Discos

Björk enciende la temporada con un gran disco

4 febrero, 2015 01:00

Mandan los veteranos. Bob Dylan hace versiones de Frank Sinatra y Aphex Twin pasa del retiro a la hiperactividad
Poderío español: buenos discos de Tulsa y I Am Dive, pop rock con sabor electrónico
Belle and Sebastián y Sleater Kinney, dos clásicos fieles a sí mismos

Björk: Vulnicura. Pop electrónico

Existe una larga tradición de artistas que han convertido su dolor en composiciones sublimes y la célebre Björk nos regala un álbum maravilloso en el que nos cuenta, con dolorosa y descarnada intimidad, todas las fases de su ruptura con el que había sido su pareja doce años, y padre de sus dos hijos, el artista Matthew Barney. Björk está desconsolada por el fin del amor y nos lo cuenta en Vulnicura abriendo sus carnes de par en par con unas letras que no ahorran detalle del drama. En la sensacional Stone Milker, canción que abre el disco, dice "¿Qué es lo que tengo? / Que me hace sentir tu dolor / Como si ordeñara una piedra". Family, en clave más experimental y galáctica, se duele por la ruptura de la familia: "Están la madre y el hijo/ El padre y el hijo/ Pero no hay hombre y mujer/ No triángulo del amor/ Entonces, ¿adónde voy?". Vulnicura es el disco más íntimo, más melancólico y más personal de una artista que ha encontrado en su perdición su grandeza.

Bob Dylan: Shadows in the Night. Crooner

No deja de ser sorprendente la sorpresa con la que la prensa americana ha acogido este disco de versiones de standards del jazz de Bob Dylan, la mayoría popularizados por Frank Sinatra: "¡Pues es bastante bueno!", ha venido a ser la reacción general. En realidad lo sorprendente es que la reunión entre dos grandes de la música no fuera excelente y Dylan, después de ese insospechado disco de villancicos, se siente como pez en el agua cantando las canciones de su juventud sin tratar de modernizarlas ni convertirlas en otra cosa. Shadows in the Night es un disco clásico de sabor añejo e incluso nostálgico en el que el gran Dylan va desgranando canciones tan conocidas como I am a Fool To Want You, Stay With Me, Full Moon and Empty Arms o The Lucky Old Son como si no hubiera pasado el tiempo. A Dylan, de hecho, da la impresión de gustarle mucho más ése que éste.

Vic Spencer. The Cost of Victory. Hip hop

Mientras la escena de hip hop de Los Angeles lleva ya una temporada copando titulares, el underground de Chicago comienza a brillar con luz propia de la mano de este rapero de 32 años que lleva rimando desde la adolescencia y con este álbum está atrayendo atención mundial. Como los mejores discos de hip hop, The Cost of Victory es una oda a la supervivencia en las duras calles con actitud irónica y por qué no decirlo, viril. "Mi juventud fue dura porque no fui criado por mis padres, deambulé de un orfanato a otro", ha explicado el rapero. The Cost of victory nos ofrece un trozo de vida, y de victoria.

Tulsa: La calma chicha.

Seis años ha tardado la guipuzcoana Miren Iza en publicar su cuatro álbum como Tulsa. Seis años en los que la cantante y compositora ha cambiado de registro para evolucionar del rock a un sonido más electrónico con gran presencia de sintetizadores que le da a su sonido un toque muy "movida" que le sienta de maravilla. Las letras desgarradas siempre han sido lo suyo y La calma chicha, título irónico donde los haya, se refiere tanto a ese cambio de registro hacia una canción mucho más melódica como a la fiera que ruge detrás. Es muy buen disco, con un aire a esos Family o Le Mans del sonido Donosty y el corazón de una guerrera. Bajo sus preciosistas melodías, ruge una pantera.

Aphex Twin: Computer Controlled Instruments pt2 EP. Electrónica

Ya dijo Richard D. James cuando publicó hace unos meses su primer disco en trece años que tenía varios por salir. La cosecha continúa con el excelente Computer Controlled Accoustic Instruments pt2 EP, un nombre tan complicado como imposible de recordar son los nombres de temas DISKPREPT4 o hat5c 0001 rec-4. Quizá mejor que el anterior, Computer... dura apenas 28 minutos y suena más oscuro, lúgubre y orgánico que Syro, en el mundo de beats, ecos y virguerías electrónicas del genio irrumpe un espíritu jazz que a veces hace que parezca Herbie Hanckcock con esas percusiones vanguardistas. Los sonidos suenan reales, no electrónicos, como una extraña sinfonía creada a partir de sonidos recogidos.

Belle and Sebastian: Girls in Peacetime Want to Dance. Indie pop

El grupo de Glasgow de Stuart Murdoch sigue a lo suyo veinte años después y desde el propio título, "las chicas en tiempos de paz quieren bailar", ya vemos por dónde van los tiros. Claro que este es un disco más feliz y alegre que algunos de sus clásicos y la banda se lanza al pop puro y duro con hits con vocación llenapistas como Enter Sylvia Plath en la que juegan en el mismo terreno que Pet Shop Boys. Su faceta más melancólica aparece en canciones como la fantástica The Cat With the Cream, con ese toque a lo Burt Bacharach y esa elegante melancolía que siguen haciendo al grupo imprescindible.

I Am Dive: Wolves. Pop-rock

Es difícil definir el sonido de esta banda sevillana pero de lo que no cabe ninguna duda es de que su segundo disco, tras una serie de EPs es un triunfo. I Am Dive cantan en inglés y sus canciones, delicadas, emocionantes, vibrantes y orgánicas alcanzan verdaderas cotas de emoción. Se te pone la piel de gallina con ese a capella de Departure y el single, Norman, Oklahoma podría ser una de las mejores canciones de Bright Eyes. Entre el folk y la indietrónica, está última más evidente en canciones como la espléndida Wolves, que podría haber firmado Perfume Genius con ese toque melodramático funciona de maravilla.

Sleater Kinney: No Cities to Love. Punk-Rock

Es un consuelo saber que tantos años después, las rockeras de Olympia siguen en la brecha y con tantas ganas de guerra como siempre. Quienes fueron una vez abanderadas del movimiento riot grrrl durante los 90 se han tirado nueve años sin grabar ningún disco juntas y No Cities to Love suena brutal y contundente como en sus mejores tiempos. Feministas y de izquierdas, el álbum comienza con la descarga eléctrica de Price Tag que casi suena a metal y sigue por los mismos derroteros en temas como Surface Envy y No Anthems que suenan a rock puro y duro.