Sonia de Munck es Hildegart en esta nueva producción. Foto: Sara Incera

Sonia de Munck es Hildegart en esta nueva producción. Foto: Sara Incera

Ópera

Del crimen al canto: la vida y muerte de Hildegart se transforman en ópera en LittleOpera de Zamora

El compositor Juan Durán y el libretista Javier Mateo abordan por primera vez desde el género lírico una de las tragedias más desconcertantes del siglo XX.

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El festival LittleOpera de Zamora cumple este verano sus primeros diez años, en los que ha desarrollado, con medios más bien parcos y llevado de la iniciativa y entusiasmo de su promotora y directora, la soprano Conchi Moyano, una actividad insólita a lo largo de los pocos días de que dispone. Una programación en la que tienen lugar preferente las pesquisas en busca de títulos líricos olvidados y, sobre todo, de composiciones de nuevo cuño, siempre dentro del más modesto reducto de lo camerístico.

Este año se estrena, el 26 de julio en el Teatro Ramos Carrión, una ópera del compositor vigués Juan Durán (1960): Hildegart. En ella se trata de penetrar de forma directa, clara, precisa y elocuente en un hecho histórico, de compleja naturaleza, de ecos a veces contradictorios, de pasiones humanas indescriptibles, a través de la música, sirviéndose de ella para profundizar, analizar y describir una tragedia que ha sido estudiada en los más diversos foros, tratando de descubrir los tortuosos caminos que llevaron a su desenlace.

En ese aparentemente incomprensible asesinato, por mano materna, de la joven de 19 años Hildegart, una superdotada, un fenómeno de características pigmalionianas. Juan Durán parece haberse enfrentado a ese espinoso tema a través de una música concisa, precisa, de trazo elegante, de muy sugerentes acentos, muy ajustada al poético texto de Javier Mateo.

Con esta partitura Durán traslada al mundo lírico un asunto que ha sido contemplado desde otros ángulos artísticos. Recordemos entre ellos la película de Fernando Fernán Gómez Mi hija Hildegart, de 1977, que recreaba el libro Aurora de sangre de Eduardo de Guzmán. Y su remake, La virgen roja, dirigida en 2024 por Paula Ortiz. Por su parte, Almudena Grandes escribió una novela en la que se basaron Carme Portaceli y Anna Maria Ricart para su obra de teatro La madre de Frankenstein, estrenada en noviembre de 2023.

Es lógico que exista expectación por la llegada del tema al mundo de la ópera. A lo largo de diez números, el pentagrama de Durán nos narra los hechos, subraya las actitudes, describe la situación desde un planteamiento tan analítico y realista como metafórico en la construcción de oraciones y diálogos.

Juan Durán se enfrenta a este espinoso asesinato a través de una música concisa, precisa, de trazo elegante

Una hábil ordenación en la que, frente a la aparentemente fría exposición de los hechos por boca de un psiquiatra y un fiscal, a modo de corifeo, se suceden las calurosas y humanísimas reacciones y comentarios de las dos protagonistas, que son encauzados a través de una escritura de un sobrio eclecticismo, que no rehúye la disonancia dentro de un ámbito tonal.

Todo muy didáctico, en una exposición de meridiana claridad en la que cuatro voces son manejadas con mucha pericia. Un recitado dramático de claras líneas en el que se suceden pasajes melódicos de gran significación, muy anclados a sentimientos y conductas, a pensamientos y reacciones. En un todo explícito y orientador.

Para este estreno mundial zamorano se cuenta con excelentes mimbres. Las cuatro voces protagonistas, las elegidas por el compositor en su competente reducción, serán las de la soprano lírico-ligera Sonia de Munck, aérea y argentina (Hildegart), la mezzo lírica Sandra Ferrández, de timbre tornasolado y vivificantes acentos (Aurora), el barítono Javier Franco, de recia y sustanciosa pasta vocal (Fiscal), y el tenor César Arrieta, lírico-ligero de franca emisión y eficaz línea de canto (Psiquiatra).

Dirigiéndolos a ellos y a la Orquesta Sinfónica Alma Mahler estará la dispuesta y avezada, siempre afín a las nuevas propuestas, Lucía Marín. Dirección de escena a cargo de Alberto Trijueque. Escenografía de Igone Teso.