Fans de Oasis antes del espectáculo en Heaton Park, Mánchester. Foto: Reuters /Temilade Adelaja

Fans de Oasis antes del espectáculo en Heaton Park, Mánchester. Foto: Reuters /Temilade Adelaja

Música

La Oasismanía y el 'britpop' conquistan el verano: una semana en el Mánchester de los Gallagher

Más de 400.000 personas han pasado por Heaton Park para asistir al regreso de la banda británica en su ciudad natal.

Más información: Oasis ya está de vuelta: los hermanos Gallagher empiezan la gira que parecía imposible

Mánchester
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No hace falta ser muy futbolero para darse cuenta que estos días en Mánchester se respira ambiente de Champions.

Camisetas de fútbol, previa desde mediodía y una expectación contagiosa que recorre las calles industriales de esta localidad británica. La única diferencia es que aquí no hay afición rival, todos son hinchas de Oasis.

Parece que la ciudad llevaba preparándose para esta semana desde que los hermanos Gallagher anunciaran que regresaban juntos a los escenarios 15 años después de su polémica y aparentemente irrevocable separación.

Liam y Noel han hecho las paces con una multimillonaria gira que arrancó a principios de julio en Cardiff, y en la que han jugado en casa hasta cinco veces (11,12,16,19 y 20 de julio) en el Heaton Park.

Hasta allí, desde el centro de la ciudad, partían decenas de autobuses amarillos que, cubiertos con publicidad de Adidas, anunciaban la vuelta de “la banda de las tres rayas”.

Autobús de Adidas x Oasis en Mánchester. Foto: M.C.

Autobús de Adidas x Oasis en Mánchester. Foto: M.C.

Una mujer observa con orgullo las colas para entrar en la tienda temporal que la marca deportiva ha abierto en Market Street con motivo de los conciertos.

"Mi hija ha diseñado todo esto", dice y cuenta que ni Liam ni Noel acudieron a la inauguración, pero sí un miembro de The Stone Roses, otra de las bandas mancunianas por excelencia.

Las camisetas de Oasis x Adidas a precios muy poco populares—alrededor de 100€ por prenda—se cuentan a decenas por el Northern Quarter.

En este barrio bohemio de la ciudad reina esa fiebre musical a la que estamos acostumbrados con estrellas pop como Taylor Swift, Karol G o Beyoncé, pero con menos brilli-brilli y más testosterona.

Si alguien ha sabido facturar con el reencuentro, esta ha sido la marca deportiva alemana, pero todo el mundo ha querido hacer suya la Oasismanía.

Anuncio de la marca de papel higiénico Adrex en Mánchester. Foto: M.C.

Anuncio de la marca de papel higiénico Adrex en Mánchester. Foto: M.C.

Desde Adrex, marca de papel higiénico británica, hasta Primark, colocando dos entradas diferentes en su tienda de Mánchester, "Team Liam o Team Noel", o Lidl, que lanzó su propia parka y organizó un concurso de dobles de la banda.

Aunque nadie ha salido ganando como los Gallagher, en cuyas tiendas oficiales de merchandising —tres en total y situadas en el casco histórico— venden paraguas, imanes de nevera, botellas de agua y hasta muñecos Funko Pop con sus caras.

Estafa o genialidad, los hermanos siempre han sido expertos en reírse de todo el mundo, pero se les echaba tanto de menos que es posible hacer oídos sordos al ensordecedor clin clin de la caja registradora.

Un fan de Oasis sostiene un sombrero a la venta antes del show de Oasis en Heaton Park. Foto: Reuters / Temilade Adelaja.

Un fan de Oasis sostiene un sombrero a la venta antes del show de Oasis en Heaton Park. Foto: Reuters / Temilade Adelaja.

"¿Sabes lo que es un mancuniano?", pregunta uno de los múltiples vendedores locales que pululan ofreciendo gorros de pescador (bucket hat), que son ya una de las insignias de la banda. "Ahora, tú también lo eres", asegura una vez comprado el gorro.

Llevar la equipación completa parece casi obligatorio para acudir al inmenso parque a las afueras de la ciudad, en el que resurge el espíritu de Knebworth de 1996.

Clímax absoluto del britpop y el movimiento Cool Britannia de los 90, aquel concierto convirtió a la banda en un mito global, justo cuando se encontraba en la cúspide de su carrera tras el éxito de Definitely Maybe (1994) y, sobre todo, (What’s the Story) Morning Glory? (1995), álbum que ha cumplido 30 años.

De estos dos discos se nutre prácticamente el setlist oficial con el que la banda dará 41 conciertos en total. 2 horas y 23 canciones, entre las que no faltan Wonderwall, Don't Look Back in Anger, Live Forever, Supersonic o Champagne Supernova.

Como ya hicieron en Cardiff, los hermanos han salido cinco veces al escenario del Heaton Park de la mano y se han ido abrazados. Los Caín y Abel del rock parecen haberse reconciliado de verdad.

Liam y Noel Gallagher durante el concierto de Mánchester en Heaton Park. Foto: M.C.

Liam y Noel Gallagher durante el concierto de Mánchester en Heaton Park. Foto: M.C.

En una ciudad donde el sol vale por dos, Liam no se ha desprendido ni de su parka ni de esa socarronería con la que conquista al público. Insolente y carismático, ha lucido con orgullo su inconfundible voz nasal y descarada sobre el escenario.

