Image: Vuelve La noche de Molly Bloom, el monólogo que Sanchis Sinisterra escribió para Magöi Mira

Image: Vuelve "La noche de Molly Bloom", el monólogo que Sanchis Sinisterra escribió para Magöi Mira

Teatro

Vuelve "La noche de Molly Bloom", el monólogo que Sanchis Sinisterra escribió para Magöi Mira

Cómo traicionar a Joyce y ganar la partida

27 mayo, 2004 02:00

Sanchis Sinisterra (Foto: M.R.) y Magöi Mira

James Joyce fijó en el 16 de junio de hace cien años, y en Dublín, el día en la vida de Leopold Bloom que relata en Ulises. Para celebrar el aniversario, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha programado varias actividades entre las que destaca la recuperación, a partir del 2 de junio y hasta el 16, de La noche de Molly Bloom. Se trata del monólogo que José Sanchis Sinisterra escribió para Magöi Mira y que supuso su debut profesional en las tablas. 25 años después de su estreno, la actriz vuelve con esta pieza dramática.

A finales de los años 70 José Sanchis Sinisterra dirigía el Teatro Fronterizo en Barcelona con el que trataba de "explorar en la narrativa contemporánea para abrir nuevas vías al texto teatral e intentar apropiarme de esa enorme libertad de que disfruta la novela. Era un momento en el que el texto dramático estaba muy desvalorizado -hoy lo sigue estando en algunos ámbitos-, y yo intentaba cuestionar la noción de texto teatral, investigar si era posible un teatro sin argumento", explica el autor. Así que era inevitable que fijara su atención en Ulises, de James Joyce, seguramente la novela más debatida del siglo XX y una de las más influyentes. Escogió el último capítulo de la novela y tituló La noche de Molly Bloom la adaptación teatral.

En este capítulo Joyce culmina la jornada de su protagonista, Leopold Bloom; tras un recorrido que dura veinte horas por Dublín, Bloom vuelve a casa para dormir con su esposa Molly; son los pensamientos, sueños y fantasías eróticas de esta mujer en una noche de insomnio los que sirven al autor para componer una faceta hasta ese momento desconocida del personaje de Leopold. Es un soliloquio escrito en un estilo en el que apenas hay puntuaciones y que intenta reproducir el caótico discurrir del pensamiento humano. "Hacer la adaptación de una novela tan rica era una tentación", continúa Sanchis, "y el último capítulo en el que Joyce consigue la proeza de intentar reproducir el flujo del pensamiento de Molly Bloom era un desafío, porque algo tan literario debía concretarlo en una forma oral, tal y como exige el teatro. Las dificultades no fueron pocas: intenté recrear la naturaleza de la protagonista, la situación en la que se encuentra (noche de insomnio, durmiendo sobre una cama en posición inversa a la de su marido), aunque yo creo que fue el trabajo de la intérprete lo que permitió la identificación con el personaje literario".

-Magöi Mira, que entonces era su mujer, dice que el texto fue un "precioso regalo que me hizo para siempre". ¿Lo escribió especialmente para ella?
-Si no hubiera contado con ella, no lo hubiera hecho, porque entonces y creo que ahora también, había pocas actrices capaces de interpretar un papel así.

Traición al texto
-Ha dicho en alguna ocasión que esta adaptación constituyó una enorme traición al texto de Joyce, ¿en qué sentido?
-Hay que hablar de traición a varios niveles, primero porque había que reducir el texto y eso, simple y llanamente, se llama mutilar. Pero hice modificaciones respecto al orden de los acontecimientos, manejé dos versiones (la de José María Valverde y otra argentina que no recuerdo su autor), en fin... pero la traición más fuerte fue, como digo, convertir un monólogo interior, que intenta reproducir el caótico discurrir del pensamiento y que es un flujo de palabras y palabras, en un tributo a la oralidad; eso ahora se llama intertextualidad. Se trata de una traición, pero en el buen sentido del término, pues traicioné la textualidad de Joyce para instaurar la teatralidad.

-Una de sus especialidades ha sido la adaptación de fragmentos narrativos a la escena. ¿Qué encuentra de interesante en ello?
-Ha sido y sigue siéndolo, pues acabo de adaptar para un empresario madrileño Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. Y también he hecho Carta de la Maga a bebé Rocamadour, de la novela de Cortázar Rayuela. La novela tiene una enorme libertad que no tiene el teatro, en la medida que depende de muchas circunstancias: un escenario, actores..., y la más importante, los gustos del público, lo que lo convierte en un género más conservador.

