Image: Roberto Cossa vuelve con Yepeto

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Teatro

Roberto Cossa vuelve con Yepeto

27 marzo, 2008 01:00

Roberto Cossa.

‘Tito’ Cossa es referente obligado del teatro argentino del último medio siglo. Poco habitual en las carteleras españolas, el Infanta Isabel estrena el día 2 Yepeto, una fábula para dos actores que interpretan Emilio Linder y Alex Barahona.

En 1987 Roberto Cossa escribió Yepeto, la estrenó ese mismo año en Buenos Aires y tuvo tal éxito que se mantuvo cinco años en cartel, además de ser requerida en varios países y festivales. La obra corresponde a la penúltima etapa de este autor argentino, nacido en 1934 y que alcanzó la popularidad internacional con La nona, la que el mismo bautizó como "mi obra universal" y que luego llevó al cine.

Contemporáneo de autores como Eduardo Pavlovsky, Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún o Griselda Gambaro, Cossa comenzó a estrenar poco antes de la década de los 60, coincidiendo con el fracaso del peronismo, al que luego le sucederían los golpes militares y la Dictadura, periodo este último en el que combinó el periodismo con su labor teatral. El autor ha confesado las influencias iniciales de Miller, Chejov y Williams, para luego huir de la senda naturalista hacia un teatro arraigado en lo real, en el espíritu de su tiempo, pero con tendencia a la fabulación. En este sentido, el teatro de Cossa es uno de los mejores testigos de la historia de su país.

Yepeto se forja tras una experiencia personal de Cossa con varios alumnos o "pinochos" de teatro. El dramaturgo, tras la experiencia, sintió la necesidad de escribir sobre la relación del hombre maduro con los jóvenes. Estos están retratados en el personaje que interpreta Alex Barahona, un inseguro deportista, mientras el "alter ego" de Cossa es un veterano y cínico profesor de Literatura al que da vida Emilio Linder. Ambos pretenden a la misma chica, ausente en escena. La obra se organiza en siete encuentros entre los dos hombres, en los que Cossa expone desde la minuciosa red de sentimientos que ambos van tejiendo, al complejo mundo femenino y hasta del proceso mismo de la creación artística. En este sentido, la obra incluye alusiones literarias comprensibles y con un gran despliegue de ironía e ingenio.