Image: Josep Pons

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Música

Josep Pons

“Voy a revolucionar la ONE”

5 junio, 2003 02:00

Josep Pons. Foto: M.R.

Viene de tener una larga entrevista con la ministra de Cultura que no sólo ha aceptado sino que parece entusiasmada con su proyecto. Recién aterrizado, Josep Pons quiere convertir a la Orquesta Nacional en un referente y no sólo en España. Cuenta con el apoyo de Pilar del Castillo y de los profesores que, a través del comité artístico, han refrendado sus propuestas, que desvela a El Cultural en esta entrevista.

Aunque está viviendo la lógica presión, Josep Pons se muestra entusiasmado con el nuevo proyecto que acaba de presentar a la ministra de Cultura. "La verdad es que me esperaba su aprobación, pero me encontré con un entusiasmo sorprendente. Creo que Pilar del Castillo avala mi ideario, aunque soy consciente de que hay que introducirlo paso a paso. Hasta que ella no me ha dado el visto bueno no he querido firmar mi contrato. No es porque quisiera presionar, sino que entendía que o se llevaba a cabo bajo unos determinados esquemas de trabajo o carecía de sentido", afirma con la seguridad de la experiencia.

-¿Qué bases tiene ese ideario?
-La ONE debe ser un referente de calidad, de repertorio, como huésped de los mejores solistas internacionales y como embajadora de la música española en el extranjero, adonde debe llegar por el nombre que lleva. Ha de compaginar su labor en el Auditorio con sus giras.

-Siempre se acusa a la Orquesta que la pagan todos los españoles pero sólo la disfrutan los de Madrid.
-Es verdad pero, claro, la situación ahora en el resto de España es diferente porque el entramado cultural que se ha llevado a cabo en todo el país resulta increíble. La ONE debe viajar por España a aquellas grandes salas sabiendo que la programación habitual ya viene sustentada por las orquestas locales que hacen su labor. La ONE debe ser como la punta del iceberg de ese entramado además de ser referente como aglutinador del repertorio español, teniendo en cuenta que las orquestas vascas o las andaluzas ya lo son en su ámbito.

Ampliar el espectro
-¿Cuál es el punto de partida?
-Debemos trabajar con vistas a ampliar nuestro espectro a una sociedad compleja, buscando un público más variado, que ha de incluir al más joven, ¡sin menospreciar a nadie! Queremos atraer a un público voraz de cultura porque nuestra propuesta no es estrictamente musical, sino que, con epicentro en la música, se involucre en otros ámbitos. He desarrollado un proyecto que traza vínculos con entidades que trabajan con fines similares.

-¿De qué manera?
-Por ejemplo, a mí me parece que la Orquesta hubiera podido estar vinculada de alguna manera a la estupenda exposición de "Analogías Musicales" del Thyssen o a determinados ciclos de la Filmoteca. Mi idea es que podemos trabajar conjuntamente con otras instituciones para evitar cerrarnos en un espacio concreto. Si diseñamos un proyecto en torno a la Viena 1900, por ejemplo, paralelamente podemos colaborar con la Thyssen en una exposición de retratos de Schoenberg o de Klimt y, con el Colegio de Arquitectos, una de Adolf Loos o Gropius, para que, a lo mejor, con la entrada de la orquesta, se pueda asistir a una exposición. Y que conste que no me refiero sólo a la plástica, sino también al teatro o el cine. Podemos ser la gota musical que tiña lo demás.

-Es muy tentador, pero...
-La ministra lo ha entendido porque hay una serie de entidades, de instituciones, que dependemos de ella. A lo mejor si nos reunimos todos, podemos trazar vínculos ya que todos estamos subidos en el mismo carro. Parto de mi concepción de la música como cultura y no sólo como ocio. Cada cual puede ir a un concierto con la idea que quiera, pero el sistema debe estar apoyado en la cultura y no en el entretenimiento. Es revolucionario aquí, pero ya se ha llevado a cabo en otros sitios con éxito. Son semillas que tendrán resultados. El Auditorio Nacional tiene también unas posibilidades, con salas para conferencias y otros espacios que habrá que potenciar. Es una inmersión total y absoluta.

-Y problemática.
-Llego como un vendaval (sonríe maliciosamente) y estoy seguro que mi visión traerá problemas. Porque habrá que buscar las maneras de flexibilizar la rigidez habitual de los espacios estancos. El cómo ya se verá, porque no pretendo que estos cambios sean de un día para otro. Pero, que no se entienda mal, creo que la ONE puede establecer múltiples lazos. Aunque eso no va a suponer que nos metamos en las actividades de otros. Planteamos ideas que luego pasarán por la química de las personas. Pero soy optimista.

Sesiones golfas
-Háblemos del apartado "jóvenes" al que da mucha importancia.
-Podemos dividirlo en dos ámbitos. En lo referente al campo artístico quiero que éstos participen pero también deben ganarse su lugar. Para ello pondremos en marcha tres concursos, uno para jóvenes solistas, otro para directores y otro para compositores. Paralelamente hay que desarrollar el campo de eso que podríamos llamar "departamento de actividades pedagógicas"; implicar a especialistas, que ahora no hay, y la puesta en marcha de proyectos adecuados, desde programas familiares hasta grupos de estudiantes de música que se relacionen con la ONE. Cuidaremos a los colegios y, a lo mejor, plantearemos sesiones golfas. Hay ejemplos que funcionan como el Barbican o lo que hace Rattle en Berlín. Quiero que la ONE devuelva a la sociedad parte del dinero que ésta invierte en ella, a través de aspectos formativos.

