
Bruce Springsteen en una foto promocional compartida por Sony Music Entertainment
Las caras ocultas del 'Boss': Bruce Springsteen lanza de golpe siete discos inéditos grabados entre 1983 y 2018
El roquero, que actuará el 21 y el 24 de junio en San Sebastián, saca a la luz 74 canciones creadas en distintas épocas e influidas por géneros dispares como el hip hop o el country.
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El incombustible Bruce Springsteen, a sus 75 años y con una excelente forma física, no para de hacer kilómetros. El 14 de mayo inició en Manchester su gira más política, Land of Hope and Dreams Tour, con varios dardos contra Trump.
“La poderosa E Street Band está aquí esta noche para invocar el poder del arte, la música y el rock and roll en tiempos peligrosos. Mi hogar, la América que amo, la América sobre la que he escrito, que ha sido un faro de esperanza y libertad durante 250 años, está actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora. Esta noche pedimos a todos los que creen en la democracia y en lo mejor de nuestra experiencia estadounidense que se unan a nosotros, alcen sus voces contra el autoritarismo y dejen resonar la libertad”, dijo al salir al escenario en la ciudad inglesa.
El presidente estadounidense, como era de esperar, entró al trapo, llamándole “sobrevalorado”, “imbécil prepotente”, “tonto como una piedra” y “reseco como una pasa”.
Unos días después, en Liverpool, se hizo viral la aparición de Paul McCartney sobre el escenario para interpretar junto a Springsteen “Can’t Buy Me Love”, de los Beatles, y el clásico del rhythm and blues “Kansas City”. Los próximos 21 y 24 de junio, esa misma gira llevará al Boss al estadio de Anoeta en San Sebastián.
Mientras todo esto ocurre, Springsteen también es noticia por un asombroso lanzamiento discográfico: siete álbumes inéditos grabados entre 1983 y 2018, que verán la luz el próximo 27 de junio a través de Columbia Records.
La colección, titulada Tracks II: The Lost Albums, suma 83 canciones, de las cuales 74 no se habían publicado nunca.
Que alguien tenga en la recámara siete discos completos, en algunos casos completamente mezclados, que decidió no publicar por diferentes motivos, da la medida de cuán larga y provechosa ha sido su carrera musical.
“A menudo leo sobre mí en los 90 como si hubiera tenido una especie de período perdido o algo así, pero en realidad estuve trabajando todo el tiempo”, afirma Springsteen en el vídeo de anuncio del proyecto.
“Por alguna razón u otra, sentí que les faltaba algo o no los sentía completos en su momento”, ha explicado Springsteen, que durante años conservó estos proyectos en su archivo personal y solo los compartió con su entorno más cercano. Fue durante la pandemia cuando el músico decidió revisar, finalizar y preparar este ingente material para su publicación.
Con este lanzamiento, el seguidor de Springsteen o cualquier melómano interesado en la historia del rock puede tener en sus manos, en una sola caja, todas las caras del Boss: la versión rock de estadio, la versión intimista o la que experimenta en distintas direcciones, arrimándose incluso a géneros como el hip hop de los 90.
Esta colección de canciones inéditas, que viene a rellenar los huecos existentes en la extensa producción musical de Springsteen, lleva un “II” en su título porque constituye la continuación de Tracks, el célebre box set de rarezas y material inédito que publicó en 1998.
La edición física se editará en dos formatos: 9 vinilos o 7 CD, más un libro de cien páginas con fotos de archivo inéditas, notas sobre cada álbum escritas por el ensayista Erik Flannigan y una introducción personal de Springsteen.
Para los que no sean tan cafeteros, el músico ha tenido a bien lanzar también una versión más reducida, una selección de 20 de estas canciones inéditas con el título Lost and Found: Selections From The Lost Albums, en doble vinilo o CD.
El primero de los siete álbumes que componen Tracks II: The Lost Albums es LA Garage Sessions ‘83. Grabado de forma casera en 1983, este álbum hace de puente entre el sonido minimalista y oscuro de Nebraska (1982) y el más comercial y conocidísimo Born in the U.S.A. (1984), su álbum más exitoso, del que ha vendido 30 millones de ejemplares. Algunas de estas canciones ya se habían oído en directo y en algunas grabaciones filtradas, o bootlegs, que circulan por internet.