-¿Encuentra verosímil la moralidad de Molly Bloom para el Dubín de principios de siglo en el que se ambienta la acción?
-Parece ser que para este personaje Joyce se inspiró bastante en su mujer, Nora Barnacle, pues el estilo coincide con algunas cartas que se conservan de ella. Pero yo creo que los deseos eróticos, las fantasías y sueños que Molly cuenta son un poco atemporales, independientes a la época del personaje. La publicación de la novela fue un escándalo, la forma de expresarse de Molly, mejor dicho de "impresarse", escandalizó. Incluso de nuestro espectáculo había gente que se iba de la sala molesta, y eso que evitamos enfatizar la dimensión obscena del personaje.

El espectáculo supuso el debut profesional de Magöi Mira en las tablas, pues hasta entonces sus actuaciones se habían limitado a los ambientes universitarios. Obtuvo excelentes críticas y desde su estreno, en Barcelona en 1979 y hasta 1987, la actriz lo estuvo representando por toda España. Algunos críticos de entonces hablaron de Molly Magöi como expresión de la buena identificación que la intérprete consiguió con su personaje. Hoy, con 25 años más, ella cree que puede estar más cerca todavía de Molly: "Si he conseguido crecer como actriz, querrá decir que lo haré mejor que antes, que fusionaré más todavía la dualidad Molly-Magöi. Sospecho que una diferencia con la Molly de antes puede ser mi mayor complicidad: ahora sé cosas que no sabía entonces, las sé físicamente, han pasado por mi piel. Entiendo mejor su soledad y, sobre todo, su maravilloso sentido del humor".

-¿Molly es una feminista o una venus votiva que da rienda suelta a sus deseos más íntimos?
-No es feminista porque no sabe, porque su entrega incondicional a un hombre la aísla y la convierte en una mujer insolidaria. Pero sí intuye y sabe que el mundo está mal, que la posición de la mujer con respecto al hombre es injusta y rechaza esa situación desde lo más profundo de sí misma.

-¿Qué se hace cuando se repone un espectáculo tanto tiempo después? Me refiero a si tiene que volver a estudiar el texto, hay que rehacer la escenografía, organizar ensayos...
-La propuesta escénica es la misma, lo que queremos contar al espectador con este texto tan hermoso y genial permanece, los elementos escénicos son los mismos, algunos de ellos, como la cama, han formado parte de mi vida durante todos estos años. Pero afortunadamente la vida se mueve y yo soy el personaje físico y emocional de ese texto y por mí han pasado muchas cosas. Espero ser capaz de poder usarlas para enriquecer más a esta mujer.

Una cama simbólica
La puesta en escena, dirigida también por Sanchis, es sencilla: el espacio escénico -idea de Ramón Ivars- está concebido como una isla hiperrealista en el patio de butacas; y todos los elementos de atrezzo y escenografía lo convierten en un espectáculo muy familiar. "La cama es el elemento central y simbólico del espectáculo, fue una cama preciosa que nos prestó el teatro Lliure. El resto del atrezzo los teníamos en nuestra casa o los adquirimos en los Encantes de Barcelona", añade el autor. El actor Andrés Arranz da vida al durmiente Leopold Bloom al que su mujer Molly se ocupa de desenmascarar en este último capítulo por si algún lector, y a pesar de sus debilidades, había simpatizado demasidado con él.


Dublineses
Viaje a ítaca es otro de los espectáculos que podrán verse en el Círculo de Bellas Artes, los días 14, 15 y 16, en homenaje al centenario de Ulises, y tiene la particularidad de estar dirigido por otro dublinés afincado en nuestro país, Denis Rafter. El espectáculo se concibe como una lectura de fragmentos de la novela a cargo de seis actores (Jesús Fuentes, César Diéguez, Angel García, Gladis Balaguer, Luichi Macías y Manuela Paso) y en el que habrá ocasión también de escuchar la voz de Joyce en versión original, pues el propio Rafter leerá con su acento dublinés. Parte el director de la idea de que "la puesta en escena de Ulises es imposible: es épico y si intentas contarlo pierde su esencia. Lo único que pretendo en una lectura es dar un eco de otro eco". El espectáculo se representará también en la Maestranza de Sevilla, el día 7 de junio, por seis actrices andaluzas (Carmen Aceituno, María Jiménez, Beatriz Cotobal, Pilar Gómez, Luichi Macías e Irene Pozo).