-Esto choca con un Auditorio Nacional que tiene fama de rígido.
-No es mi intención ordenar el Auditorio. No es mi trabajo. Pero en el Ministerio me han dicho que se podrá. Todo deberá flexibilizarse cuando toque. No soy quién para quebrar esta rigidez pero he trasladado con firmeza las posibilidades de la ONE y la ministra lo ha entendido y me ha dicho que adelante. Sabe que es pasar de una orquesta con problemas a un proyecto pionero.

-Es un cambio radical que huele a mucho dinero. ¿Se lo dan?
-Indudablemente, supone un incremento de actividad, de personal y, como tal, de presupuesto. Pero, reitero, la ministra ha dicho que sí.

-En el capítulo artístico, ¿cómo va a enfocar su programación?
-Mis criterios se aplicarán dentro de dos temporadas, porque la próxima, en gran parte, ya estaba hecha. Apuesto por un incremento de la música de cámara. Por un lado seguirá el ciclo de cámara y polifonía. Pero, sobre todo, lo que nosotros apostamos es por potenciar lo propio. Vamos a llevar a cabo grupos "con denominación ONE". Habrá una "ONE Clásica", una formación de plantilla clásica que, por ejemplo en una idea que está prevista, va a trabajar con el Cuarteto Mosaïques durante quince días, cuyos artistas se convertirán, en este tiempo, en primeros atriles para un repertorio que incluye a Haydn, Mozart, el primer romanticismo. Aquí podemos presentar ciclos temáticos que incluyan los conciertos para instrumentos de viento de Mozart, los Conciertos de Brandemburgo junto a las Kammermusik de Hindemith, entre otras ideas... Habrá una "ONE Barroca", para la música del XVII y XVIII que, a corto plazo, incluso pueda tocar con instrumentos de época. Estará el "ONE Ensemble" para el repertorio contemporáneo. A ellos se unirán otros como "ONE Percusión" y "ONE Jazz". Estoy seguro que podemos conseguir grupos de alto nivel muy pronto, que incluso podrían disponer de sus propias series.

Repertorio y aventura
-¿Cuáles son sus ideas en la temporada en sí misma?
-Debemos renovar muchas cosas y no sólo las ideas. En el apartado de directores invitados hay una serie de nombres, ya contactados, de gran importancia que, hasta ahora, no han actuado y que deben hacerlo. Lo mismo hay que trabajar en el capítulo de solistas. Vamos a cuidar la imagen porque hoy día es muy importante. Tanto en lo externo como en su logo. Es tratar de una imagen de proyecto de futuro y acabar con esa sensación de pasado glorioso. La ONE debe pasar a ser actualidad.

-¿Esto cómo se aplica?
-Creo que el secreto de una buena programación viene de plantear un ochenta por ciento de repertorio y un veinte, de aventura. Todo depende de cómo se combina lo uno con lo otro. Beethoven puede ser más de lo mismo o o bien conjuntado, resultar muy novedoso. Depende de cómo se hace y quién lo hace. El ámbito del repertorio , para una formación de nuestra plantilla, va desde Rameau a Ligeti. Para mí la Turangalila de Messiaen, no es una aventura. Que no se haya hecho antes es sólo una irregularidad.

-¿Cómo va a planificarse el programa de temporada?
-Habrá una gran idea temática que cubrirá unos diez programas. Desde Viena 1900 hasta la Música degenerada, París 1900, la Confrontación rusa... Las opciones las iremos desgranando. Después habrá lo que yo llamo un festival que se centrará en un autor presentado en su contexto, dentro de nombres indiscutibles como pueden ser desde Janacek a Prokofiev, Scriabin a Berwald que o no están en primer línea o no se han dado a conocer adecuadamente. O también dúos como Ravel-Varèse. Otro bloque se denominará "Carta blanca a", que en 3 ó 4 conciertos dará paso a un gran compositor que actuará de director artístico para que, en torno a su obra, planifique estos conciertos... sin espantarnos al público (se ríe). Pienso en figuras como George Benjamin, John Adams, John Corigliano, Wolfgang Rhim, James McMillan que, a partir de sus obras, establezcan otros vínculos. Habrá propuestas que permitan relacionar campos diversos con criterios de mestizaje, que pueden incluir al jazz, el tango, el flamenco, la música japonesa. Y lo que no esté escrito, siempre podemos encargarlo.

-¿Es una programación concebida en bloques diferenciados?
-Transversalmente. Lo que también afectará a nuestro patrimonio. Creo que puede entrar en los diferentes bloques. La ONE tiene una responsabilidad en esto, en la recuperación de nuestras obras y en su correspondiente grabación. La Orquesta debe ser la referente absoluta del repertorio español y llevarlo como tal, como embajadora, por todo el mundo. Somos los responsable de trasladar la música española por el extranjero. La Nacional no sólo se representa a sí misma, sino a todo un país.

-Para los profesores va a ser un cambio importante.
-Mi experiencia con ellos ha sido enormemente positiva. No me metería en este tinglado si no tuviera la seguridad de que me siento apoyado. El comité artístico refrenda estas ideas. Tengo que decir que creo que hay mucha gente en la orquesta deseosa de que esto suceda. Llevan demasiados años en una situación anómala.

-¿Y la gerencia?
-Tengo una gran suerte de contar con Félix Palomero como responsable. Es un trabajador infatigable y está tan ilusionado como yo. Sabe que esto es un reto, que hay que modernizar a una orquesta que, en alguna medida, suena casi a leyenda para darle una realidad contemporánea. Podemos hacer un buen equipo conjunto.

-¿Hasta dónde llega el apoyo del Ministerio?
-Tengo que decir que la ministra se ha mostrado muy receptiva. Si no hubiera contado con su apoyo, yo no me lanzaría a la piscina. La he notado tan entusiasmada que presiento que llegue a liderar, en persona, esta revolución.