
Una escena de 'Historia de la violencia'. Foto: Festival de Almada
El festival de Almada vuelve a escena en su 42.ª edición con Thomas Ostermeier y Albert Boadella en cartel
El municipio luso, situado en la orilla sur del estuario del Tajo, vuelve a ser un año más el epicentro de la escena teatral portuguesa con una agenda que combina propuestas locales e internacionales.
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Si un lisboeta consigue hacerse un hueco entre las hordas de turistas que se arremolinan en la escalinata de mármol de la Praça do Comércio para hacerse una fotografía con el estuario del Tajo como telón de fondo, verá, a lo lejos, una ciudad. Es Almada, uno de los muchos municipios en los que descansan aquellos que cada mañana vuelven a sus puestos de trabajo en la capital lusa, donde no se pueden permitir un techo.
Se trata, en efecto, de otra más de las muchas ciudades dormitorio que orbitan en torno a las grandes urbes, protagonistas del territorio a las que nutren con su mano de obra. En el mes de julio de cada año, sin embargo, algo ocurre. Lisboa queda destronada por una de sus rémoras. El Festival de Almada convierte a la ciudad del sur del Tajo, durante dos semanas, en el flamante e indiscutible epicentro de la escena teatral portuguesa.
Así ha sucedido hasta la fecha durante 41 años. Ahora, en su 42.ª edición, el municipio vuelve a escena siendo fiel a los valores que lo ha consolidado como líder en el sector en su país. Por un lado, un repertorio variado, acogiendo grandes compañías internacionales de renombre, no sin ello quitar espacio a la creación portuguesa y local. Por el otro, hacer de la cita un evento accesible para todos, manteniéndose fieles así a sus raíces de clase trabajadora. Un total de 20 obras se podrán disfrutar del 4 al 18 de julio en varias salas que, aunque algunas de ellas se encuentran distribuidas en varios municipios cercanos, entre ellos Lisboa, tienen a Almada como centro neurálgico.
Entre los grandes nombres internacionales que podemos encontrar en la veintena de obras que se podrán disfrutar en esta edición, brilla con luz propia el nombre Thomas Ostermeier. Director de la Schaubühne Berlin desde 1999, es uno de los directores escénicos de mayor calado en el panorama teatral europeo. Con adaptaciones como Hamlet y Ricardo III, de Shakespeare, o Un enemigo del pueblo, de Ibsen, se ha podido comprobar su inclinación hacia el teatro de la palabra, a la vez que ha otorgado a las obras una nueva mirada contemporánea.
Ostermeier ya es un viejo conocido del festival almediense. En la ciudad lisboeta presentó Disco Pigs, de Elda Walsh, cuando todavía era director de la Baracke del Schauspielhaus de Hamburgo. Más tarde, ya dirigiendo la Schaubühne, llevó a territorio luso montajes como el de La gaviota, de Chéjov. Ahora, vuelve a Almada con Historia de la violencia, basada en el libro de Édouard Louis —de quien también adaptó para las tablas la novela Who killed my father—, que se estrenó en 2018 recibiendo una muy cálida acogida por parte del público. La historia relata la violación que sufrió el autor francés, haciendo de forma simultánea un ajuste de cuentas con el pasado colonial de su país.
Otro de los tótems de la escena que hará aparición en la cita portuguesa será Joël Pommerat, que regresa a Almada con una relectura de Marius, de Marcel Pagnol. Si bien el texto original supone una postal nostálgica de la Francia del siglo XX, el regista galo propone una versión atemporal que gira en torno al conflicto interno entre el deseo de huir y el deber de quedarse. En un pequeño café de barrio en Marsella, Marius es un joven que ayuda a su padre en el negocio familiar mientras sueña con el mar. Ama en secreto a Fanny, una peluquera que, harta de su indecisión, decide provocarlo para que se decida.
Por su parte, el coreógrafo y bailarín estadounidense William Forsythe debutará en la cita lusa con Friends of Forsythe, una creación coreográfica que combina ballet y hip-hop. El espectáculo es una colaboración con Rauf "Rubberlegz" Yasit, figura clave del street dance y aspira a ser "una investigación sobre el poder del movimiento como lenguaje universal", según sus creadores.

Una escena de 'Friends of Forsythe'. Foto: Inês Sá
Siguiendo con la danza, la Companhia Nacional de Bailado de Portugal trae un programa doble, con piezas de Fernando Duarte (Quatro cantos num soneto, en estreno) y de Sharon Eyal (The Look), mientras que Victor Hugo Pontes traerá su creación más reciente: Hay algo a punto de suceder, con la que celebró los 50 años del 25 de Abril de 1974.
Lazos ibéricos
Como cada año, el Festival de Almada vuelve a demostrar su interés por la producción teatral de nuestro país. En esta ocasión, acogerá a la compañía Els Joglars, que ya tiene un largo historial de participación en la cita lusa. Dirigida por Albert Boadella, presentarán El rey que fue, una sátira estrenada en 2023 en Zaragoza— sobre Juan Carlos I, interpretada por Ramon Fontserè, que examina la vida y el exilio del monarca como una tragedia shakesperiana.
También el dramaturgo y poeta español Alberto Conejero López recalará este año en Almada con El mar – visión de unos niños que no lo han visto nunca. Coescrita junto a Xavier Bobés, este espectáculo de teatro de objetos revive la historia real de un maestro catalán fusilado durante el franquismo y su promesa incumplida de llevar a sus alumnos a ver el mar.

Una escena de 'El rey que fue'. Foto: Festival de Almada
En cuanto a las propuestas portuguesas del Festival de Almada, destacamos Um adeus mais-que-perfeito, que vendrá de la mano de la Companhia de Teatro de Almada. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Peter Handke dirigida por Teresa Gafeira, que explora la memoria familiar y el dolor a través de la historia de una mujer —la madre de Handke— marcada por la guerra y la depresión, que se terminó suicidando a los 51 años.
Producciones portuguesas son también Telhados de vidro del Teatro da Trindade/Inatel, que adapta un drama contemporáneo de David Hare a la Lisboa actual, y A casa morreu – Diário de uma República III de Amarelo Silvestre, que aborda la problemática de la vivienda en Portugal mediante teatro y fotografía. Completan la presencia nacional As aves, de la compañía Mala Voadora, una relectura del clásico de Aristófanes sobre poder y libertad; A colónia de Arena Ensemble, basada en testimonios de hijos de presos políticos durante la dictadura; y Monóculo, retrato de S. von Harden de LoboMau Produções, que explora la identidad y el género a través de la fotografía de una periodista.