Un momento de la zarzuela 'El Orgullo de quererte'. Foto: Pablo Lorente

Un momento de la zarzuela 'El Orgullo de quererte'. Foto: Pablo Lorente

Escenarios

De Chueca a los Teatros del Canal: la fiesta del Orgullo ya tiene su zarzuela y la dirige Albert Boadella

El regista estrena una pieza de Javier Carmena ambientada en el barrio madrileño durante la popular celebración del amor homosexual.

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Hace tres años, el 7 de julio de 2022, se presentó en los Teatros del Canal, en versión concertante, la zarzuela de nueva creación El Orgullo de quererte, del tenor, pianista y compositor Javier Carmena.

Comentábamos entonces el acontecimiento y recogíamos unas manifestaciones del autor que afirmaba que había querido hacer "un canto a Madrid y a una de sus fiestas más emblemáticas a nivel mundial. En nuestro repertorio hay zarzuelas ambientadas en todo tipo de verbenas (la Paloma, San Isidro, San Antonio...) y se me ocurrió ambientar esta en otra verbena. Además, Madrid es tolerancia por definición".

Quizá esta última afirmación pudiera discutirse, aunque es cierto que el llamado Orgullo Gay está cada vez más presente. El hilo conductor, comentaba Carmena, "es el debate sentimental en que están inmersos los protagonistas, personajes de hoy con problemas de hoy".

Sin duda, estamos ante una historia que conecta con la actualidad a partir de uno de los motivos más habituales observados en la zarzuela de siempre, el de las relaciones amorosas.

Regresa esta zarzuela al mismo escenario —11, 12, 13, 18, 19 y 20 de septiembre—, ahora con dirección de escena a cargo de una primera figura, Albert Boadella. Un artista muy completo y, en sus tiempos, aventurero, que, según ha manifestado, quiere respetar al máximo lo propuesto por el compositor y su libretista, el tenor Felipe Nieto. "Carmena —nos dice— ha tenido la humildad y la inteligencia de apoyar su música en la tradición y eso es lo que le da fuerza y originalidad a la obra. Esencialmente, porque vivimos una época en que las artes se caracterizan por su obsesión por romper con el pasado".

“Carmena ha tenido la humildad y la inteligencia de apoyar su música en la tradición”.
Albert Boadella

Boadella no busca aquí ninguna propuesta que se aparte de la música misma, "eje central de cualquier pieza lírica y ello significa poner de relieve las intenciones del compositor. No se debe trufar la partitura con efectos que el autor no ha querido expresar. La mejor fórmula para exponer el argumento en el escenario es aquella que hace más visible la música. En este caso, la composición se nutre de un tema tan simple y perenne como es la atracción amorosa entre dos hombres, que el compositor sitúa hoy en el barrio de Chueca".

Al director le gusta la partitura porque, sin recurrir a técnicas modernas, provoca emoción. "Para inquietar o atormentar hay otras formas más eficaces. En la música de esta obra está más presente una inducción emotiva hacia el espectador que lo puramente humorístico. Cierto que los protagonistas se divierten en muchos momentos y su alegría se contagia al público, pero el amor alcanza su mayor intensidad cuando se entremezcla con el dolor. Así sucede en esta zarzuela".

Aparte de Boadella, regidor escénico junto a Martina Cabanas, se cuenta con gente muy competente: Ricardo Sánchez Cuerda para la escenografía; Sara Cano para la coreografía, Gabriela Salaverri para el vestuario… En el foso, al frente de la Orquesta y el Coro de la Comunidad, su titular, Alondra de la Parra, con Javier Fajardo al frente de aquel.

El reparto vocal parece tener todas las garantías: Enrique Viana, que dominará la escena con su gracejo habitual, las sopranos María Rey-Joly, Mar Morán y Berna Perles y la mezzo Andrea Rey. Los protagonistas son el tenor argentino Santiago Ballerini, de metal penetrante, y el barítono mexicano Germán Olvera, de emisión bien asentada.