Le sigue Streets of Philadelphia Sessions, grabado en los 90 en la época en que hizo su popular y melancólica canción para la película Philadelphia (1994). En estas canciones inéditas, Springsteen experimentó con sonidos contemporáneos de aquella década, incluyendo bucles de batería y sintetizadores, marcando una desviación significativa de su sonido clásico. La canción de este álbum adelantada hace unas semanas, “Blind Spot”, recuerda mucho a “Streets of Philadelphia” y a las bases del hip hop y del trip hop de la época.
“Repo Man”, la canción más animada y bailable de los cinco adelantos de Tracks II: The Lost Albums, habla de un hombre que se dedica a embargar los vehículos de quienes han dejado de pagar las cuotas del préstamo y que disfruta de lo lindo con su trabajo, aunque sea odiado por todos los que se despiertan y ven que su coche ha desaparecido.
Esta grabación forma parte del disco Somewhere North of Nashville, grabado en 1995. Como cabría esperar por su título —Nashville es la capital del country—, está inspirado en sonidos de honky tonk, rockabilly y country.
Faithless, grabado entre 2005 y 2006, fue concebido originalmente como banda sonora para una película definida como un “western espiritual” y que nunca llegó a rodarse. Perfect World, por su parte, contiene un puñado de canciones variadas y grabadas en distintos momentos y que, juntas, muestran una visión caleidoscópica de la creatividad de Springsteen.
“Adelita”, otro adelanto, pertenece a Inyo. Es una oda a las soldaderas, las mujeres que jugaron un papel importante durante la Revolución Mexicana, algunas incluso en el campo de batalla, y a las que genéricamente también se las conocía como adelitas, como la protagonista de esta canción.
Inyo se inspira en los viajes de Springsteen por el suroeste de Estados Unidos en los años noventa, cuando vivía en California, que agudizaron su interés por la historia y la cultura fronteriza con México. Canciones como “Ciudad Juárez”, “The Aztec Dance”, “The Lost Charro” y “El Jardinero (Upon the Death of Ramona)” son el resultado de aquellas indagaciones.
Twilight Hours es muy distinto al resto. Springsteen saca su lado crooner en este disco romántico con arreglos orquestales típicos de mediados del siglo XX. Tiene una atmósfera cinematográfica y nostálgica que recuerda a las películas clásicas. Mención especial para la hermosa “Sunday Love”, “Another You” y la canción que da título al disco.
Una venta de récord
Durante la pandemia, alejado de los escenarios que no ha dejado de pisar durante toda su carrera uno de las estrellas del rock más trabajadoras, fue cuando Springsteen decidió publicar todo este material inédito. En aquel momento de parón global, no estaba claro cuándo volvería la música en directo, por lo que las estrellas veteranas empezaron a reconsiderar sus carreras y sus fuentes de ingresos.
En 2021, Springsteen vendió por 500 millones de dólares (unos 442,5 millones de euros) los másteres de todo su catálogo y los derechos de edición musical a Sony, la major a la que pertenece Columbia, la discográfica en la que siempre ha militado el Boss desde que lo descubrió en 1972 el legendario cazatalentos John Hammond.
Aquel fue el más caro de la oleada de acuerdos similares que se dieron en un corto periodo de tiempo entre las grandes estrellas y las majors. En dos operaciones separadas, Bob Dylan vendió los derechos de todas sus canciones —más de 600 composiciones— a Universal por unos 300 millones de dólares, según las estimaciones de la prensa especializada, y los derechos de sus grabaciones a Sony por más de 150 millones de dólares.
También superó Springsteen los 250 millones que recibieron los herederos de David Bowie en 2022 por vender su catálogo completo a Warner. Mucho antes, en 1985, un visionario Michael Jackson con extraordinario ojo para los negocios musicales pagó por el catálogo de los Beatles una cifra que, comparada con estas ventas posteriores, parece irrisoria: 47 millones de dólares. Cuando el Rey del Pop murió en 2016, el valor estimado del catálogo de los Beatles se había multiplicado hasta los 1.000 millones de dólares.