2019-10-16-Natalia-Ensemble-(i)

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Música

Reducción de Mahler, Strauss y Bruckner

Conjuntos como el Natalia Ensemble y el Linos participan en el ciclo de la Fundación Juan March 'La orquesta en la cámara'

16 octubre, 2019 09:38

La Fundación Juan March va a desarrollar su programación musical esta temporada en un marco remozado gracias a la obra que ha ampliado enormemente el angosto y tradicional escenario, lo que otorga otras perspectivas y potencialidades a las actividades musicales de la institución. Para abrir boca, tenemos, entre las primeras apuestas del curso, un ciclo bautizado con el epígrafe La orquesta en la cámara, que parte de una pregunta básica: ¿cómo convertir una obra sinfónica en una pieza camerística sin que pierda su esencia? Procedimiento que algunos arrostrados músicos pusieron en práctica ante las dificultades materiales de ofrecer partituras de gran calado.

En muchos de los casos estos llamémosles arreglos fueron fruto de la actividad de la Verein für musikalische Privataufführungen, la histórica asociación promovida por Schönberg en Viena con la finalidad de difundir la música coetánea. He aquí lo que argumentaba el propio autor de Pierrot lunaire al respecto, tal y como nos recuerda Gabriel Menéndez Torrellas: “El espectro de las obras que han de ejecutarse se extiende desde Gustav Mahler y Richard Strauss hasta las más recientes, que en raras ocasiones tenemos ocasión de escuchar. Debido a las escasas posibilidades financieras de que disponemos, las obras orquestales solo pueden interpretarse en transcripciones para piano a cuatro y ocho manos, en cuya ejecución en concierto ponemos un gran enfásis”.

A través de estas transcripciones, añadía Schönberg, las obras para orquesta se podían escuchar y juzgar “despojadas de los múltiples efectos sonoros debidos a la orquestación, privadas de sus artificios más sensibles”. Una vez excluidos el público y la crítica, los asistentes a los conciertos de la asociación eran personas pertenecientes al círculo de amigos y adeptos. Durante los tres años en los que existió, desde 1919 a 1921, se ofrecieron 113 conciertos y se interpretaron 150 obras en un total de 369 interpretaciones.

El primer concierto de esta sustanciosa serie, el del próximo miércoles, integra dos obras de Mahler transcritas por Schönberg: el ciclo Lieder eines fahrenden Gesellen, las famosas Canciones del camarada errante o de un compañero de viaje –que hace poco hemos visto traducidas, curiosamente, como Canciones del aprendiz errabundo–, y La canción de la tierra. El tenor Robert Murray y el barítono Jonathan McGovern serán acompañados por el notable Natalia Ensemble. El 23 los pianistas Marianela Fernández y Ranko Markovic tocarán la Sinfonía de cámara nº 1 op. 9 de Schönberg (arreglo de Felix Greissle) y la Sinfonía nº 3 de Bruckner (arreglo de Mahler).

No dos, sino cuatro pianistas, Elena Aguado, Ana Guijarro, Mariana Gurkova y Sebastián Mariné, abordarán, en dos pianos a ocho manos, el día 30 los Gurrelieder de Schönberg (imaginamos que convenientemente abreviados en el arreglo de Webern), la curiosa Suite argelina de Saint-Saëns (versión de León Roques) y nada menos que Una vida de héroe de Strauss (arreglo de Otto Singer). Como colofón, el Preludio a la siesta de un fauno de Debussy (arreglo de Benno Sachs), Seis piezas para orquesta de Webern (transcrita por el autor) y la Sinfonía nº 7 de Bruckner (con tres arreglistas: Hanns Eisler, Erwin Stein y Karl Rankl). El Linos Ensemble será el responsable de la interpretación.