Image: Caryll Churchill

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Teatro

Caryll Churchill

Feminismo y abstracción

3 febrero, 2005 01:00

Caryll Churchill. Foto: Val Rylans

La Pradillo de Madrid dedica un ciclo a la autora británica Caryll Churchill. Vicente León dirige Un número (día 8), Darío Facal Helado (día 11), y Goyo Pastor En una nube (día 14).

Clive: Esta es mi familia. Pero estamos lejos de nuestro hogar. Servimos a la Reina donde sea que nos movamos. Soy como un padre para los nativos de este lugar. Y un padre para mi familia tan querida. Este es el comienzo de Cloud nine, una obra sobre sobre la desigualdad de sexos y razas, sobre el dominio de los unos sobre los otros. Betty, la mujer de Clive, no se valora a sí misma, quiere ser como los hombres quieren que sea: su personaje es interpretado por un actor. Del mismo modo Joshua, el esclavo negro, es interpretado por un blanco, puesto que los hombres blancos quieren que sea como ellos. Por otra parte Clive quiere imponer en su hijo su modo machista de ver la vida aunque a éste le gusta jugar con su hermana y con sus muñecas. La obra pertenece a los años en que Caryl Churchill (1938) colaboraba con grupos de teatro feministas como "Joint Stock", el grupo que la estrenó. Tras una etapa de obras para radio, su primera obra para el teatro fue Downstairs, en 1958, cuando todavía estudiaba en Oxford. Pero su gran éxito internacional, puesto en escena por Max Stafford-Clark en el Royal Court, fue Top Girls (1982), la historia de cinco personajes históricos femeninos invitados a cenar por la nueva directora de la agencia de empleo así llamada. Con Serious Money (1987), comparada a Glengary Glenn Ross, Churchill pasaría del fringe al West End londinense y a una trayectoria de éxito que no excluye la comercialidad pero mantiene su sentido de la transgresión.

Extrema síntesis
Ice cream (1989) es una obra que se inicia con el viaje de una pareja de norteamericanos a Inglaterra y que bajo su aparente cotidianeidad acaba convirtiéndose en una pesadilla mental que obliga a los personajes a enfrentarse con los acontecimientos dramáticos de un mundo sórdido y consigo mismos y les obliga a "asomarse" hacia lugares ignotos para ellos hasta entonces. Es el mismo estilo que se concentra también en Esto es una silla, obra que pudimos ver el año pasado en Barcelona en el desaparecido Artenbrut. Es ésta una obra que extrema el poder de síntesis de la autora para mostrarnos en esa última frase de la protagonista que "Todo el mundo camina en todos los sentidos y nadie sabe por qué", una sentencia para un mundo que nos muestra el miedo, la tortura, el holocausto y la guerra con la poética sencillez a la que se ha dirigido Churchill en esta última etapa de plena y brillante madurez. Sus personajes, como dice Elias Canetti (Apuntes 73-84) saben que "la esperanza ya sólo radica en lo fragmentario". A number (2002) nos plantea el tema de la clonación humana. Se inicia con el enfrentamiento de un hijo con su padre cuando se entera de que él tiene réplicas genéticamente idénticas y es meramente "un número". Es una penetrante indagación que nos muestra las ventajas y peligros de la ingeniería genética. ¿Qué haríamos si para recuperar a un hijo perdido lo clonáramos, nos saliera mal y pretendiéramos empezar de nuevo para conseguir un modelo mejor?. Churchill ha ido del feminismo socialista a la abstracción formal en unos textos de gran sencillez, siempre del lado de la transgresión y la crítica. Esta evolución se dejar ver en estas tres obras.