La directora y actriz Angélica Liddell en su espectáculo 'Liebestod'. Foto: Christophe Raynaud de Lage/Festival de Otoño

La directora y actriz Angélica Liddell en su espectáculo 'Liebestod'. Foto: Christophe Raynaud de Lage/Festival de Otoño

Teatro

Angélica Liddell gana el Premio Nacional de Teatro: 37 años desnudando su rabia poética en el escenario

La controvertida dramaturga, directora y actriz ha sido galardonada "por un lenguaje de enorme riesgo y calidad" y por ser "un referente dentro y fuera de España".

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Angélica Liddell ha obtenido hoy el Premio Nacional de Teatro correspondiente a 2025, que concede anualmente el Ministerio de Cultura a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) y está dotado con 30.000 euros.

El jurado ha destacado la repercusión de su obra Dämon. El funeral de Bergman, “que sintetiza una forma de trabajar crítica, que no hace concesiones e invita a la reflexión y el debate”. Y añade: “con esta pieza se convirtió en 2024 en la primera artista española en inaugurar el prestigioso Festival de Avignon, donde ha sido programada en numerosas ocasiones”.

Liddell, nacida como Catalina Angélica González Cano en Figueras en 1966, escandalizó con esta obra a la crítica francesa por sus improperios contra ella y su insulto al crítico Stéphane Capron (con cuyo apellido hizo Liddell un juego de palabras con el insulto español "cabrón"), y este llegó a denunciarla por injurias.

“Meterse con la crítica francesa es como ponerse bombas al pecho. Son el poder. No son como los críticos españoles. Los críticos franceses son élite. Esa era la idea, cuestionar el pensamiento de las élites por parte de un artista, un bufón, un loco. Hay que reunir mucho valor para inaugurar el festival de Aviñón y echarse encima a toda la crítica, te lo aseguro”, presumía Liddell en una entrevista en El Cultural con motivo del estreno de la obra en los Teatros del Canal de Madrid.

"¿Acaso es una novedad que la artista ofenda en sus espectáculos? He visto bastantes y una de sus estrategias básicas ha consistido en humillar al público soltando burradas moralmente ofensivas, que paradójicamente este le reía y aplaudía de pie, sintiéndose quizá menos vulgar y más élite", comentó al respecto la crítica de teatro de El Cultural, Liz Perales.

Más allá del revuelo causado por la polémica, Perales describió así la obra tras su estreno en Madrid: "Como una papisa luciferina e impúdica, su misa de dos horas siguió la línea subversiva y procaz de siempre, con las arengas malditas que han forjado su estilo cada vez más depurado estéticamente. Sola y desnuda dominando la escena teñida de un rojo sacrificial, confesando los demonios que la atenazan, parecía un miura en la arena".

La obra es un ritual escénico que invoca a Ingmar Bergan para escenificar el funeral que el propio cineasta diseñó, entrelazándolo con los demonios íntimos de la autora y una reflexión sobre muerte, vanidad, envejecimiento y legado artístico.

Angélica Liddell (derecha) durante un ensayo de su obra 'DÄMON. El funeral de Bergman', en el Festival de Aviñón. Foto: EFE/EPA/Teresa Suárez

Angélica Liddell (derecha) durante un ensayo de su obra 'DÄMON. El funeral de Bergman', en el Festival de Aviñón. Foto: EFE/EPA/Teresa Suárez

En la citada entrevista con motivo del estreno madrileño, la propia Liddell, obsesionada con la muerte, se expresaba así: "El primer día que representé la obra completa me eché a llorar sin que nada pudiera detenerme. Eso no me ha pasado nunca, no era emoción, era un reconocimiento de la muerte, tomar conciencia de la desaparición total y absoluta".

Riesgo y calidad

El fallo del premio nacional pone en valor también otras obras como Vudú (3318) Blixen y Terebrante, con las que Liddell "ha consolidado una carrera como dramaturga, directora e intérprete definida por un lenguaje de enorme riesgo y calidad, que la ha confirmado como un referente dentro y fuera de España para la creación escénica contemporánea”.

Angélica Liddell, en 'Vudú (3318) Blixen'. Foto: Luca del Pia

Angélica Liddell, en 'Vudú (3318) Blixen'. Foto: Luca del Pia

La concesión del premio ha coincidido en el mismo día con la publicación de un libro de relatos de Liddell, titulado Cuentos atados a la pata de un lobo y publicado por la editorial Malas Tierras.

"Madres que atentan contra sus hijos, hijos que matan a sus padres, escritores salvajes en guerra con las instituciones, suicidas o criminales confesos se dan cita en unos relatos en los que no hay ni redención ni consuelo", reza la sinopsis del libro.

