Taylor Swift en 'The Life of a Showgirl'.

Taylor Swift en 'The Life of a Showgirl'.

Música

Taylor Swift, de la ruptura al final feliz: un nuevo disco superior al anterior pero sin ningún atrevimiento

La estrella pop regresa con 'The Life of a Showgirl': menos drama, más espectáculo y el mismo instinto por convertirlo todo en acontecimiento.

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Todo lo que toca Taylor Swift (Pensilvania, 1989) se convierte en acontecimiento. Lleva tres años consecutivos siendo la artista más escuchada del mundo y es capaz de impulsar la economía mundial con su ejército de fieles. Por eso, tras anunciar el lanzamiento de un nuevo álbum en el pódcast de su pareja, Travis Kelce, la maquinaria swiftie empezó a funcionar.

Solo un año después del lanzamiento de su último disco (The Tortured Poets Department, en abril de 2024) y desde el final de The Eras Tour (en diciembre de 2024), la gira multimillonaria con la que recorrió medio mundo, la noticia de material nuevo de la artista estadounidense vuelve a generar expectativas. Swift conoce bien eso de para qué esperar pudiendo facturar.

Tras ese último disco, tan excesivamente largo que parecía hecho de descartes, producido por su habitual Jack Antonoff, mago del pop de Lana del Rey o Sabrina Carpenter, Swift ha vuelto a confiar en Max Martin, el productor sueco que la convirtió en estrella del pop con álbumes como Red (2012), 1989 (2014) y Reputation (2017), para su nuevo álbum: The Life of a Showgirl.

Es bien conocido que la cantante utiliza sus desencuentros amorosos como fuente de inspiración para sus canciones. Si el disco anterior estuvo marcado por la ruptura de su larga relación con el actor Joe Alwyn, este parece un "disco de enamorada" — Swift anunció su compromiso con el jugador de fútbol americano Travis Kelce—, y ligeramente de desencanto con la industria que la ha coronado. 

La artista autoretrata su vida detrás de bambalinas como una tragicomedia, de ahí el tono irregular del álbum, que oscila entre ese pop-folk íntimo y confesional, marca de la casa, con alguna garra poprockera.

Escuchamos a la Swift melosa en The Fate of Ophelia, donde compara su relación con Kelce con la tragedia shakespearana de Ophelia en Hamlet: si en la obra el personaje se ve arrastrado por el desamor hasta la autodestrucción, en la canción Travis es quien la rescata de ahogarse en sus propios desencantos sentimentales.

También en Wish List, donde Swift imagina esa familia numerosa feliz junto a Kelce y, sorprendentemente, hace un guiño español.

"Ellos quieren ese personaje femenino complejo, una Palma de Oro, un Oscar en el baño, un contrato con el Real Madrid. Lo quieren todo, yo solo te quiero a ti", canta.

O Honey, donde describe la seguridad de una relación estable y celebra los pequeños gestos cotidianos que hacen especial lo rutinario.

Pero tanto final feliz, acostumbrados al drama swifteano con el que ha forjado su carrera, no consigue despertar el interés hacia el disco. Sí lo hace Actually Romantic, una canción de revancha hacia Charli XCX y su canción Sympathy Is a Knife, del magistral álbum Brat (2024).

"He oído que me llamas Barbie aburrida cuando la coca te envalentona", le canta Swift, como contrarrespuesta al tema y con la agudeza de quien, recordemos, ha escrito algunas de las mejores venganzas pop de la década (Look what you made me do).

Mantiene esa picardía en temas como Elizabeth Taylor, donde Swift se inspira en la diva de Hollywood para reflexionar sobre la fama, el glamour y los paralelismos entre sus vidas, todo envuelto en una producción pop sofisticada que recuerda sus mejores colaboraciones con Max Martin.

Así como en Father Figure, donde se pone en el papel de una heredera de la mafia, jugando con la idea del poder y el control en la industria musical, y reivindicando que ahora es ella quien maneja los hilos del espectáculo. "Puedo hacer tratos con el diablo porque mi pene es más grande", se atreve a decir.

Pero, en realidad, "No soy una zorra mala, y esto no es salvaje", reconoce en Eldest Daughter. Por eso, esa mala leche de sus álbumes anteriores (sobre todo Reputation), lamentablemente es anecdótica en The Life of a Showgirl.

Sus letras autorreferenciales, con guiños a sus discos anteriores, son solo un enganche más para los fans, para los que Swift ha preparado también una película para el lanzamiento del disco: The Official Release Party of a Showgirl.

Solo estará disponible desde hoy al 5 de octubre en cines de todo el mundo, incluidas varias salas españolas.

La cinta, de 89 minutos, no es un documental ni un concierto como The Eras Tour, sino una experiencia creada para los fans que incluye el estreno mundial del videoclip de la canción principal The Fate of Ophelia, sus reflexiones sobre cada canción, todas las letras de las canciones y material inédito detrás de cámaras sobre el proceso creativo del álbum.

Un extra pensado para los swifties, igual que el propio disco, que si bien supera ligeramente al anterior, se sabe que conseguirlo no era precisamente difícil.