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Música

Joshua Bell, el violín pletórico

El músico estadounidense abre la temporada de Ibermúsica este martes flanqueado por la histórica NDR Elbphilarmonie Orchester de Hamburgo, con el director Alan Gilbert al mando

26 octubre, 2021 09:20

Ibermúsica abre su temporada con nuevos bríos. El primer concierto será el próximo martes. Un programa en verdad atractivo. En el Auditorio Nacional estará la histórica y prestigiosa NDR Elbphilharmonie Orchester Hamburgo, agrupación que nos ha visitado, convocada también por Ibermúsica, en diversas ocasiones. Lo ha hecho de la mano de maestros de la talla de Lorin Maazel, Herbert Blomstedt o Christoph von Dohnányi, entre otros.

Anotemos que se trata de la antigua Orquesta de la Radio del Norte de Alemania (NDR), gobernada desde su fundación por las autoridades de ocupación británicas en 1945 y por las batutas Hans Schmidt-Isserstedt, Klaus Tennstedt, Günter Wand, John Eliot Gardiner y los citados Blomstedt y Von Dohnányi. En la actualidad, y desde 2019, está a su frente el neoyorquino Alan Gilbert, que sustituyó a Thomas Hengelbrock. Es un director muy trabajador, de concepciones muy sólidas y de gran formación, antiguo discípulo de Georg Solti, de quien ha heredado una especial prestancia y agilidad en el podio y un riguroso control de las progresiones.

Son cualidades muy importantes para proceder a la construcción de una Sinfonía como la Cuarta de Bruckner, la afamada ‘Romántica’, que encierra en sus pentagramas los rasgos más característicos del arte compositivo del pío organista de San Florián: elevada espiritualidad, variedad temática, solidez constructiva y manejo airoso de motivos de índole popular en el scherzo. La coda de la composición supone una auténtica prueba. Gilbert es un entusiasta bruckneriano, como bien prueban estas palabras: “Hay pocos compositores cuyas obras podría dirigir hasta el último de mis días y sentirme un músico plenamente satisfecho: Bruckner es uno de ellos”.

De esta manera sigue una tradición muy asentada en la orquesta germana, que tuvo abundante alimento de estos pentagramas gracias a la labor de algunos de sus antiguos titulares, en especial de Gunter Wand, un maestro de una lucidez, una claridad y una severidad proverbiales, como atestiguan sus grabaciones. Así que parece que, por lo dicho, es muy probable que podamos asistir a una señalada interpretación. Empezaremos a comprobarlo en cuanto escuchemos el sigiloso solo de trompa que abre la obra.

Antes disfrutaremos con la Fantasía Escocesa para violín y orquesta de Bruch pues el solista es el también norteamericano, Joshua Bell. Nacido, por cierto, el mismo año que Gilbert, 1967, y que ya conocemos bien pues ha visitado nuestro país numerosas veces, con Ibermúsica y con otras entidades, como la Orquesta Nacional o Juventudes Musicales. En una temporada anterior de Ibermúsica tocó, junto a la Orquesta de Saint Martin in the Fields el Concierto para violín BWV 1041 de Bach y el Concierto nº 1 del propio Bruch y dirigió el Septimino y las Sinfonías 1, 5 y 7 de Beethoven.

Bell posee un elegante arco y un satinado sonido, un timbre de anchas y corpusculares vibraciones, un espectro denso y robusto, un arco de fúlgidos reflejos y unos armónicos realmente pletóricos emanados de su Stradivarius de 1713, Hubermann. Es verdad que a veces puede aportar un fraseo en exceso edulcorado, lo que es un peligro en Bruch. Pero es siempre artista.