programas arqueológicos, hasta la excavación que se llevó a cabo entre 2007 y 2011 para rescatar los restos del olvido del fondo marino.

Los investigadores Gil de Pareja y Julio Mas extraen una pieza de un yacimiento submarino, en el sureste de la costa de la Región de Murcia, a finales de los 50.

Los investigadores Gil de Pareja y Julio Mas extraen una pieza de un yacimiento submarino, en el sureste de la costa de la Región de Murcia, a finales de los 50. Archivo Municipal de Cartagena

Desde el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) destacan que los estudios que se realizan sobre esta rica y diversa carga del pecio fenicio están "arrojando luz sobre diferentes aspectos de la red colonial y comercial instituida por este pueblo en el Mediterráneo occidental, así como sobre el estudio de las interacciones entre los pueblos indígenas y los comerciantes y colonos fenicios".

Este lugar da buena muestra de la riqueza arqueológica de la zona. A solo 10 kilómetros al sur, cerca de la costa desde la que se asoma el faro de Cabo de Palos, se encuentra otro cementerio submarino: el de la reserva de las islas Hormigas, un lugar muy frecuentado por buceadores curiosos que quieren viajar al pasado sin la necesidad de adentrarse profundamente mar adentro.