"En este desfile de cuerpos rotos, infancias mutiladas, amores dolorosos y crímenes sin castigo, Angélica Liddell traspasa los límites del lenguaje y la moral para construir un retrato feroz de lo humano: la violencia familiar, el deseo de destrucción, el te­dio y la muerte conviven en un conjunto de escenas repletas de imágenes grotescas y belleza", continúa la editorial.

Trayectoria

Como señala el Ministerio de Cultura, "el Premio Nacional de Teatro se concede como recompensa y reconocimiento a la labor de una persona o entidad en el ámbito teatral, puesta de manifiesto preferentemente a través de una obra o actuación hecha pública o representada durante el año 2024. También pueden otorgarse como reconocimiento a una trayectoria profesional". En el caso de Liddell, parece que el premio reconoce ambos supuestos.

Licenciada en Psicología y Arte Dramático, Liddell inicia su trayectoria dramatúrgica en 1988 con la obra Greta quiere suicidarse, por la que recibe el Premio Ciudad de Alcorcón.

Durante sus inicios escribe también La condesa y la importancia de las matemáticas (1990), El jardín de las Mandrágoras (1991), La cuarta rosa (1992) y Leda (1993), que crea en el marco de un taller del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas (CNNTE), unidad del INAEM que estuvo en funcionamiento entre los años 1984 y 1994.

En 1993 inicia una nueva etapa artística con la compañía Atra Bilis Teatro, que funda junto a Gumersindo Puche, y con la que ha montado exitosos espectáculos con los que ha girado por los principales festivales y escenarios del mundo, como el Festival de Avignon, el Wiener Festwochen y el Teatro del Odeón de París.

Entre sus obras se encuentran títulos como La falsa suicida (2000), El matrimonio Palavrakis (2001), Once Upon a Time in West Asphixia (2002), Hysteria Passio (2003), Y cómo no se pudrió Blancanieves (2005), El año de Ricardo (2005), Boxeo para células y planetas (2006) y Perro muerto en tintorería: los fuertes (2007), estrenada en el Centro Dramático Nacional.

También son suyas Anfaegtelse (2008), La casa de la fuerza (2009), Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation (2011), Ping Pang Qiu (2012), Todo el cielo sobre la tierra (el síndrome de Wendy) (2013), Gloria in excelsis (2014), Tandy (2014), You are my destiny (Lo stupro di Lucrezia) (2014), Primera carta de San Pablo a los corintios (2015), Esta breve tragedia de la carne (2015), ¿Qué haré yo con esta espada? (2016), El Decamerón (2016), Génesis 6, 6-7 (2017), Una costilla sobre la mesa: madre (2019), Una costilla sobre la mesa: padre (2019) y Liebestod. El olor a sangre no se me quita de los ojos. Juan Belmonte (2021). En la actualidad se encuentra girando con sus obras Terebrante (2021), Vudú (3318) Blixen (2023) y la citada Dämon. El funeral de Bergman.

Los textos de Liddell han sido traducidos al portugués, alemán y francés, entre otros idiomas. Ha recibido numerosos galardones como el Premio de Dramaturgia Innovadora Casa de América 2003 por La pasión anotada de Nubila Wahlheim, el Premio SGAE de Teatro 2004 por Mi relación con la comida, el Premio Ojo Crítico Segundo Milenio 2005 por su trayectoria, el Premio Notodo del Público al Mejor espectáculo de 2007 por Perro muerto en la tintorería: los fuertes, el accésit del Premio Lope de Vega 2007 por Belgrado, y el Premio Valle-Inclán 2008, convocado por El Cultural, por El año de Ricardo.

También ha ganado el Premio Sebastià Gasch d’Arts Parateatrals 2011, el Premio Nacional de Literatura Dramática 2012 por La casa de la fuerza y el León de Plata de la Bienal de Venecia de Teatro como reconocimiento a toda su obra. Además, en 2017 fue nombrada Chevalier de las Artes y las Letras de Francia, una de las máximas distinciones del país galo.

El jurado, presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Paz Santa Cecilia Aristu, y actuando como vicepresidenta la subdirectora general de Teatro del INAEM, Miriam Gómez Martínez, ha estado compuesto por los siguientes vocales: el periodista Daniel Galindo, el editor Carlos Rod, la actriz María Morales, el gestor cultural Francesc Casadesús Calvó, la profesora y directora de escena Ana María Contreras Elvira a propuesta del Grupo de Investigación de Feminismos y Estudios de Género de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) y Ana Belén Santiago, directora artística de Teatro del Barrio, entidad galardonada en la pasada edición con el Premio Nacional de Teatro 2024.