Edmond Dédé. A la derecha, páginas del manuscrito de su ópera 'Morgiane' (Houghton Library, Harvard University)

Edmond Dédé. A la derecha, páginas del manuscrito de su ópera 'Morgiane' (Houghton Library, Harvard University)

Ópera

'Morgiane', la primera ópera compuesta por un afroamericano, se estrena 138 años después

Tras su descubrimiento en 2007 en los archivos de Harvard, llega a los escenarios la obra de Edmond Dédé, músico de Nueva Orleans que desarrolló su carrera en Francia.

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138 años después de su creación, la ópera más antigua compuesta por un afroamericano de la que se tiene constancia se estrenará, por fin, esta semana. Se titula Morgiane y la escribió en 1887 Edmond Dédé, cuyo nombre se añade ahora al canon de los compositores estadounidenses.

La obra se estrenará en la Ópera Lafayette de Washington, D. C., en el College Park de Maryland y en el Lincoln Center de Nueva York, y contará con un elenco afroamericano y una orquesta que tocará instrumentos de época. El pasado viernes ya hubo una función, en versión reducida, en la catedral de San Luis, en Nueva Orleans, el mismo lugar en el que Dédé fue bautizado en 1828, hace casi dos siglos.

Morgiane es una ópera cómica que cuenta la historia de una joven secuestrada y obligada a prometerse en matrimonio con un sultán, y el intento de su madre de rescatarla. Se pensaba que la partitura de esta obra, inspirada en Alí Babá y los cuarenta ladrones, se había perdido, pero el manuscrito, de más de 500 páginas, se encontró de casualidad en 2007 en los archivos de la Universidad Harvard.

En los últimos años numerosas personas han trabajado para ponerla en pie sobre un escenario, estudiando la partitura, descifrando sus notas y traduciendo el libreto original, escrito en francés por Louis Brunet.

Una de esas personas es Givonna Joseph, cofundadora de OperaCréole, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es descubrir y representar las obras de los compositores negros de Nueva Orleans del siglo XIX. “Con gran orgullo y humildad me gustaría decir bienvenido a casa, Edmond Dédé, bienvenido a casa”, dijo Joseph con motivo de su preestreno en Nueva Orleans, según informa la CNN.

Patrick Dupre Quigley, el director de la ópera, ha descrito la obra de Dédé como “la ópera más importante jamás escuchada”. “Se nos había dicho que la gente de color está empezando ahora a formar parte de la línea temporal de la música clásica, pero la realidad es que en los Estados Unidos, en la persona de Dédé, la gente negra ya estaba participando en la música clásica”, afirma Quigley, que además es director artísticao de la Ópera Lafayette de Washington.

Según la CNN, Kenneth Kellogg, quien interpreta al sultán, dijo que no dudó en aceptar el papel porque, como hombre negro, era una oportunidad de reconocer las contribuciones de los artistas afroamericanos a la música clásica. “Por el bien de la historia y la posteridad, y por lo que significa para la cultura y para Dédé, estoy totalmente a bordo”, dijo el cantante. “Pero también había una sensación de tristeza. En todos mis años estudiando música, la historia de Dédé nunca salió a la luz”.

Nueva Orleans, vieja meca de la ópera 

Aunque hoy es conocida por ser cuna del jazz, antes de eso Nueva Orleans, una ciudad muy ligada entonces a la herencia europea, era la meca estadounidense de la ópera, especialmente su conocido Barrio Francés. Compositores de la talla de Bellini, Donizetti y Rossini tuvieron en la ciudad los estrenos americanos de algunas de sus óperas. Además, era habitual que ciudadanos negros libres se dedicaran a la música clásica, en orquestas que tocaban para público negro en teatros abarrotados.

Dédé nació en aquella época, en 1827, y sus padres eran negros criollos libres. Aprendió música con su padre y después con varios compositores negros. Según la musicóloga Candace Bailey, especializada en aquel contexto, Dédé fue reconocido por su destreza musical desde temprana edad.

Pero Estados Unidos se acercaba a la guerra civil, las tensiones por la esclavitud fueron en aumento y los derechos de los negros libres se fueron volviendo cada vez más restringidos, por lo que Dédé finalmente huyó a Francia.

Allí alcanzó la cima de su carrera. Ocupó un puesto prestigioso como compositor y director en el Gran Teatro de Burdeos y escribió y dirigió muchas piezas, entre ellas obras orquestales, ballets y operetas de un solo acto. Su única ópera larga conocida es Morgiane.

Según informa The New York Times basándose en un crítico francés de la época, Dédé llegó a ser “quizás el hombre más famoso de Burdeos”. Ya en su Nueva Orleans natal lo habían descrito en los periódicos locales como un “virtuoso del violín” y “un compositor de auténtico mérito”.

En su nuevo destino no olvidó sus orígenes y fue un abolicionista de la esclavitud tanto en Estados Unidos como en los territorios coloniales de todo el mundo. Según Bailey, perteneció al Instituto de África, un grupo de personas que trabajaba por acabar con la esclavitud. Murió en París en 1901, a los 73 años.