Noel, por su parte, fiel a su perfil introspectivo y sereno, tampoco ha dejado de lado su habitual mala leche. "¿Qué hacéis? ¿Sois hinchas del puto Bury? El Bury es una puta mierda", espetó a los fans que lo abuchearon tras dedicar una canción al Manchester City, mientras un cartón de Pep Guardiola —presente en carne y hueso en el primer concierto— acompañaba la escena.

El dúo, teloneado en su gira por Reino Unido por otras dos bandas míticas, Cast y Richard Ashcroft, vocalista de The Verve, ha querido reivindicar así el britpop. "Las bandas nuevas lo tienen fácil hoy en día, son las de mediana edad las que me dan pena", defendió Liam.

Aun así, la media de edad de sus conciertos sorprende por la variedad: generación boomer, X y Z conviviendo en un mismo espacio.

Oasis, que ha mantenido en la banda al mítico guitarrista original Paul "Bonehead" Arthurs, ha sumado al bajista Andy Bell y al guitarrista Gem Archer a la causa, y suena como siempre, quizá mejor que nunca. Los fuegos artificiales que clausuraron los conciertos parecían pocos.

"Nadie tiene fans como nosotros, nadie", ha asegurado Noel en directo. En total, la banda ha reunido en Mánchester a más de 400.000 personas durante los cinco conciertos.

Un hombre toma fotografías de un mural de Oasis antes de sus conciertos en Heaton Park en Mánchester. Foto: Reuters /Phil Noble

Un hombre toma fotografías de un mural de Oasis antes de sus conciertos en Heaton Park en Mánchester. Foto: Reuters /Phil Noble

Sin contar los que se apelotonaron en la bautizada Gallagher Hill, área en las afueras del parque donde cientos de personas se han reunido para escuchar gratis el concierto, a pesar de que el Ayuntamiento intentó cerrar el espacio al público.

A pesar de todo, los vecinos mancunianos —poseedores de una amabilidad que escasea en Londres y alejados del turismo masivo de la capital— parecen encantados. Ayuda, seguro, la excelente organización del evento, a pesar de sus grandes dimensiones.

Bev Craig, líder del Consejo Municipal, que representa al distrito de Burnage, donde crecieron los hermanos, dijo en un pleno que la noticia era "masiva" para la economía local y el sector hotelero, así como para reafirmar que "Mánchester es y seguirá siendo la ciudad de la música”.

Porque hubo un tiempo en el que, musicalmente hablando, la ciudad era el centro del universo. En el que The Hacienda era mucho más que un complejo de apartamentos y The Factory todavía figuraba entre los place to be de la noche británica.

Fue aquí donde nacieron los Buzzcocks, The Smiths —banda que requiere una parada obligatoria en el Salford Lads Club— Joy Division, The Stone Roses, Happy Mondays, New Order, The Charlatans o Inspiral Carpets, banda con la que Noel Gallagher hizo sus pinitos en la música como road manager y cogió experiencia para después liderar Oasis.

De esa época, también se encuentra memorabilia mancuniana. "Estas revistas de Oasis son originales de los 90, las guardaba el bajista de los Carpets en su desván", cuenta el dueño de Vinyl Revival, una de las incontables tiendas de vinilos de la ciudad, que estos días tan melómanos también se ponen las botas. "El fin de semana aquí ha sido una locura", asegura.

Es imposible escapar de Oasis en Mánchester, donde este verano se cruzan las graduaciones universitarias y el fin de curso escolar con una marea de fans, en su mayoría británicos, aunque también argentinos, turcos, italianos, portugueses y, aunque en minoría, españoles.

El turismo musical, cada vez más habitual, parecía inevitable para los continentales que querían asistir a la primera gira de la banda en décadas, ya que este año actuarán exclusivamente en Irlanda y Reino Unido, con siete conciertos en el Wembley londinense, el próximo será este viernes 25 de julio.

Pancartas fuera de una tienda de merchandising de Oasis antes de sus conciertos en Heaton Park en Mánchester.  Foto: Reuters / Phil Noble

Pancartas fuera de una tienda de merchandising de Oasis antes de sus conciertos en Heaton Park en Mánchester. Foto: Reuters / Phil Noble

El resto de fechas internacionales se han reservado para Norteamérica, Sudamérica, Asia y Oceanía, a partir de finales del verano de 2025.

Los Gallagher, que siempre se han vanagloriado de ser los últimos grandes rockstars, han calculado su regreso en el mejor momento posible.

La Oasismanía es un ejemplo más de que la nostalgia dosmilera, que ha invadido las redes sociales, Inditex y las programaciones de festivales, vende. Sin embargo, la banda ha generado una nueva ola británica que no se veía desde el auge del género urbano.

Que se vuelva a hablar de Glastonbury —aunque sea por polémicas políticas— es una muestra de este renovado interés por la escena británica.

Oasis, que llevaba 14 años sin ocupar el número uno en las listas de ventas del Reino Unido antes de su regreso en 2025, se codea ahora en el pódium con canciones compuestas hace tres décadas.

Y mientras que en 2009 actuaron ante solo 16.000 personas en el antiguo Palacio de los Deportes, si finalmente pasan por España, es más que probable que vendan las 70.000 entradas del Wanda Metropolitano.

Que toquen en 2026, como se especula, está todavía por ver. Hay quienes confían en que esta gira será irrepetible, otros que queda Oasis para largo. Mientras, jugando con la incertidumbre y el morbo de si llegarán vivos al final del partido, los Gallagher siguen levantando Champions.