María Folguera

María Folguera Daniel Hidalgo

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María Folguera: "¿La actualidad de Lope? Vivimos en un momento de alardes de abuso por parte de políticos"

Escritora, directora de escena y dramaturga, es la encargada de versionar el 'Fuenteovejuna' de Lope de Vega que la Compañía Nacional de Teatro Clásico presenta este jueves en Almagro.

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El Cultural
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¿Qué libro tiene entre manos?

La pasión de los extraños, de Marina Garcés.

¿Cuál es el libro que más le ha 'autoayudado'?

Más que autoayuda, los libros me han ofrecido un espejo incómodo. Recuerdo con especial gratitud las lecturas de adolescencia –A sangre fría de Truman Capote, Cumbres borrascosas de Emily Brontë, Celia madrecita de Elena Fortún– que me conmovieron y perturbaron.

Si no hubiera podido ser dramaturga o escritora, ¿qué hubiera querido ser?

Trabajadora en un teatro circo.

En Almagro presenta su versión de Fuenteovejuna, ¿ve posible hoy la unión del pueblo contra la tiranía?

A los personajes les cuesta mucho reaccionar, hay cobardía y conveniencia. Una suma de factores les lleva a rebelarse hasta el linchamiento físico contra el líder. Hay ejemplos similares en el siglo veintiuno.

¿Qué otra lectura actual hace de la obra de Lope de Vega?

Vivimos en un momento de alardes de abuso por parte de muchos políticos. Además, el exceso verbal y sexual del Comendador se parece bastante a la actitud de algunos líderes reaccionarios.

¿Qué es lo más complicado de trabajar con los clásicos?

Es delicado cuidar el trasvase entre códigos y contextos. Fuenteovejuna inevitablemente se reescribe en cada puesta en escena, pero siempre conserva su trepidante acción, la belleza de su palabra y la crudeza.

¿Y lo más fascinante de versionar Fuenteovejuna?

El extraordinario equipo me ha llevado a honduras que no sospechaba. La directora, Rakel Camacho, tiene una gran conexión con el imaginario de la obra. He necesitado tiempo para asimilar las sensaciones durante los ensayos.

Con Camacho realizó la versión de El cuarto de atrás, ¿qué tienen en común Lope y Carmen Martín Gaite?

La tensión entre un deseo de extravío y un anhelo de orden. Los dos vivían en una frontera entre la casa y la fuga.

Cuéntenos un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ. ¿Por qué?

Viajar al año 1932 e intentar ofrecer mi apoyo a Marga Gil Roësset antes de que cometa el mayor acto de destrucción contra sí misma y su obra. Aunque seguro me estoy metiendo donde no me llaman.

Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.

Denial is a river, de Doechii.

¿Cuál es la serie que ha devorado más rápido?

Teresa de Jesús, de Josefina Molina.

¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?

Las de grupo de amigos y ambiente festivo en casa grande –Los amigos de Peter, On the go, Historias de Filadelfia–. No he aguantado Emilia Pérez, aunque me encanta escuchar los argumentos de sus defensores.

¿Ha experimentado alguna vez síndrome de Stendhal? ¿Ante qué?

La isla de Quíos.

No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.

No puedo permitirme "no soportar nada ya". Sostener los proyectos requiere de inmensa paciencia, incluso desde el cabreo. Cuando me siento muy quemada, dosifico mi vida social –galas de premios, presentaciones de temporada–, bajo el párpado, que diría Remedios Zafra.

Una obra sobrevalorada.

Los Soprano.

Un placer cultural culpable.

No hay culpa en el placer cultural.

¿Cuál es la última exposición a la que ha ido?

Los mundos de Alicia en Caixaforum, un extraordinario archivo de cine, objetos, música, vestuario…

¿La inteligencia artificial matará la creación artística?

Espero que no. Sherezade ha elegido encontrar una forma de sobrevivir, aunque eso la condene a trabajar noche tras noche.

España es un país…

Con orgullo, dolor y ruido.